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La solución de China a las cuatro plagas que acabó en catástrofe inesperada

Entre los años 1958 y 1962 La cita Comunista Chino llevó a cabo una serie de transformaciones económicas, políticas y sociales que han pasado a la Historia Del mismo modo que el enorme Salto Adelante. El ambicioso paquete de medidas gubernativos pretendía estimular la productividad de la agricultura y el ámbito industrial –las «dos piernas de la economía china»-, de forma que se pudiera reducir el número de importaciones extranjeras. En este contexto el presidenta Mao Zedong, el dirigente de la Revolución, decretó la Campaña de las Cuatro Plagas para hacer frente a la propagación de tres enfermedades infecciosas: malaria, peste y fiebre tifoidea. En perfecta sintonía con el control de estas epidemias se ordenó una cruzada en ante de cuatro animales: ratas, moscas, mosquitos y gorriones. El enemigo del régimen
La inclusión de los gorriones (Passer domesticus) en el listado de los «disidentes» al régimen obedecía a una serie de estudios realizados por los asesores científicos. Conforme el comité de expertos un gorrión comía, de media, cuatro kilogramos y medio de grano al año. Desde un sencillo cálculo aritmético, se estimó que si se exterminase un millón de gorriones se podría alimentar a sesenta mil personas. El mandatario chino repitió hasta la saciedad que «los gorriones eran una de las peores plagas del país y, en consecuencia, enemigos de la revolución». Un mensaje funcionario que muy pronto formó comunicado del ADN del pueblo chino. La maquinaria estatal no escatimó en la difusión de carteles propagandísticos que ilustrasen la necesidad de utilizar todos y cada uno de los medios que la sociedad tuviera a su alcance para combatir al enemigo de los agricultores. Se animó a la población a elaborar toda clase de ruido con ollas, sartenes, tambores y otros enseres con el fin de ahuyentarles y agotarles, y se instó a la destrucción sistemática de todos sus nidos. Adicionalmente, el Estado contribuyó al exterminio esparciendo toneladas de pesticidas de forma masiva y De la misma forma indiscriminada en los sectores de cultivo. La quinta plaga
El «Gran Timonel» presumió de los resultados logrados de la titánica campaña, elogiando el trabajo efectuado Desde las escuelas y ciertos de los campos sociales. Bajo la batuta estatal, el esfuerzo colectivo logró aniquilar mil quinientos millones de ratas, más de veinticuatro millones de mosquitos y mil millones de gorriones. Todo un logro. Lo cual no habían previsto las autoridades es que con la desaparición de los gorriones de los ámbitos chinos los insectos y las langostas llevaron a cabo ceremonia de presencia, devastando todo lo que encontraban a su paso. Se dirigió entonces En el momento en que ciertos científicos se tomaron la molestia de ejecutar autopsias a los maltrechos gorriones, observando con desazón que tan Solo una 4ta comunicado del contenido del aparato digestivo era grano, el resto eran insectos nocivos. Desgraciadamente ya no había solución, la catástrofe ecológica provocó la famosa Del mismo modo que «Gran Hambruna china». La aniquilación de los gorriones implicó para la población un viaje al reino de Tánatos. Entre quince y treinta millones de personas fueron víctimas de la más profunda pobreza. En el más absoluto de los secretos, el gobierno chino solicitó la ayuda de la URSS, el régimen totalitarista de Nikita Khruschchev entregó doscientos mil gorriones, que ayudaron a contener la «quinta plaga». Por fortuna, el sentido común ha prevalecido con el paso del tiempo y A partir de el uno de enero de 2001 los gorriones tienen en este país asiático el estatus de ave protegida, un salvoconducto que alcanzó demasiado tarde. Pedro Gargantilla es médico internista del Sanatorio de El Escorial (La capital de España) y músico y escritor de Varios libros de divulgación.