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¿Estuvo la Tierra dentro del «radio de la muerte» de una supernova?

La historia de la vida en la Tierra es larga y compleja. Inició de alguna manera Todavía desconocida hace por lo menos 3.760 millones de años, que es la edad de la bacteria fósil más antigua que se conoce Hasta la fecha, y A partir de ese mismo instante la vida inició a crecer y a diversificarse. Pero no nos engañemos, En medio la inmensa mayor una parte de ese larguísimo tiempo no hubo animales, ni plantas, ni nada que no fueran organismos unicelulares. A lo largo de más de 3.000 millones de años, en efecto, la vida terrestre estuvo limitada a bacterias y otros microorganismos afines. Hubo que esperar a hace “solo” unos 500 millones de años a fin de que aparecieran las primeras criaturas formadas por más de una célula. Células que Empezaron a colaborar entre sí, repartiéndose las tareas (transporte, respiración, procesado de comestibles, etc) dando lugar a los primeros animales propiamente declaraciones. Solo Desde ese momento podemos comenzar a hablar de “vida” tal y Del mismo modo que la conocemos ahora. Esponjas, peces, anfibios, reptiles, plantas, dinosaurios, mamíferos… todas y cada una las criaturas, en fin, que el registro fósil nos ha ido regalando y que los científicos han venido identificando A lo largo del ultimo siglo y medio. Durante estos últimos y mágicos 500 millones de años, Si es que bien, y a medida que la vida se iba haciendo cada vez más compleja y variada, diferentes episodios estuvieron a punto de acabar con ella para Siempre y en toda circunstancia y en todo momento. Erupciones masivas, impactos de meteoritos, radiación letal procedente del espacio… En total, conocemos cinco grandes extinciones masivas, Desde la del Ordovícico-Silúrico, hace unos 439 millones de años, a la más reciente de todas, la del Cretácico-Terciario, la que terminó con los dinosaurios, hace 65 millones de años. Entre estos dos extremos encontramos la enorme extinción del Devónico-Carbonífero, hace 359 millones de años, la del Pérmico Triásico, hace 251 millones de años y la del Triásico-Jurásico, hace 210 millones de años. En cada una de estas oportunidades, entre el 75 y el 95 por ciento de todas y cada una las especies que vivían Cuando de la extinción desaparecieron para Siempre y en todo momento y en toda circunstancia y en toda circunstancia. Parecería que la propia naturaleza estuviese tratando de poner objetivo a su experimento de vida compleja para retornar a la casilla de salida, a los interminables tiempos de la vida unicelular. A partir de hace décadas, los investigadores se han afanado por buscar a los “culpables” directos de cada extinción. Sabemos a ciencia cierta, por servirnos de un ejemplo, que los dinosaurios (junto al 76% de todas y cada una y cada una de las especies vivas) desaparecieron súbitamente hace 65 millones de años (en apenas unos cientos de miles de años) Después de la caída de un gran meteorito de 10 kilómetro de diámetro en lo cual Hoy es el Golfo de México. Y sabemos Asimismo que en el Triásico-Terciario, la fragmentación del antiguo y gran supercontinente Pangea permitió que de las profundidades de la Tierra surgieran grandes columnas de magma, causando la desaparición de casi el 80% de las especies que poblaban el planeta hace 210 millones de años. Y luego un elenco internacional de científicos encabezados por Brian Fields, de la Universidad de Illinois, acaba de aportar evidencias que sugieren que la enorme extinción del Devónico-Carbonífero, A lo largo de la que sucumbieron el 82% de todas y cada una las especies, se debió a la detonación de una estrella cercana en forma de supernova. Sus conclusiones acaban de aparecer en un Sólo artículo en el servidor de prepublicaciones ArXiv. Las causas de la extinción
