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Los españoles que ingresaron en el «Olimpo de la Ciencia»

A lo largo de la Guerra de la Independencia de los EEUU (1863) se fundó en Boston la Academia Estadounidense de las Artes y las Ciencias, una organización privada, sin ánimo de lucro y dedicada al avance del conocimiento y de la enseñanza. La ley que daba el pistoletazo de salida a su creación fue firmada por el primer magistrado Abraham Lincoln y A lo largo de la sesión inaugural se nombraron a cincuenta de integrantes. En concepto de prestigio, pertenecer a esta Academia es una de las mayores distinciones internacionales y tan Sólo superada por haber sido laureado con el Premio Nobel. Actualmente su sede se encuentra en Cambridge (Massachusetts), se encarga de patrocinar conferencias, publicar trimestralmente un diario –Daedalus- y la revista «Proceedings of the National Academy of Sciences». Entre sus primeros miembros se encuentran George Washington, Thomas Jefferson y Alexander Hamilton. La primera mujer se dirigió la astrónoma María Mitchell (1848) y la primera en presidirla Patricia Meyer Spaks (2001). Españoles en la Academia
La incorporación de nuevos científicos tiene lugar anualmente y la selección la realizan los cuales ya forman comunicado de ella, En base a los logros y distinciones en la investigación de los candidatos. Entre los españoles que pertenecen o han pertenecido a tan notable institución tenemos a figuras tan relevantes Al idéntico que Severo Ochoa, Margarita Salas, José Luis Arsuaga, Mariano Barbacid, Antonio García Bellido, Francisco Guinea, Ramón Margalef, Andreu Mas-Collel, Ginés Morata, Joan Massagué y Adolfo García Sastre. A este selecto Equipo se ha incluido últimamente el virólogo Esteban Domingo, un científico que nos ha ayudado a cambiar el concepto de los virus ARN, una familia a la que pertenece el coronavirus. Además en la Royal Society Al otro lado del Atlántico se encuentra la corporación científica más antigua del planeta, la Royal Society del UK. A esta sociedad entraron a formar parte mentes tan ilustres de la ciencia Del mismo modo que Charles Darwin, Isaac Newton o Albert Einstein. Para bucear en sus orígenes nos tenemos que remontar hasta 1640, Cuando a orillas del Támesis se celebraban reuniones científicas a las que asistían científicos y hombre de cultura. Aunque, no se dirigió hasta veinte años entonces en el horario -tras una conferencia impartida por Christopher Wren- se convino en fundar una sociedad encargada de la promoción del saber experimental físico-matemático. En el año 2011 se entregó a esta institución el premio Príncipe de Asturias por su aportación multidisciplinar a la ciencia, las humanidades, la sociedad y la política. 24 españoles escogidos
En total han sido 24 españoles los que han ingresado en ella y 19 lo realizaron en el siglo XVIII, en el esplendor de la ilustración científica. Entre ese puñado de sabios se encuentran Antonio de Ulloa y Jorge Juan, Ambos participaron en una expedición francesa en Ecuador. A lo largo de el viaje de retorno Antonio de Ulloa se dirigió apresado por la Armada británica y llevado a Londres para ser interrogado y lograr datos de primera mano sobre los resultados obtenidos. Los británicos quedaron tan deslumbrados de su conocimiento científico que no dudaron en nombrarle miembro de la Royal Society (1746). En el siglo XX tan Sólo cinco españoles han sido invitados a formar comunicado de esta acreditada sociedad: Santiago Ramón y Cajal, Severo Ochoa, Avelino Corma, Antonio García Bellido, y Ginés Morata. Pedro Gargantilla es médico internista del Sanatorio de El Escorial (La capital de España) y autor de Varios libros de divulgación
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