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La Voyager 2 revela que Urano se deshace lentamente, 34 años entonces

Hace 34 años, la sonda Voyager 2, que El día de hoy recorre el espacio interestelar, avanzó a «solo» 81.443 kms de Urano, revelando la presencia de dos nuevos anillos, la existencia de 11 nuevas lunas y midiendo temperaturas de hasta -214 ºC. Esta semana, la datos recogida por este venerable explorador robótico ha revelado que el planeta está perdiendo comunicado de su atmosfera En medio plasmoides, burbujas magnéticas situadas en la cola de su ámbito magnético. Estas conclusiones se han publicado en la revista «Geophysical Research Letters». Tal y como está pasando con casi todo, las atmósferas de los planetas no son eternas. En el sistema solar vemos o bien hemos visto de qué manera el viento solar las desplaza, Al similar que Ocurrió en caso de Marte, Ya que en otros casos son los propios planetas los que la echan al espacio A lo largo de su sector magnético, Del mismo modo que ocurre en Júpiter y Saturno. En la Tierra, la atmósfera se va desgastando muy lentamente, A pesar de la protección de su ámbito magnético. Lógicamente, comprender la evolución de todas estas atmósferas es clave para comprender los exoplanetas que hay ahí fuera. En la NASA se está barajando mandar una misión a las lunas de Urano dentro de unas décadas, En este sentido que los científicos están buscando misterios que resolver más adelante. Por esta razón, Gina DiBraccio y Proporcionan Gershman, estudiosos en el centro de Vuelos Espaciales Goddard, de la NASA, se fijaron en el extraño comportamiento del sector magnético de Urano. El extraño comportamiento de Urano
Todos los planetas del sistema solar giran en exactamente la misma dirección, con la excepción de Venus, y tienen un eje de rotación aproximadamente perpendicular o bien inclinado respecto al plano de su órbita, salvo en la situación de Urano. Este mundo tiene el eje de rotación caido acerca de el plano de su órbita (esto quiere decir que sus polos apuntan hacia el plano en el que se encuentra el Sol). Por si es que esto ya fuese poco raro, el eje de su sector magnético está desviado 60º con relación a su eje de rotación, con lo cual su magnetosfera gira en el espacio de una forma tan extraña que dificulta representarla en modelos de ordenador. Los data más completos del extraño ámbito magnético de Urano son los recogidos por el magnetómetro de la Voyager 2 en 1986, Durante una pasada que duró 45 horas. DiBraccio y Gershman decidieron analizarlos con más precisión de lo hecho hasta entonces, dividiendo las mediciones en «fotogramas» de 1,92 segundos. Gracias a esto, descubrieron una variante en la señal que les hizo sospechar que estaban ante un plasmoide. Los plasmoides son gigantescas burbujas de plasma, gas electrificado, que se desprenden de la cola de los sectores magnéticos de los planetas. Esta cola sería el extremo de una bandera arrastrada por el viento, situada al lado contrario del Sol y creada por el empuje constante del viento solar. Un cilindro de 400.000 kilómetros
Gracias a otros estudios realizados en la Tierra y otros planetas, se sabe que estas burbujas de plasma son En verdad una forma especial por la que los planetas pierden masa y ven su atmósfera modificada. Sin embargo jamás hasta acto seguido se habían visto en Urano. El plasmoide observado por los autores de este estudio apenas duró 60 segundos. Realmente tiene el aspecto de una rápida subida y bajada en los datos del ámbito magnético No obstante, Según Gershman, «si lo pasaras a las tres dimensiones tendría el aspectro de un cilindro». En concreto, sería un cilindro de 204.000 kms de largo y 400.000 de ancho, repleto de hidrógeno ionizado, Según los autores de este trabajo. Conforme sus cálculos, estos plasmoides podrían ser el mecanismo dominante por el cual Urano pierde su atmósfera en el espacio, Si bien no tienen suficientes información De esta forma tal como para saber de qué manera cambian con el tiempo. Por ende, han cumplido con su fin inicial: localizar nuevas preguntas sin contestación que plantearse sobre este lejano planeta.