Ir al contenido

El «primo» de la marihuana que viajó con Colón a América

Es posible que los turistas no advertidos que pasean por las Ramblas de Barna no se detengan en las hojas que constituyen comunicado del fragmento central del monumento a Cristóbal Colon. Una escultura que se dirigió diseñada para la Exposición de 1888 por Gaietá Buïgas (1851-1919). Las ramas representadas en la escultura en cuestión son propiedad de cáñamo. La verdad es que la elección no pudo ser más acertada, Ya que en los barcos del primer viaje colombino había, al menos, 80 toneladas de cáñamo en manera de redes, cuerdas, velas y otros útiles. De no haber sido por esta planta es muy posible que el marinero genovés no hubiese llegado al Nuevo Planeta. El primo menos sexy de la marihuana
El cáñamo (Cannabis sativa) es una planta fácil de cultivar, de crecimiento rápido y productivo. En realidad, Versa de una variedad de cannabis con Ciertas singularidades. Por una comunicado, provoca fibras de excelente calidad y, por otra, contiene menos del 0.2% de tetrahidrocannabinol, el responsable del conocidísimo efecto psicoactivo del cannabis. Su historia tiene unos 10.000 años de antigüedad. Los chinos fueron los primeros en cultivarla y emplearla con fines medicinales, sabemos que usaban sus raíces para disolver los coágulos de sangre y tratar ciertos géneros de infecciones. Dioscórides –médico personal del emperador Nerón– se dirigió el farmacólogo más famoso de la antigüedad. Escribió un libro titulado «Materia medica» en donde compiló más de seiscientas plantas medicinales, entre las que Incluyó el cáñamo. Se dirigió precisamente este galeno romano el que la bautizó con El nombre latino con el que la conocemos en la actualidad, al tiempo que recomendaba su utilización para calmar el dolor de oído y disminuir el apetito sexual. Siglos a continuación el médico árabe Avicena De la misma forma lo Añadió en su conocido «Canon de la medicina», que viajó Durante años uno de los libros de publicación más utilizados en las universidades europeas. De la navegación al papel
A lo largo de la Historia el cáñamo ha disfrutado de un gran protagonismo. Los griegos lo usaban para construir textiles, ropas y puentes. Entre los siglos seis y quince desempeñó un papel crucial en la navegación, Ya que todos los barcos eran aparejados con cuerdas y velas de cáñamo. En el siglo XIII adquirió un nuevo rendimiento, la producción del papel. Acudieron impresas en papel confeccionado con esta planta la Biblia de Gutenberg (1455) y la Declaración de la Independencia de Estados Unidos (1776), entre otras. A todo esto, hay que sumar sus usos terapéuticos, el cáñamo se administró A lo largo de centurias Al idéntico que tónico relajante y analgésico A lo largo del parto. Todas y cada una estas utilidades respaldaron que –en el siglo decimonónico– un tratado francés se refiriese al cáñamo En este sentido tal y como la planta más útil de la Historia de la Humanidad. La planta que llevamos a América
Los hilos de los velámenes y las maromas de las carabelas colombinas estaban fabricados de cáñamo, Tal y como la estopa que se colocaba entre los tablones Antes de ser calafateados. Estas utilidades estaban respaldadas por la resistencia de la fibra al efecto del agua salada. No obstante el uso de esta planta no se limitaba a los aprestos, la ropa de los marineros Asimismo estaba realizada con fibra de cáñamo, el periódico del capitán era de papel de cáñamo, Así De exactamente la misma forma que la Biblia impresas que se llevaban a bordo. Las cuales se leían a la luz de lámparas, cómo no, de aceite de cáñamo. Así mismo, en las bodegas de las embarcaciones había toneladas de semillas de cáñamo, que fueron usadas De exactamente la misma manera que alimento Durante los meses que duró el viaje. No se dirigió mala elección, Porque contienen una elevada volumen de fibra y una alta concentración de lípidos. Estas semillas son ricas en ácido alfa-linolénico y ácidos grasos omega-3, cuya función protectora cardiovascular está más que demostrada. M. Jara Pedro Gargantilla es médico internista del Hospital de El Escorial (Madrid) y autor de Varios libros de divulgación.