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Crean un robot caminante más pequeño que el ancho de un cabello

El célebre físico Richard Feynman, premio Nobel y uno de los padres de la bomba atómica, pronunció en 1959 una conocida conferencia titulada «Hay mucho espacio en la parte inferior». En ella, animaba a reducir la tecnología a tamaños increíblemente diminutos. A partir de entonces, los ejemplos de nanomáquinas son abundantes, Sin embargo esta desarrollada por la Universidad de Cornell (EE.UU.), donde el propio Feynman se dirigió maestro, es verdaderamente llamativa. Versa de un microrobot más pequeño que el ancho de un cabello humano, capaz de caminar a cuatro patas. La meta de sus autores es fabricarlos en masa para organizar un «ejército» que, por servirnos de un ejemplo, pueda viajar algún día A lo largo de el tejido y la sangre humanos. Estos robots microscópicos andantes, dados a conocer en agosto en la revista «Nature», incorporan componentes semiconductores, lo cual les permite ser controlados con sencillas señales electrónicas. Del tamaño de un paramecio, un microorganismo frecuente de las aguas estancadas, tienen un grosor de más o menos 5 micrones (un micrón es una millonésima comunicado de un metro), 40 micrones de ancho y un rango de 40 a 70 micrones de longitud. Cada bot consta de un circuito fácil hecho de silicio fotovoltaico, que esencialmente funciona Del mismo modo que el torso y el cerebro, y cuatro actuadores electroquímicos que funcionan Al idéntico que patas que se mueven concienzudamente. Según explicaron los investigadores en un Solo comunicado, el control del robot se elabora por medio de el destello de pulsos de láser en distintos sistemas fotovoltaicos, cada uno de los que carga un juego de patas separado. Al alternar el láser de un lado a otro entre los fotovoltaicos frontal y posterior, se desencadena el milagro y el robot camina. Opera con bajo voltaje (200 milivoltios) y baja potencia (10 nanovatios). De la misma forma, los robots son fuertes y robustos para su tamaño y se pueden construir en paralelo: alrededor de un millón de bots caben en una oblea de silicio de 10 centímetros. Sondeo cerebral
Ahora, los investigadores quieren mejorar a sus «criaturas», todavía algo lentas. Pretenden hacerlas más rápidas y De la misma forma inteligentes. Para ello, están explorando maneras de llenarlas con componentes electrónicos más complicados y computación a bordo, mejoras que algún jornada podrían resultar en enjambres de robots microscópicos que «se arrastran y reestructuran materiales, suturan vasos sanguíneos o bien se envían en masa para sondear grandes franjas del cerebro humano». «Controlar un pequeño robot es posiblemente lo más cercano a encogerse. Creo que máquinas De este modo como estas nos llevarán a todo tipo de mundos asombrosos que son demasiado pequeños para ser vistos», apunta Marc Miskin, ahora maestro en la Universidad de Pensilvania y cantautor principal del estudio. No Solo eso. El trabajo está apoyado por la Oficina de Investigación del Ejército, con lo que quizá, De este modo tal como ocurre tantas veces, sus próximas aplicaciones sean aprovechadas primero en el ámbito militar.