El terminante de la presente década ha sido muy fructífero para los astrónomos en búsqueda de objetos interestelares: a finales de 2017 daban con el enigmático Oumuamua, un cuerpo venido A partir de más allá de nuestro Sistema Solar que fue captado justo al terminante de su travesía por nuestro vecindario cósmico y acerca de el que aún se discute su origen y composición. Luego llegó Borisov, de quien tenemos la certeza de que es un cometa venido de otra estrella para «morir» en nuestro espacio. Sin embargo hay otros cuerpos que «aprovechan» el viaje para quedarse entre nosotros. Es el caso del asteroide 2015 BZ509, conocido De exactamente la misma manera que «Bee-Zed». Bee-Zed llamó la atención de la comunidad científica por orbitar en dirección contraria al resto de los 6.000 cuerpos que orbitan Júpiter. Esta suerte de «asteroide suicida» descubierto en 2015 fue catalogado Tal y como el 1er objeto extrasolar captado en el Sistema Solar captado por el hombre. El 1er asteroide que no se formó en nuestro vecindario cósmico, Sino más bien que en otro. En el instante los visitantes se quedan a vivir
Sin embargo, no sería el único: un nuevo estudio capitaneado por el mismo Equipo que descubrió a Bee-Zed habría hallado un total de 19 asteroides que gravitan entre Júpiter y Neptuno que Además se habrían creado fuera de nuestros límites solares. Fathi Namouni, investigadora del CNRS en el Laboratoire Lagrange (CNRS / Observatoire de la Côte d’Azur / Université Côte d’Azur), y Helena Morais, investigadora en UNESP en Brasil publican esta semana sus conclusiones en la revista «Monthly Notices of the Royal Astronomical Society». Según sus cálculos, las órbitas actuales y las características de estos 19 asteroides Sólo pueden explicarse «si estos objetos no estaban en nuestro Sistema Solar en su nacimiento, hace 4.500 millones de años», afirman en un Sólo parte. Todos pertenecen a la familia de los centauros, asteroides ubicados entre gigantes gaseosos, que En ocasiones se comportan Del mismo modo que cometas, y cuyas órbitas no se pueden predecir. Por eso, Namouni y Morais desarrollaron una simulación cara atrás en el tiempo, basándose en datos seguros, para descubrir prosiciones pasadas. Los enigmáticos centauros
Los objetos de nuestro sistema ya gravitaban alrededor del Sol hace 4.500 millones de años en el mismo plano del disco de polvo y gas en el que se formaron. Aunque, los diecinueve centauros no estaban ahí en primer lugar. Las simulaciones exhiben no Solo que estos cuerpos tendrían que estar en un Solo plano perpendicular a los movimientos planetarios en ese instante, Sino más bien También que se encontraban lejos del disco de origen de asteroides de nuestro vecindario cósmico. Es De ahí que que el estudio indica que estos 19 asteroides no se originaron en el Sistema Solar, Sino más bien que probablemente son fruto de un cúmulo estelar próximo que tuvo grandes interactúes gravitacionales con el nuestro, quien al terminante «capturó» dichos cuerpos para sí. El próximo paso será dilucidar si es que más objetos cayeron en las redes de nuestros confines ahora de esta «lucha» entre la gravedad de las estrellas.