Un sargento del Departamento de Policía de Bradenton (DPB), en la Florida, empleó la base de datos oficial como su aplicación de citas privada, denunció la jefe de la unidad, Melanie Bevan. Una investigación determinó que Leonel Marines procuró a lo largo de años información sobre mujeres y entonces la usó para sostener relaciones íntimas con ellas.
Marines llevaba uno años en el DPB, donde tenía cargo de supervisor cuando renunció, en el mes de octubre. La investigación prosiguió y cinco detectives contactaron a unas ciento cincuenta mujeres con las que el sargento se había comunicado de forma inadecuada a partir de los datos que descubría en los sistemas oficiales. “Sostuvo esta conducta durante años, desde 2012“, explicó Bevan.
(Vídeo cortesía de The Bradenton Herald)
“Para ir de forma directa al grano, Leonel Marines no empleó estos datos con fines de aplicación de la ley en absoluto“, prosiguió la jefe del departamento. “En cambio, los usó de múltiples formas —desde las redes sociales, llamadas telefónicas no pedidas, visitas domiciliarias fingiendo que iba por un tema policial, lo que sea— para intentar conseguir citas con estas mujeres. Era muy persistente y a veces tuvo éxito”.
La investigación se comenzó tras la denuncia de los progenitores de una mujer a la que Marines había hablado en un estacionamiento. Mientras que conducía cara la casa de ellos, la mujer tuvo la sensación de que el sargento la seguía. Ella apenas había llegado cuando el oficial golpeó a la puerta.
Dijo que deseaba charlar con ella por “un tema familiar”. Mas los progenitores le preguntaron cuál era ese tema y, ante la negativa de Marines a detallar, le solicitaron el nombre de su jefe. El sargento no respondió y se fue; la familia de la mujer llamó al DPB para informar lo sucedido.
Cuando sus superiores le preguntaron sobre el tema, Marines afirmó que había seguido a la mujer por el hecho de que a su vehículo le faltaba una luz; más adelante añadió que tenía la sensación de que conducía intoxicada. El cambio en el relato hizo que Bevan desconfiase y ordenase la investigación, en tanto que no se trataba del primer episodio de ese tenor en el que aparecía implicado el oficial.
Según notificó el diario The Bradenton Herald, en marzo de dos mil doce una mujer había interpuesto la primera protesta contra Marines. El sargento se había presentado múltiples veces en su domicilio y le había hecho preguntas personales que no se vinculaban a una investigación. Ella tampoco lo conocía personalmente. Al fin un día le afirmó que no regresara y lo denunció.
“Cuando se hizo una auditoría del ingreso de Marines a la base de datos con información de conductores y vehículos, los estudiosos encontraron que había buscado la información de la licencia de conductora de la mujer un par de veces, el veintitres de noviembre de dos mil once y el uno de marzo de 2012“, apuntó el medio de la localidad próxima Tampa, sobre el golfo de México.
Asuntos Internos tomó el caso. Al preguntarle al policía por sus motivos para buscar la información de la mujer, respondió “que no había ninguna razón particularmente, que tenían amigos en común y le dio curiosidad“. Exactamente la misma auditoría descubrió el acceso potencialmente incierto a los datos de tras 8 personas. “Marines afirmó que no las reconocía y que no recordaba si lo había hecho con relación a algún caso”.
El abuso de la base de datos de dos mil doce significó una suspensión de 3 días. Mas eso no disuadió al hombre, que prosiguió recogiendo información reservada para acercarse a mujeres. Conforme Bevan, los estudiosos apreciaron que en las buscas de Marines en el sistema se veía “una tendencia clarísima a concentrarse en los nombres femeninos ya antes que en los masculinos”, afirmó en rueda de prensa.
Los estudiosos contactaron a unas 150 mujeres como una parte de la investigación; muchas de ellas semejan ser hispanas que no charlan bien inglés. La jefe del DPB piensa que puede haber más mujeres a las que el ex- policía abordó merced a la base de datos. La pesquisa determinó que mantuvo relaciones íntimas con ciertas mientras que estaba en servicio.
La investigación local se cerró, mas la Agencia Federal de Investigaciones (FBI) trabaja aún en el caso. Después de la suspensión Marines pasó a labores de escritorio, entonces tuvo licencia administrativa sin pago, insignia ni arma, y en el mes de octubre, cuando entendió que lo iban a despedir, renunció.
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