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El Arca de Noé de semen y embriones que está en Comenar Viejo

En los últimos quinientos cuarenta millones de años el planeta Tierra ha sufrido al menos cinco episodios de extinción masiva, cada uno de los que ha coincidido con procesos que han modificado el ciclo de absorción del carbono. Es posible que nos estemos acercando a la sexta extinción masiva, lo cual algunos científicos han denominado «defaunación del antropoceno», por analogía al concepto de deforestación. La variabilidad genética está en peligro
La diversidad biológica es clave para mantener la vida, al menos Del mismo modo que en seguida la conocemos, No obstante las poblaciones naturales pueden disminuir de tamaño bien por el hecho de que los individuos no se reproducen, bien pues se incrementa la mortalidad o por la conjunción de Los dos escenarios. Esa reducción en el número de individuos incrementa la probabilidad de apareamientos entre animales relacionados, lo que se traduce —a la larga— en un Solo aumento de la consanguineidad y una minoración de la variabilidad genética. Varios estudios han demostrado que los machos con niveles de consanguineidad elevados tienen una reducción en la motilidad de sus espermatozoides y, por lo tanto, de la fertilidad masculina. Ciertas voces acreditadas señalan a la superpoblación humana De exactamente la misma forma que una de las causas de estos inconvenientes y la forma en la que el sistema alimentario está fundamentado coloca en una ocasión de peligro a enorme parte de las especies autóctonas ganaderas. Banco Nacional de Germoplasma animal
Nuestro país cuenta con ciento sesenta y cinco razas o variedades de ganado autóctonas, un patrimonio que nos coloca a la cabeza de los países europeos En cuanto a riqueza de recursos genéticos animales. Pese a todo, las últimas informaciones que nos han llegado Desde la comunidad científica advierten que hasta el treinta % de las razas pueden estar en peligro de extinción. Para ofertar este grave problema se han puesto en marcha ciertos proyectos, entre los que se encuentra el Banco Nacional de Germoplasma Animal, que geográficamente se halla localizado en Colmenar Viejo, a los pies de la madrileña sierra de Guadarrama. En sus instalaciones se almacena semen y embriones congelados a -196 grados centígrados —en tanques de nitrógeno líquido—, preparados para ser utilizados si la diversidad genética estuviera en riesgo. Se considera que para garantizar la conservación de cada raza son precisos tres mil dosis de semen —de al menos veinticinco machos donantes— o bien bien novecientos treinta y siete embriones o bien una combinación de doscientos ochenta embriones y cuatrocientas medio centenar dosis de semen. El sexo ya no es lo cual era
Lo más particular es que este banco no tiene fecha de caducidad y que el material genético que alberga continúa en una situación de gran estabilidad al no estar sometido a los efectos de ningún agente externo. Hasta este momento no ha sido exacto usar el material del banco de germoplasma, para poder hacerlo se deberían dar una serie de circunstancias muy específicas. Una vez dado el pistoletazo de salida se inseminaría a una hembra con afines peculiaridades a la raza desaparecida y, por medio de cruzamientos, se intentaría llegar al animal que se quiere recuperar. Con este tipo de proyectos la ciencia ha hecho posible el nacimiento de un animal sin que sus progenitores hayan tenido contacto físico y Varios décadas Tras que se congelase 0.25 ml de «ser» a 196 grados centígrados bajo cero. Y De la misma forma, el nacimiento se puede generar en el otro extremo del mundo. Si es que Noé levantase la cabeza… M.Jara Pedro Gargantilla es médico internista del Hospital de El Escorial (La villa de Madrid) y músico y escritor de Varios libros de divulgación.