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¿Por qué las compañías privadas han aterrizado en la nueva carrera espacial?

El famoso programa Apolo, que logró llevar Por primera vez al hombre a la Luna, costó a las arcas públicas estadounidenses unos 24.000 millones de la época. Sin incluir el costo de las infraestructuras. Casi cinco lustros de un ingente gasto que La jornada de hoy equivaldría a unos 153.000 millones de dólares actuales (138.000 millones de euros, prácticamente la décima comunicado del PIB español). «Solo el canal de Panamá se asemeja en tamaño al programa Apolo Así tal y como el mayor esfuerzo tecnológico no militar jamás realizado por EE. UU.», escribía la propia agencia espacial en un Solo análisis histórico. Y la intención Sólo era demostrar al mundo el poderío americano en plena Guerra Fría. Ahora, Cuando la intención es crear bases permanentes en la Luna para, tan Sólo una década entonces, llevar al 1er hombre a Marte; Tal como explotar los recursos que ofrece nuestro satélite -y acá se incluyen A partir de materias primas hasta oportunidades científicas y turísticas-, el presupuesto podría dispararse más que los propios cohetes. Es por ello que A partir de principios de los 2000 la NASA tenía en mente programas de cooperación público-privada en los que la agencia espacial se convierte en una especie de «contratista» de empresas privadas que asumen el reto de crear proyectos imaginados por el ente público: cohetes reutilizables, cápsulas espaciales que actúen De exactamente la misma forma que trasbordadores, aterrizadores para otros mundos. Englobados bajo La denominación NextSTEP («Next Space Technologies for Exploration Partnerships»), la iniciativa creada oficialmente en 2014, busca «el desenvolvimiento comercial de capacidades de exploración del espacio profundo para apoyar misiones de vuelo espacial humano más extensas dentro y más allá del espacio alrededor la Tierra que se extiende más allá de la Luna», indican en un comunicado. Esto es: que el espacio se abra Además al campo privado. «Una comunicado esencial de la estrategia de la NASA es estimular la industria espacial comercial para ayudar a la agencia a conseguir sus metas y objetivos estratégicos para expandir las fronteras del conocimiento, la capacidad y las ocasiones en el espacio», continúan. «Un componente clave del modelo de asociación NextSTEP es que brinda una oportunidad para que la NASA y la industria se asocien para desarrollar capacidades que cumplan con los objetivos de exploración espacial humana de la NASA al tiempo que respalden los planes de comercialización de la industria». Es decir, que la NASA consiga sus objetivos científicos y que las empresas privadas puedan ampliar sus horizontes comerciales, ya sea por ejemplo probando sistemas de satélite o bien ideando vehículos que A continuación de haber sido probados por astronautas, podrán servir en los próximos vuelos espaciales turísticos. Una estrategia «Win- Win» que, de entrada, contenta a todas y cada una y cada una de las partes. La pugna entre SpaceX y Boeing
La dinámica para la atribución de contratos es sencilla: las compañías que quieran pueden incurrir al objetivo propuesto por la NASA, En este sentido tal y como Ocurrió a mediados de esta década con el nuevo trasbordador espacial. Acto seguido de Varios años de intentonas -y el mayor desastre de la agencia, la tragedia del Columbia en 2003-, el organismo público echó el cierre terminante al programa para crear vehículos espaciales propios. Pero, depender de los sistemas rusos Soyuz para transportar astronautas y carga a la Estación Espacial Internacional (ISS) supone un gasto de unos 85 millones de dólares (unos 77 millones de euros) tan Solo en un boleto de ida y vuelta. Es por ello que en 2014, bajo el paraguas de NextSTEP, se