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Cómo tu cerebro percibe un olor entre miles y eso puede ayudar en la lucha contra el Covid-19

Los científicos han descifrado cómo los cerebros de los mamíferos perciben los olores -a pesar de que los olores, en realidad, no existen- y distinguen uno de entre miles. En experimentos en ratones, los estudiosos de la NYU Grossman School of Medicine (EE. UU.) crearon por 1era vez una firma eléctrica que se percibe Además que un olor en el centro de procesamiento del olfato del cerebro, el bulbo olfativo. O sea, crearon un estímulo cerebral imitando la sensación de un olor determinado. Éste, por su carácter artificial, podía ser manipulado en tiempo y mandato para poder identificar qué cambios acudieron más importantes para la capacidad de los ratones para identificar con precisión el «olor sintético». Algo De este modo De La misma manera que una «melodía» cerebral relacionada con el olfato que deja saber de qué manera los cerebros de los mamíferos reconocen un olor específico. Muchos olores «Decodificar de qué forma el cerebro distingue los olores es complicado, en parte, por el hecho de que en contraste a otros sentidos Asimismo que la visión, aún no conocemos los aspectos más importantes de los olores individuales», explica el estudioso primordial del estudio, Edmund Chong, MS, Estudiante de doctorado en NYU Langone Health. «En el reconocimiento facial, por servirnos de un ejemplo, el cerebro puede reconocer a las personas basándose en señales visuales, Al semejante que los ojos, aun sin ver la nariz y los oídos de alguna persona. Sin embargo estas peculiaridades distintivas, Conforme lo registrado por el cerebro, Aún no se han encontrado para cada olor», asevera. Los resultados del estudio, publicado en la gaceta «Science», se centran en el bulbo olfativo, situado justo detrás de la nariz en los mamíferos, incluisos los humanos. Estudios anteriores ya habían demostrado que las moléculas en el aire vinculadas a los olores activan las células receptoras que recubren la nariz para enviar señales eléctricas a los los nervios en el bulbo, llamados glomérulos. Desde ahí, se transmiten a las células cerebrales (neuronas). Se sabe que el instante y el orden de activación de los glomérulos son únicos para cada olor, con señales que posteriormente se transmiten a la corteza cerebral, que controla cómo un animal percibe, reacciona y se acuerda un olor. Sin embargo existe un escollo bastante importante: los olores pueden variar con el tiempo y mezclarse con otros, con lo que aislar con precisión un Sólo signo de olor en Múltiples neuronas ha sido un reto científico A lo largo de mucho tiempo. El experimento Para el flamante estudio, los estudiosos utilizaron ratones genéticamente modificados a fin de que sus células brillaran al activarse, una ténica llamada optogenética. A continuación, se entrenó a los ratones para reconocer una señal generada por la activación de la luz de seis glomérulos, que se asemejan a un patrón evocado por un olor. Es decir, se provocaba en el bulbo olfativo la sensación de que se estaba oliendo algo concreto, y los investigadores podían ver la reacción cerebral del ratón. De la misma forma, se les daba una recompensa Sólo en el instante percibieron el «olor» correcto y presionaban una palanca. Si es que los ratones empujaban la palanca Tras la activación de un conjunto diferente de glomérulos (que simulaban un olor distinto), no recibían recompensa. Usando este modelo, los investigadores cambiaron el tiempo y la combinación de los glomérulos activados -es decir, activando una sucesión u otra de activación de los glomérulos creaban la sensación de un olor u otro en el cerebro de los ratones- y observaron de qué forma cada cambio debía un impacto en la percepción de cada ratón y se reflejaba en un comportamiento distinto: presionar o no la palanca. No es lo mismo el principio que el final de la «canción»
Específicamente, los investigadores descubrieron que cambiar el primero de los glomérulos que activaba la sensación del supuesto olor -recordemos que en cada experiencia se activaban seis- dirigió!lideró a una caída de hasta un 30% de la capacidad del ratón para hallar un olor correctamente y accionar la palanca. Por el contrario, los cambios en los últimos glomérulos Sólo llevaron a cabo bajar la eficacia de la capacidad de los ratones en un Sólo 5%. «Ahora que tenemos un modelo para desglosar el tiempo y el mandato de activación de los glomérulos, podemos analizar el número mínimo y el tipo de receptores que Precisa el bulbo olfativo para identificar un olor particular», explica el estudioso principal del estudio y neurobiólogo Dmitry Rinberg. Es decir, este tratamiento utiliza una especie de pautas musicales, variando el tipo de notas y el «tempo» de la pieza para poder definir cada uno de los olores Al afín que si fuese una canción. Rinberg, maestro asociado de NYU Langone y su Instituto de Neurociencia, explica que se sabe que la nariz humana tiene unos 350 tipos distintos de receptores de olor, al tiempo que los ratones, cuyo sentido del olfato es mucho más especializado, tienen más de 1.200: «Nuestros resultados identifican por 1era vez un código de cómo el cerebro convierte la datos sensorial en percepción de algo, en este caso un olor», añade Rinberg. «Esto nos acerca a responder la larga pregunta en nuestro sector de de qué manera el cerebro extrae data sensorial para evocar el comportamiento». Lo que la nariz nos puede enseñar en contra de el coronavirus
Y este avance no Sólo nos acerca a comprender el funcionamiento del olfato en los mamíferos, Sino que puede aplicarse en casos concretos, Del mismo modo que nuevos progresos en la lucha contra la vigente pandemia de coronavirus que asola el mundo. «Descifrar de qué manera funciona el sentido del olfato ha recibido últimamente un nuevo giro interesante por dos razones: un síntoma temprano robusto de Covid-19 es una pérdida del sentido del olfato, y los animales entrenados pueden potencialmente ser entrenados para descubrir enfermedades», afirma otro de los creadores primordiales, Edmund Chong. «Por lo tanto, una mejor comprensión de los mecanismos del olfato puede ayudar potencialmente al diseño de herramientas poderosas para la detección y el tratamiento de enfermedades Durante una pandemia».