Por Dr. César Augusto Lerena.
Entiendo que es posible retornar al trabajo si
se toman determinadas precauciones para evitar el contagio con CORONAVIRUS
COVID-19. Desde hace 45 años que controlo la calidad y sanidad de la
alimentación en industrias urbanas con trabajadores que realizan tareas de gran
esfuerzo y otras que operan a 4500 metros del nivel del mar; centros de
entrenamiento de deportistas de alto rendimiento y competencias internacionales
de jóvenes atletas; buques pesqueros que navegan en altamar; complejos
turísticos de adultos mayores, niños y personas vulnerables. Establecimientos
donde se alimentan de 500 a 6000 personas por servicio. Es decir, de 1.000 a
12.000 personas por día. Mi función ha sido garantizar que las personas que no
se contaminen y sufran dolor de cabeza, dolor abdominal, vómitos, diarrea, e
incluso se mueran por la ingestión de alimentos con agentes químicos,
parásitos, hongos, virus, bacterias e incluso sus esporas tóxicas, ya que hay
más de 300 enfermedades que se trasmiten a través de los alimentos.
Para asegurar que no se produzcan
contaminaciones se aplican planes HACCP (Análisis de Peligros y Puntos Críticos
de Control) y, sin entrar en mayores detalles, se le exige al personal el uso
de barbijos, el lavado adecuado de manos y, el mantenimiento, desinfección y
cocción adecuada de los alimentos. El uso de barbijos y el lavado de mano y
antebrazos es central para evitar que el operario que trabaja a pocos
centímetros del alimento no lo contamine y tampoco las superficies de contacto
en la que trabaja (mesadas, utensilios, envases, grifos, picaportes, etc.), de
otro modo los accidentes alimentarios serían múltiples y en algunos casos de
altísimo riesgo sanitario.
Dicho esto, relacionaré estas prácticas con la
forma de evitar el contagio por COVID-19. En primer lugar, hay que dar un
giro de 360o la aplicación de la cuarentena. Las cuarentenas, no se usan
para aislar personas ni animales sanos no sospechosos, puede utilizarse
inicialmente en forma reactiva, pero luego debe destinarse solo para enfermos,
portadores asintomáticos y sospechosos o, en este caso, para aislar personas de
alto riesgo. A mi juicio, las personas habilitadas a circular y trabajar
deberían ser testeadas reiteradamente (a cargo del empleador o del Estado según
se trate) y, de resultar negativas, iniciar o continuar sus tareas y, si fueran
positivas, disponer su inmediata aislación domiciliaria, salvo, si por su
compromiso sanitario, debieran derivarse a un establecimiento
hospitalario.
En segundo lugar, hay que preguntarse si lavarse
las manos y usar barbijo son suficientes para evitar la contaminación el virus.
En principio sí. Pero ello dependerá del tipo de barbijo y de la
oportunidad, frecuencia y cómo se efectúa el lavado de manos. No es suficiente
el uso de cualquier “tapa bocas” porque el virus mide unas 0,2 micras y además
debe tapar la nariz. Por lo que toda persona en la calle o lugares de
recreación o trabajo debiera usar un barbijo 3M o N95 o de doble capa
(60g-40g). El precio final de estos últimos ronda en los $35 y deberían
comprarse dos para rotar luego de su lavado diario. Las manos deben lavarse o
desinfectarse con alcohol (70% alcohol y 30% de agua) o solución de lavandina
(1 litro de agua y 20ml de lavandina: cloro 25g/l) previo al acceso y salida de
un transporte o un local.
En tercer lugar, habría que preguntarse si es
necesario realizar test y mantener una distancia de 1,5/2 metros. Esto
último pudo encontrar algún justificativo cuando no se hacían test y solo se
exigía el uso de barbijo al personal médico y afín, probablemente motivado la
falta de este elemento, ya que, de haberse usado el barbijo, se hubiese evitado
la transmisión de portadores asintomáticos y evitar la contaminación de los
sanos. La realización de test es central para sacar de la calle a todo enfermo
o asintomático. Ahora, si no se requiere distancia con el uso de barbijo,
ello permitiría viajar sentados en el transporte a todos los trabajadores y
ello habilitaría el traslado, especialmente desde el AMBA a CABA y viceversa.
Los transportes deberían efectuar una desinfección general con solución de
lavandina cada ronda.
En cuarto lugar, el acceso a los comercios en
general, no tendrían inconveniente alguno, en tanto y en cuanto, los
empleados y clientes usen barbijo y previo a su ingreso se desinfecten las
manos, debiendo el personal, además, al menos cada dos horas lavarse las manos
y antebrazos. En las industrias el personal tendría que usar barbijo y,
además de la higiene de manos al ingreso, debería habilitarse un sector para la
limpieza profunda de manos y antebrazos cada dos horas. Respecto a los restaurantes
y cafés deberían instalar al ingreso un lavamos accionados a rodilla (sin
manos) para que los clientes se laven las manos al ingreso y egreso y, el
negocio, debería proveerles toallitas desinfectantes para limpiarse la cara. No
deberían encontrarse en el local más que una mesa de 0,60m x 0,60m con dos sillas
cada una en un radio de 2,25m2 o su equivalente en mesas más
grandes. El personal tendría que usar barbijo y, además de higienizarse las
manos al ingreso, deberían contar con un sector para la limpieza profunda de
manos y antebrazos cada dos horas. Los baños/sanitarios para los clientes se
mantendrían clausurados. Los locales de cualquier tipo deberían efectuar una
desinfección general con solución de lavandina dos veces por turno, uno de
ellos inmediatamente antes del servicio. La práctica de “lavarse las manos
antes de comer” hay que llevarla a la práctica antes de entrar al local no en
los baños, que generalmente carecen de higiene y es un foco de
contaminación.
En quinto lugar, todo el personal que realice
tareas diversas (plomeros, albañiles, electricistas, empleadas domésticas,
etc.) debe estar provisto de barbijo y efectuar una limpieza de manos,
antebrazos y cara antes de ingresar al lugar.
Accesoriamente a todo ello el gobierno
debería proveer de guantes descartables, barbijos doble capa y lavandina (2g/litro)
a las personas más vulnerables para que tengan acceso a su higiene domiciliaria
y en la vía pública. Por supuesto, el gobierno deberá desalentar y penalizar a
las personas que circulen o trabajen sin barbijo.
La consigna es salgamos a testear, a relevar la
población activa, pongamos a todos los científicos a la búsqueda de
tratamientos y vacunas y, la gente a producir.
Dr. César Augusto Lerena Doctor en Ciencias
Veterinarias – 7 de mayo de 2020
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PROA AL FUTURO RADIO es una realización de Ricardo
Ferradas y Marcelo Muchi.