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Los ingredientes de la vida, mucho más abundantes de lo cual se creía en el Universo

Conforme un elenco de astrónomos del Observatorio Steward de la Universidad de Arizona, las moléculas orgánicas complejas, esas que se conocen Del mismo modo que los “ladrillos de la vida”, son mucho más numerosos en el Universo de lo que se pensaba. De hecho, se encuentran en a mayoría de las nubes de polvo y gas que, comprimiéndose Debido a su propia gravedad, dan origen primero a las estrellas Y después a lo planetas. Otra conclusión del estudio, que se publicará próximamente en The Astrophysical Journal y que ya puede consultarse en el servidor arXiv.org, es que esas moléculas precursoras de la vida figuran en una fase mucho más temprana de lo esperado. En verdad, ya existen cientos y cientos de miles de años Antes de que las propias estrellas empiecen a formarse. El hallazgo se opone frontalmente a las teorías actuales, Según las que se Necesita un Ambiente caldeado por las protoestrellas (estrellas en formación), a fin de que las moléculas orgánicas puedan existir. Por 1era vez, los autores de esta investigación han buscado las firmas de dos moléculas orgánicas complejas, metanol y acetaldehído, en un número sustancial de posibles lugares de nacimiento de nuevas estrellas. Las observaciones anteriores Siempre y en todo momento y en todo momento y en toda circunstancia se habían centrado en el estudio de objetos individuales. Los llamados “núcleos pre estelares” se denominan De este modo por el hecho de que, No obstante Aún no contienen estrellas, marcan zonas en el espacio en las que el polvo y los gases fríos se están uniendo para dar sitio a las semillas de nuevos soles. En comparación con otros objetos en el universo, Del mismo modo que las galaxias, los núcleos pre estelares se forman en escalas de tiempo bastante cortas, con una vida útil de menos de un millón de años. Impulsados por procesos Al igual que la turbulencia y las fuerzas gravitacionales, el gas y el polvo en la nube molecular se colapsan para formar filamentos, y es dentro de esos filamentos donde se forman los núcleos estelares más densos. Para su trabajo, los investigadores utilizaron el telescopio de 12 metros del Radio observatorio de Arizona en Kitt Peak, alrededor Tucson. Con este instrumento pudieron “echar un vistazo” por medio de la bruma de polvo y gas de 31 núcleos pre estelares dispersos en una región de formación de estrellas conocida De exactamente la misma forma que nube molecular de Tauro, a cerquita de 440 años luz de la Tierra. Cada uno de esos núcleos pre estelares puede llegar a extenderse En medio una distancia equivalente a 1.000 sistemas solares alineados uno junto al otro. “Los núcleos sin estrellas que hemos observado, -asegura Yancy Shirley, coautora del artículo- están aún a Múltiples cientos de miles de años de comenzar a formar una estrella o bien un planeta. Y eso nos afirma que la química orgánica básica que se Precisa para la vida ya está presente en el gas crudo Antes de que empiecen a formarse estrellas y planetas”. Los científicos saben Desde ya hace tiempo que en el espacio existen moléculas prebióticas, las que proporcionan los componentes básicos precisos para la vida tal y De exactamente la misma forma que la conocemos, Sin embargo hasta luego ha resultado difícil averiguar dónde y de qué manera esas moléculas se constituyen, Como los mecanismos que siguen para concluir estando sobre la superficie de los planetas. Primeros pasos evolutivos
Para Samantha Scibelli, música y escritora principal de la investigación, “aún se está debatiendo qué tipo exacto de procesos están en juego, por el hecho de que los modelos teóricos no coinciden En este sentido que vemos. En este estudio, Si bien, les contamos a los teóricos lo abundantes que son esas moléculas, y Gracias a eso podemos restringir mejor los mecanismos de formación que podrían estar teniendo lugar”. Los núcleos pre estelares, en efecto, provienen esta forma tal y como ventanas abiertas a los primeros pasos evolutivos de sistemas estelares con planetas y También inclusive con formas de vida. Ya antes de esta investigación, apenas se habían estudiado unos 10 objetos de este tipo. Y Por norma general centrándose Sólo en una única molécula, el metanol. El Plantel de Sibelli, Si bien, buscó Asimismo, junto al metanol, acetaldehído, un derivado del alcohol que, entre otras cosas, es el responsable de las resacas. Y lo hizo A lo largo de una campaña de observación de prácticamente 500 horas A lo largo de la que se estudiaron los 31 núcleos pre estelares. Los resultados acudieron sorprendentes. El metanol estaba presente en todos y cada uno de los núcleos estudiados, y hasta el 70% de ellos contenía De la misma forma acetaldehído. Los creadores del estudio consideran que estos información son la evidencia de que las moléculas orgánicas complejas están mucho más extendidas en las regiones de formación estelar de lo cual se creía Hasta la fecha. Desafío frontal
Estos hallazgos forman un desafío frontal a las teorías tradicionales acerca de de qué manera se constituyen las moléculas prebióticas, por el hecho de que presentan un escenario en el que el calor de las estrellas nacientes, que se suponía preciso para el nacimiento de las moléculas, aún no existe en absoluto. De ahí que, la extraordinaria abundancia de moléculas orgánicas complejas en nubes de gas y polvo extremadamente fríos significa que, por fuerza, deben de estar funcionando otros procesos, Todavía desconocidos, para su formación. “En el interior de estos núcleos pre estelares -explica Scibelli- , que consideramos De este modo tal y como guarderías o bien lugares de nacimiento de estrellas de baja masa similares a nuestro Sol, las condiciones son tales que resulta bastante difícil que se creen esas moléculas. Gracias a estudios Del mismo modo que este podemos comprender mejor de qué manera los precursores de la vida existen, de qué forma migran y cómo llegan a entrar en los sistemas solares Tras la etapa de formación de estrellas”. Para Scibelli, el estudio de objetos Al igual que la nube de formación estelar Taurus ofrecen pistas importantes sobre nuestra propia historia. “Nuestro sistema solar -explica la investigadora- nació en una nube Del mismo modo que esta, No obstante esa nube ya no está ahí para que la veamos. Mirar objetos en el espacio es Al idéntico que mirar un obra de fotos con instantáneas capturadas de diversos personas en distintos etapas de la vida, A partir de sus días de bebé hasta la vejez”.