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Descubren que el auténtico borde de nuestra galaxia está… a 1,9 millones de años luz

En cierto modo, sabemos menos de la galaxia en que vivimos que de otras que están a millones de años luz de distancia. La razón es evidente: estamos dentro de la Vía Láctea, y resulta muy complicado hacerse una idea general de su aspecto y dimensiones A partir de esa perspectiva. Sería Al similar que estar en el centro de una enorme ciudad y, Desde allí, tratar de deducir lo grande que podría ser. Por eso, y ante la imposibilidad de hacer una foto de la Vía Láctea “desde fuera”, nuestras mejores estimaciones se basan en medir las distancias a los objetos que podemos ver en su periferia. Por ejemplo, En base a las observaciones del satélite Gaia, que mide la posición y velocidad de mil millones de estrellas de la Vía Láctea, el pasado año se alcanzó a la conclusión de que el diámetro de su disco es mucho mayor de lo cual pensábamos: unos 260.000 años luz. Muy grande, sí, Pero nuestra galaxia no acaba ahí. Y del mismo modo en que la influencia del Sol se extiende mucho más allí del cinturón de Kuiper, la influencia gravitatoria y el halo de materia oscura que rodea la Vía Láctea se extiende mucho más allí de su brillante disco. ¿Pero cuánto exactamente? En un Solo estudio que se publicará próximamente en Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, y que puede consultarse ya en arXiv, un club de investigadores dirigido por Alis Deason, astrofísica de la Universidad de Durham, en UK, termina de revelar un diámetro sorprendente: 1,9 millones de años luz. Sabemos que la Vía Láctea está rodeada de una gran volumen de materia oscura (invisible para nuestros instrumentos pues no emite radiación alguna) pues las estrellas que hay en el borde del disco se están moviendo a mucha más velocidad de lo cual deberían hacerlo si Sólo respondieran a la influencia gravitatoria de la materia detectable. El impulso “extra”, por tanto, viene de la materia oscura, que se cree que envuelve el disco galáctico en una gran esfera de “cosas” que no podemos ver. La única forma de advertir la materia oscura es, en efecto, observar de qué manera afecta a las “cosas” que sí podemos ver. Y eso es exactamente lo cual realizaron Alis Deason y su club. Lo primero viajó llevar a cabo simulaciones de alta Resolución de los halos de materia oscura de otras galaxias con masa idéntico a la de la Vía Láctea, tanto aisladas Así tal y como en conjunto. A continuación, centraron su atención en Andrómeda, la galaxia más siguiente a nosotros (y destinada a chocar con la Vía Láctea dentro de unos 4.500 millones de años), Porque se halla “solo” a dos millones y medio de años luz de distancia, los suficientemente cerca Del mismo modo que para interactuar gravitatoriamente con nuestra galaxia. Halo de materia oscura
Usando diferentes programas de simulación, los científicos fueron modelando el halo de materia oscura de la Vía Láctea, observando la velocidad orbital de los objetos que se mueven a su alrededor a diferentes distancias (velocidad radial) y calculando su densidad. Se trataba de acotar el borde del halo de materia oscura. Los resultados no se realizaron esperar. Lo primero que revelaron las simulaciones es que, más allá del halo de materia oscura, la velocidad radial de los objetos, Del mismo modo que las pequeñas galaxias satélite que orbitan a la nuestra, disminuía drásticamente. El paso siguiente se dirigió comparar esos resultados con una base de data de observaciones de galaxias enanas alrededor de la Vía Láctea. Y, tal como predecían las simulaciones, la velocidad radial caía repentinamente A partir de un punto. La distancia radial que el club calculó para este límite se dirigió de unos 950.000 años luz. Cifra que multiplicad por dos para conseguir el diámetro, resulta en una distancia de 1,9 millones de años luz. Por supuesto, es distancia Todavía se puede refinar con nuevos estudios. “En muchos análisis del halo de la Vía Láctea -escriben los investigadores en su artículo- su límite exterior constituye una restricción fundamental. Y a menudo, esa distancia responde a una elección subjetiva”. Desde ahora, Aunque, los astrónomos cuentan con una distancia real, definida En base a las observaciones, y eso abrirá todo un abanico de nuevas posibilidades. “Tenemos muchas esperanzas en que los datos futuros proporcionen una medición más robusta y Necesita del borde de la Vía Láctea de la que hemos presentado aquí”.