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La humanidad sobrevivió a una de las mayores erupciones volcánicas de la Tierra

La supererupción de Toba viajó uno de los mayores acontecimientos volcánicos en los últimos dos millones de años, unas 5.000 veces más grande que la erupción del Monte Santa Elena (Washington) en la década de 1980, una de las más catastróficas del siglo XX. Tuvo lugar hace 74.000 años en la isla de Sumatra, Indonesia, Una vez que la montaña eyectó a la atmosfera unos 800 kilómetro cúbicos de cenizas, una volumen ingente, que llegaron a miles de kms de distancia. Según Algunas teorías, el acontecimiento marcó el arranque de un «invierno volcánico» que duró de seis a diez años. Los días se volvieron todos grises, las plantas dejaron de florecer y los grandes mamíferos morían de hambre o enflaquecían, lo que Por su parte desencadenó la prácticamente extinción del hombre anatómicamente moderno, nuestra propia especie. Cuentan que los pocos Homo sapiens que sobrevivieron en África se las apañaron desarrollando estrategias sociales, simbólicas y económicas sofisticadas que les permitieron regresar a expandirse y poblar Asia hace 60.000 años en una única oleada Mediante la costa del océano Índico. Aunque, un nuevo trabajo llevado a cabo por un club internacional de investigadores asegura que los humanos modernos estuvieron presentes en Asia Antes de lo aguardado, lo cual apunta que la supererupción de Toba, Aunque colosal, no se dirigió tan apocalíptica De exactamente la misma manera que se creía. En otros términos, no terminó con los cazadores-recolectores allá asentados, que resistieron a los cambios ambientales y climáticos de la catástrofe y continuaron con su vida. Herramientas de piedra
La patentiza, Según explican los creadores en «Nature Communications», son unas herramientas de piedra descubiertas en Dhaba, India, fabricadas por poblaciones humanas de exactamente la misma forma Ya antes y A continuación de la erupción. «Aunque la ceniza de Toba se identificó Por primera vez en la década de 1980, Hasta ahora no teníamos evidencia arqueológica asociada, por lo que el lugar de Dhaba llena una importante brecha cronológica», señala JN Pal, estudioso primordial de la Universidad de Allahabad en India. Conforme Chris Clarkson, de la Universidad de Queensland, intérprete y escritor primordial del estudio, «las poblaciones de Dhaba estaban utilizando herramientas de piedra que eran afines a las que usaban los Homo sapiens en África al mismo tiempo. El hecho de que estos juegos de herramientas no desaparezcan en la fecha de la supererupción de Toba o bien cambiaran drásticamente poco más tarde señala que las poblaciones humanas sobrevivieron a la catástrofe y continuaron creando herramientas para modificar sus entornos». Esta nueva patentiza arqueológica respalda la evidencia fósil de que los humanos emigraron de África y se expandieron por Eurasia Ya antes de hace 60.000 años. Además respalda los hallazgos genéticos de que los humanos se cruzaron con especies arcaicas de homínidos, Además que los neandertales, Ya antes de esa fecha. Desafíos a largo plazo
Según los autores, Si es que bien la erupción de Toba se dirigió un evento colosal, pocos científicos continúan apoyando la formulación original del escenario del «invierno volcánico», lo que sugiere que el enfriamiento de la Tierra fue más débil y que Toba pudo no haber ocasionado el período glacial posterior. La patentiza arqueológica reciente en Asia, incluidos los hallazgos desenterrados en este estudio, no respalda la teoría de que poblaciones de homínidos se extinguieran debido al volcán. En repuesto, la evidencia arqueológica indica que nuestros antepasados sobrevivieron y se enfrentaron uno de los acontecimientos volcánicos más grandes de la historia humana, lo cual demuestra que pequeñas bandas de cazadores-recolectores eran capaces de adaptarse ante al cambio ambiental. Aunque, los pueblos que vivieron alrededor de Dhaba hace más de 74.000 años no semejan haber contribuido significativamente al acervo genético de los pueblos contemporáneos, lo cual sugiere que estos Conjuntos probablemente se enfrentaron una serie de desafíos para su supervivencia a largo plazo, incluidos los drásticos cambios ambientales de los posteriores milenios. «El registro arqueológico prueba que Aunque los humanos En ocasiones muestran un notable nivel de resistencia a los desafíos, De la misma forma está claro que la gente no prospera Siempre y en todo momento necesariamente a largo plazo», dice Michael Petraglia, del Colegio Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana.