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Nuestro antepasado directo, más viejo de lo cual se creía

El hallazgo del cráneo de un niño pequeño de apenas tres años en las ondulantes colinas de Johannesburgo vuelve a romper el esquema clásico de la evolución humana en el que un ser simiesco se marcha levantando hasta llegar al sapien actual. Los escombros son de a un Homo erectus
, uno de nuestros antepasados directos, que andaba y corría por los pastizales sudafricanos hace 2 millones de años, 200.000 años Antes de lo cual se creía y en un lugar donde jamás Antes se había encontrado. Por fuerza, este homínido que ya se parecía más a nosotros, de postura erguida y viajero exitoso, tuvo que coexistir al lado de otras dos criaturas humanas mucho más primitivas, Australopithecus y Paranthropus robustus. Los fragmentos del cráneo (DNH 134) aparecieron Durante una campaña de excavaciones en el yacimiento de Drimolen, dentro de la zona denominada Cuna de la humanidad por su riqueza fósil. Fueron descubiertos por un club internacional dirigido por estudiosos de la Universidad La Trobe en Australia y la de Washington en St. Louis (EE.UU.) quienes, Según explican en la gaceta «Science», no comprendieron la auténtica naturaleza de los escombros hasta la fecha en que acudieron reconstruidos. «Comenzamos a juntarlos. Absolutamente nadie podía decidir de qué era ese cráneo hasta que una noche todo se unió, ¡y nos dimos cuenta de que estábamos buscando un homínido!», explica Stephanie Baker, del Instituto de Paleoinvestigación de la Universidad de Johannesburgo. Pero, ¿qué tipo de homínido? «La forma de lágrima de la tapa del cráneo y su cavidad cerebral relativamente grande indicaban sin sector a dudas que se trataba de un Homo erectus», apunta. Resultó una sorpresa mayúscula. Homo erectus, que caminaba erguido, con brazos más cortos y piernas más largas, más humano que cualquier otro homínido encontrado en la Cuna de la humanidad, vivió allá, en Sudáfrica, donde nunca Antes había sido descubierto. Y lo cual es todavía más extraordinario, lo hizo hace 2 millones de años, Según sugiere la datación con distintas técnicas de vanguardia del terreno en el que se descubrieron los fragmentos del cráneo y de otros fósiles. Hasta entonces, el erectus más viejo jamás descubierto era el de Dmanisi en Georgia, de hace 1,8 millones de años. a su vez, el niño de Drimolen era 400.000 años más viejo que otros erectus africanos De exactamente la misma manera que el famoso niño de Turkana en Kenia. «La antigüedad del fósil DNH 134 muestra que Homo erectus existió de 150.000 a 200.000 años Antes de lo cual se pensaba», dice Andy Herries, líder del Departamento de Arqueología e Historia, en La Trobe. Gracias a que Se trata de uno de nuestros antepasados directos, el descubrimiento tiene implicaciones para los orígenes de los humanos modernos. «Hasta este hallazgo, Siempre y en toda circunstancia y en toda circunstancia y en todo momento supusimos que Homo erectus se originó en el este de África. Pero DNH 134 muestra que tal vez proviene del sur. Eso significaría que posteriormente se mudó hacia el norte y el este del continente. Desde ahí pasó por el norte de África para poblar el resto del mundo», afirma Baker. Paisaje compartido
La antigüedad del cráneo Asimismo muestra que tres especies de ancestros humanos primitivos vivieron en el sur de África al mismo tiempo en el lugar fósil de Drimolen: H. erectus, Australopithecus, esta ya endémica, y Paranthropus robustus. Conforme los autores, quizás las tres especies se veían diferentes (Paranthropus era más pequeño que los otros dos) y usaban distintas partes del paisaje para eludir competir entre sí. «Paranthropus robustus comía plantas duras, raíces y tubérculos, De ahí que sus dientes eran verdaderamente grandes», indica Baker. En comparación con las otras dos especies, los homínidos de Homo erectus eran altos y delgados. Y comían cosas que eran más fáciles de digerir, Al idéntico que frutas y bayas. De la misma forma se alimentaban de carne, No obstante los paleoantropólogos no están seguros de cómo la obtenían, Porque esos primeros erectus todavía no cazaban con armas. «También sabemos que fueron capaces de cubrir largas distancias, lo cual se dirigió una suerte para ellos, Porque Durante su tiempo, el clima cambió en el sur de África», explica la investigadora. Paranthropus y Australopithecus evolucionaron en climas cálidos y húmedos y estaban acostumbrados a eso ambientes. En el momento el clima se volvió frío y seco, la cubierta arbórea disminuyó y los pastos tomaron su sector. Finalmente, los bosques fueron reemplazados por los pastizales africanos de la sabana de Hoy. El clima más frío se adaptaba mejor a Homo erectus, más móvil y social. No en vano sobrevivió En medio 1,5 millones de años y llegó a Eurasia, al paso que las otras dos especies coetáneas se vieron abocadas al desastre.