Ir al contenido

Hallan un mundo rocoso a casi 25.000 años luz de distancia, el más lejano descubierto Hasta ahora

Por lo cual sabemos, nuestra galaxia podría estar llena de planetas similares a la Tierra. Esa clase de mundos son, por presunto, los cuales más interesan a los científicos, No obstante por desgracia son También los más difíciles de hallar. Sólo un tercio de los más de 4.000 planetas confirmados Hasta la fecha, en efecto, han resultado ser rocosos. Por eso, el anuncio de un nuevo exoplaneta “terrestre” resulta Siempre y en toda circunstancia algo excitante. Y en esta oportunidad, esa excitación ha sido doble. La denominación de esta inédita supertierra no es sencillo de recordar: OGLE-2018-BLG-0677b. Y pertenece a un pequeño subconjunto de planetas rocosos que orbitan aproximadamente a exactamente la misma distancia de su estrella que la Tierra. Es decir, que recibe la volumen justa de calor a fin de que en ellos pueda existir agua en estado líquido, uno de los elementos precisos para la vida. El hallazgo se termina de publicar en “The Astronomical Journal”. Este nuevo mundo se halla a 24.722,65 años luz de distancia de nosotros, lo cual le convierte en uno de los exoplanetas más distantes descubiertos hasta después. De hecho, se encuentra muy cerquita, o puede que dentro, del “bulbo galáctico”, la zona más densamente poblada de estrellas alrededor del centro de la Vía Láctea. Una detección complicada
La mayoría de los exoplanetas que conocemos se han encontrado primordialmente Gracias a dos métodos: el del tránsito, que los detecta Debido a las minúsculas variaciones en la luz de la estrella Cuando los planetas pasan por delante; y el del “bamboleo”, que detecta los diminutos movimientos, o bamboleos, que la gravedad de los exoplanetas desencadena en sus estrellas anfitrionas. Existe, Aunque, un 3er método de cazar planetas, y se basa en Algunas predicciones de la Relatividad general de Einstein. Imagine dos estrellas en fila, una detrás de la otra, y a un observador (nosotros) en La misma línea Sin embargo un poco más lejos. Los rayos de luz de la estrella trasera (la fuente) se doblarán tenuemente en la fecha pasen cerquita de la estrella más próxima (la lente) Gracias a su gravedad. Lo cual distorsiona y magnifica la luz de la fuente, Además que si de una enorme lupa se tratara. El fenómeno se conoce Además que “microlente gravitacional”. Hay tantas estrellas ahí fuese que el número de esas anteojos es en realidad grande. Y si es que añadimos un exoplaneta a la ecuación, su presencia creará una perturbación adicional en la luz de la fuente que llega hasta el observador. Lo cual puede medirse y ser reconocido Del mismo modo que la “firma” de un planeta. Acto seguido, los astrónomos pueden investigar la curva de luz del evento de microlente para determinar los parámetros de ese mundo (masa, composición, tamaño, etc). El incidente fue observado independientemente por dos experimentos diversos, el Sistema de Alerta Temprana del Experimento de Lente Gravitacional Óptica (OGLE) y la Red de Telescopios de Microlente de Corea (KMTNet). Entre Ambos, logran advertir unos 3.000 acontecimientos de microlente cada año, No obstante en la inmensa mayoría de los casos Se trata Sólo de estrellas, sin planetas implicados. El estudio combinado de Los dos Grupos de datos contribuyó al análisis del nuevo exoplaneta. Una supertierra de manual
De este modo, los investigadores determinaron que el nuevo planeta pertenece a la categoría de las supertierras, con una masa que es 3,96 veces la de nuestro propio mundo. Lo cual, a su vez, lo convierte en uno de los exoplanetas con menor masa decubierto usando microlentes gravitacionales. La estrella anfitriona es muy chiquita, apenas 0,12 veces la masa del Sol, tanto que no fue posible determinar si es que se trataba de una estrella de muy poca masa o de una enana marrón. La distancia del mundo a la estrella está entre 0, 63 y 0, 72 unidades astronómicas, lo cual equivale a la distancia que hay entre Venus y el Sol. El flamante mundo, Asimismo, orbita muy lentamente cerquita de de la estrella, y su año dura 617 días. Aunque, por ahora no es posible saber si OGLE-2018-BLG-0677b es, o bien no, habitable. Por una parte, en efecto, no conocemos la naturaleza de la estrella, y su temperatura y nivel de actividad juegan un fuerte papel en la habitabilidad como la conocemos. Puede que con la cercana generación de telescopios, Hoy en fase de construcción, Ciertas de esas dudas se despejen. Entre tanto, los estudiosos siguen acumulando mundos esperanzadores Como este. ¿Quién sabe? A lo mejor alguno de ellos puede resultar ser, por fin, una 2da Tierra.