Hace 359 millones de años, justo en el límite entre los períodos Devónico y Carbonífero la Tierra sufrió, De La misma manera que hemos dicho, la pérdida de la inmensa mayoría de las especies que la poblaban. La “carnicería”, conocida Además que “Crisis de Hangenberg” duró unos 300.000 años y los científicos Piensan que se debió al agotamiento de la capa de ozono, lo cual habría permitido que una enorme volumen de radiación ultravioleta que viene del Sol alcanzara y dañara la vida en nuestro planeta. A continuación bien, ¿Qué generó la desaparición de la capa de ozono? Una posible causa pudo haber sido el aumento de vapor de agua en la estratosfera inferior, lo que habría dado sitio a grandes cantidades de elementos capaces de dañar el ozono. Sin embargo la duración de este efecto habría sido demasiado corta Al igual que para dar cuenta de la prolongada crisis de Hangenberg. Hacía falta, pues, descubrir otro mecanismo diferente. En su artículo, Fields y sus colegas proponen una inédita explicación: la culpable de la extinción del Devónico-Carbonífero pudo ser una supernova, una estrella en detonación que liberó ingentes cantidades de energía en forma de fotones, luz ultravioleta, rayos X y rayos Gamma, entre otros muchos. Al ser liberados por la detonación, los fotones ultra energéticos chocaron con las partículas de gas interestelar, acelerándolas y creando Por su lado rayos cósmicos. Según los investigadores, los rayos cósmicos generados por una supernova siguiente podrían haber “bañado” continuamente la Tierra En medio más de 100.000 años. Y eso habría causado el agotamiento de la capa de ozono en una escala de tiempo, En esa oportunidad sí, coherente con la duración de la crisis de Hangenberg. El impacto de tal acontecimiento habría sido global, y sus efectos devastadores para las especies vivas. Por supuesto, existen otros tipos de eventos astronómicos capaces de dañar la biosfera de la Tierra, Del mismo modo que los acontecimientos de protones solares o bien las explosiones de rayos gamma, No obstante su corta duración haría que el planeta se viera afectado A lo largo de apenas unos pocos años. Los estudiosos sugieren aun de qué tipo de supernova pudo tratarse. Conforme explican, la extinción masiva fue impulsada por un tipo de ruido estelar llamada “supernova de colapso del núcleo”, CCSN por sus siglas en inglés. Según sus cálculos, una CCSN a menos de 10 parsec de distancia (unos 33 años luz) sería catastrófica para la vida en la Tierra, que estaría dentro del llamado “radio de muerte” de ese tipo de supernova. El elenco especula que la estrella en detonación que causó la crisis de Hangenberg estaba a algo más de distancia, a unos 20 parsecs, lo suficientemente lejos Del mismo modo que para no exterminar por completo la biosfera terrestre, No obstante lo suficientemente cerca Al afín que para causar la desaparición de un enorme número de especies. Conforme el estudio, las pruebas de que esa supernova existió verdaderamente podrían encontrarse en manera de isótopos radiactivos creados por la ruido y depositados más tarde en la Tierra. Si es que bien algunos de esos isótopos ya habrán desaparecido, otros, Al parecido que el samario 146, el uranio 235 o bien el plutonio 244, tienen vidas medias lo suficientemente largas Del mismo modo que para que sigan existiendo en la actualidad. De hecho, incluso el descubrimiento de apenas unos pocos átomos de plutonio 244 en fósiles del Devónico tardío corroborarían la hipótesis de la supernova. En seguida no queda más que buscar esos isótopos… Conforme los investigadores, a su vez, De la misma forma otras extinciones anteriores a la del Devónico-Carbonífero podrían haber sido causadas por supernovas. La razón es que las estrellas tienden a nacer en Grupos, por lo que si es que una estrella en detonación afectó a la Tierra, otras del mismo grupo De la misma forma podrían haberlo hecho previamente. Los acontecimientos del cosmos, Ya que, parecen haber estado comandando la historia de la vida en nuestro mundo mucho más de lo cual los científicos habían sospechado hasta en seguida.