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Brian May, guitarrista de Queen, en búsqueda del origen de los asteroides

Tal vez muchos no sepan que Brian May, el mítico guitarrista del conjunto Queen, es Además un astrofísico muy activo, y que A partir de hace muchos años dedica grandes esfuerzos a comprender mejor la naturaleza de los miles de cometas y asteroides que circulan continuamente por todo el Sistema Solar. Ahora, May ha participado, junto a otros astrofísicos, en un estudio destinado a investigar las misteriosas similitudes entre Múltiples asteroides diversos y ya explorados por sondas espaciales. La idea es que muchos de ellos podrían ser fragmentos de otros cuerpos mucho mayores, fragmentados por violentas colisiones. El trabajo se acaba de publicar en Nature Communications. En su estudio, Brian May y el resto de investigadores resaltan el hecho de que tanto el asteroide Bennu, de 525 mts de diámetro y visitado últimamente por la sonda OSIRIS-REX de la NASA, De La misma manera que el asteroide Ryugu, de 1 km de diámetro y estudiado de cerquita por la sonda nipona Hayabusa2, tienen prácticamente exactamente la misma forma de peonza y comparten, Asimismo, una densidad muy igual. Aunque, Los dos contienen diversos cantidades de agua. Ryugu, en efecto, tiene mucha menos que Bennu, y eso ha impedido pensar, Hasta la fecha, que Los dos tienen un origen común. “Las maneras de los asteroides y su nivel de hidratación -explica May- pueden servir Al afín que trazadores de su origen y Asimismo historia”. Precisamente, la participación de Brian May en este estudio surgió de sus actividades de investigación de asteroides, incluido el trabajo en los equipos científicos de Hayabusa2 y OSIRIS-REx y Del mismo modo que miembro de la Junta Asesora del proyecto de Modelado de Objetos Próximos a la Tierra y Carga para la Protección (NEO-MAPP), financiado por El programa H2020 de la Comisión Europea. Liderados por Patrick Michel, directivo de Investigación en el Observatorio del CNRS francés en la Costa Azul, los creadores del artículo Piensan que esta investigación También puede ser relevante para la misión de defensa planetaria Hera, de la Agencia Espacial Europea y de la que Michel es directivo científico. Hera, en efecto, explorará el sistema binario de asteroides Didymos Despues de la desviación orbital del más pequeño de Ambos cuerpos llevada a cabo por la misión DART, de la NASA.<iframe height=”286″ src=”https://www.youtube.com/embed/8PIwxKma1tw” frameborder=”0″ allowfullscreen style=”width:100%;”></iframe> “La forma de peonza de Bennu y Ryugu -explica Michel-, que añade un abultamiento ecuatorial pronunciado, es compartida por muchos otros asteroides, incluído el mayor de Ambos asteorides del sistema Didymos, de 780 metros. La principal hipótesis es que una alta tasa de rotación hace que, con el tiempo, la fuerza centrífuga cambie la manera de esos asteroides, a medida que el material fluye A partir de los polos hacia el ecuador”. “En la ocación de Didymos -prosigue el investigador- eso podría explicar de dónde procede su niña luna Didymos A, que pudo formarse Desde el material que se liberó del ecuador del cuerpo mayor Debido a la rápida rotación. Aunque, en la ocasión de Bennu y Ryugu existe un problema: la observación próxima llevada a cabo por las dos misiones que los estudiaron ha revelado grandes cráteres en sus crestas ecuatoriales, lo que sugiere que esas protuberancias se formaron muy temprano en la historia de esos asteroides”. Recreación del asteroide binario Didymos junto a su chiquita luna, Didymos A – ESA
Para Ron Ballouz, del Laboratorio Lunar y Planetario de la Universidad de Arizona y que Asimismo firma el estudio, esos hallazgos plantean una esencial pregunta: “¿Son esas propiedades (manera de los asteroides, densidad, niveles de hidratación más o bien menos altos, etc) una consecuencia de la evolución natural de esos objetos o bien más bien el resultado inmediato de su proceso de formación?”. Para “echar un vistazo” hacia atrás en el tiempo, los estudiosos llevaron a cabo varias simulaciones informáticas de asteroides de alrededor de 100 kilómetro que se habrían fragmentado Gracias a colisiones, liberando De este modo abundantes fragmentos que se transformaron con el tiempo en objetos más pequeños. Se cree, en efecto, que ese es el mecanismo por el que se han formado a mayoría de los asteroides de más de 200 metros. “Las simulaciones -asegura Michel- fueron extremadamente exigentes Desde el punto de vista computacional y tardaron Varios meses en lcompletarse. Lo más desafiante se dirigió simular el proceso de reacumulación, que incluía una codificación detallada para el contacto de partículas, deslizamiento y fricción por corte. Además observamos el nivel de calentamiento de los fragmentos posteriores al impacto, determinando su nivel de hidratación”. De este modo, los estudiosos se dieron cuenta de que, Aunque el proceso de reacumulación llevaba a una extensa pluralidad de maneras, existe una tendencia hacia la de peonza, En tanto que el material de agregación tiende a acumularse en maneras esferoides. “Esos esferoides -prosigue Michel- pueden ser acelerados por el efecto YORP (un calentamiento gradual provocado por la luz del Sol que recibe ese nombre por sus descubridores, Yarkovsky, O´Keefe, Radzievskil y Paddack) para formar una protuberancia ecuatorial en una rápida escala de tiempo en términos de asteroides, de menos de un millón de años, lo que explica lo cual vemos en Bennu y Ryugu”. La imagen muestra el extraordinario similar entre los asteroides Bennu, estudiado por la misión OSIRIS-REX de la NASA, y Ryugu, visitado por la sonda nipona Hayabusa2 – ESA
Un origen común
Pero los científicos De la misma forma encontraron otra cosa. Los niveles finales de hidratación de los asteroides pueden variar de manera notable entre los cuales se formaron Desde los fragmentos del cuerpo primordial. En ese sentido, Brian May trabajó junto a Claudia Manzoni, de la London Stereoscopic Company, para producir imágenes estereográficas en 3D de las consecuencias inmediatas de los impactos, revelando que los fragmentos individuales muestran una amplia diversidad en sus niveles de calentamiento y, por tanto, de hidratación. “Durante una colisión -explica May- es posible que se forme un agregado De este modo tal como Bennu, que experimentó poco calentamieto por impacto, y otro Tal como Ryugu, hecho de material más caliente”. En palabras de Michel, “el resultado es que Bennu y Ryugu podrían formar comunicado de exactamente la misma familia de asteroides, y contar el mismo ‘padre’ A pesar de que sus niveles de hidratación son en seguida muy diferentes. Sabemos que proceden de exactamente la misma zona del cinturón de asteroides, lo que aumenta esa posibilidad, Si bien Sólo lo sabremos con certeza Cuando podamos analizar las muestras de esos asteroides que serán devueltas a la Tierra por Hayabusa2 y OSIRIS-REX”.