seleccionó a Boeing y SpaceX para desarrollar, por separado, sistemas de cápsulas tripulables que les devolvieran la independencia. En un principio, la compañía de Elon Musk había recibido 2.400 millones, De esta forma que desarrolló el prototipo Crew Dragon; Por su comunicado, el gigante aeronáutico creó el prototipo CST-100 Starliner en seguida de lograr 4.200 millones de presupuesto de la NASA. No obstante, el proyecto de SpaceX, que es el que va a ser tripulado por 1era vez por humanos El día de hoy, ha estado Siempre y en toda circunstancia y en toda circunstancia y en toda circunstancia a la cabeza en las pruebas y el crecimiento, A pesar de tener con un menor presupuesto. De contar triunfo la misión histórica de este miércoles y de implementarse en los próximos lanzamientos estadounidenses, la Crew Dragon supondría un ahorro de unos 30 millones de dólares por persona y viaje, Porque el coste calculado sería de unos 55 millones de dólares (rozando los 50 millones de euros) ida y vuelta a la ISS -si bien aquí no se añade la inversión original de la NASA-. Y todo ello sin disponer con que las cápsulas Crew Dragon se fabricarían en los propios U.S.A. y no Solo estarían destinadas a transportar astronautas: los primeros turistas espaciales que utilizarían estos vehículos tampoco tardarían en aparecer, Conforme ha confirmado la compañía de Musk. Otros proyectos y otras compañías
Pero no Sólo SpaceX y Boeing son los únicos agentes privados que se han sumado a esta renovada carrera espacial. A finales del pasado mes, Jim Bridestine, Administrador General de la NASA, anunció que las empresas Blue Origin (que pertenece a Jeff Bezos, propietario de Amazon), Dynetics (de la empresa Leidos) y, nuevamente, SpaceX habían sido las seleccionadas para diseñar, desarrollar o fabricar los componentes del programa Artemis, que va a ser la continuación del programa Apolo. En total, los tres contratos destinan 967 millones de dólares por un periodo de 10 meses. También, la NASA ha seleccionado a las compañías Astrobotic, Intuitive Machines y OrbitBeyond para el envío de instrumentos científicos y demostradores tecnológicos a la Luna en futuras misiones robóticas. <blockquote class=”twitter-tweet”><p lang=”en” dir=”ltr”>Big News! The <a href=”https://twitter.com/hashtag/Artemis?src=hash&amp;ref_src=twsrc%5Etfw”>#Artemis</a> generation is going to the Moon to stay. I’m excited to announce that we have selected 3 U.S. companies to develop human landers that will land astronauts on the Moon: <a href=”https://twitter.com/blueorigin?ref_src=twsrc%5Etfw”>@BlueOrigin</a>, <a href=”https://twitter.com/Dynetics?ref_src=twsrc%5Etfw”>@Dynetics</a> &amp; <a href=”https://twitter.com/SpaceX?ref_src=twsrc%5Etfw”>@SpaceX</a>. <a href=”https://t.co/mF6OzFqJJC”>https://t.co/mF6OzFqJJC</a> <a href=”https://t.co/nuMQlDIyGS”>pic.twitter.com/nuMQlDIyGS</a></p>&mdash; Jim Bridenstine (@JimBridenstine) <a href=”https://twitter.com/JimBridenstine/status/1255902514542718976?ref_src=twsrc%5Etfw”>April 30, 2020</a></blockquote> <script async src=”https://platform.twitter.com/widgets.js” charset=”utf-8″></script> Otros países Asimismo han explorado otras vías de financiación de misiones espaciales sin que todo el presupuesto recaiga acerca de un único organismo: la Agencia Espacia Europea (ESA) no Sólo hace partícipes a estados europeos y empresas dentro de sus fronteras, Sino más bien De la misma forma se ha aliado en varias ocasiones con la propia NASA, Roscosmos, JAXA y otras agencias espaciales internacionales. Por otra parte, También hay iniciativas íntegramente privadas, Al igual que es la ocación de la compañía israelí SpaceIL, que trató de enviar una sonda el año pasado a la Luna, Si bien fracasó en el intento. Diferentes maneras de encarar la nueva carrera espacial del siglo XXI.