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El extraño mundo en el que hasta el cielo es de roca

Los planetas de lava son ciertos más extremos descubiertos más allá de los límites del sistema solar. Se trata de mundos ardientes que giran tan cerca de su estrella que Algunas regiones son quizás océanos de lava fundida. Un club internacional estudiado uno particularmente extraño, en el que se evaporan y llueven rocas, vientos supersónicos soplan a más de 5.000 km por hora y existe un océano de magma de 100 km de profundidad. Se sitúa a 202 años luz de la Tierra. ¿Puede haber algo más similar al infierno? Los científicos han realizado simulaciones por computadora para predecir las condiciones atmosféricas y meteorológicas de este planeta del tamaño de la Tierra, llamado
K2-141b y descubierto en 2018, en el que la superficie, el océano y la atmosfera están formados por exactamente los mismos ingredientes: rocas. Con el tiempo, concluyen en la gaceta «Monthly Notices of the Royal Astronomical Society», el clima extremo pronosticado por su análisis podría cambiar permanentemente parte superficial y la atmósfera del exoplaneta. «El estudio es el primero en hacer predicciones acerca de las condiciones meteorológicas en K2-141b que podrán detectarse A partir de cientos de años luz de distancia con telescopios de cercana generación De esta manera como el espacial James Webb», afirma el intérprete y escritor principal Giang Nguyen, de la Universidad de York. Al analizar el patrón de iluminación del exoplaneta, el elenco descubrió que más o menos dos tercios de K2-141b se enfrentan a la luz del día perpetua, en sector del hemisferio iluminado al que estamos acostumbrados en la Tierra. K2-141b pertenece a un subconjunto de planetas rocosos que orbitan muy alrededor su estrella. Tarda Sólo 0,28 días en llenar una órbita, apenas 6,7 horas. Esta proximidad sostiene al exoplaneta bloqueado gravitacionalmente en su lugar, lo cual significa que el mismo lado Siempre y en todo momento mira cara la estrella. El lado nocturno experimenta temperaturas frías por debajo de -200º C, al tiempo que el diurno, a 3.000º C, es lo suficientemente caliente no Sólo para derretir rocas Sino que También para vaporizarlas, creando Por ultimo una atmosfera delgada en Ciertas áreas. «Nuestro hallazgo posiblemente signifique que la atmosfera se extiende un tanto más allí de la costa del océano de magma, lo que facilita su ubicación con telescopios espaciales», afirma Nicolas Cowan, profesor del Departamento de Ciencias Planetarias y Terrestres de la Universidad McGill. Del mismo modo que el ciclo del agua
Sorprendentemente, la atmosfera de vapor de roca creada por el calor extremo produce precipitaciones. Del mismo modo que el ciclo del agua en la Tierra, donde el agua se evapora, sube a la atmosfera, se condensa y cae Al semejante que lluvia, Asimismo Lo hace el sodio, el monóxido de silicio y el dióxido de silicio en K2-141b. En la Tierra, la precipitación regresa a los océanos, donde se evaporará una vez más y se repetirá el ciclo del agua. En K2-141b, el vapor mineral formado por la roca evaporada es arrastrado cara el lado frío de la noche por vientos supersónicos y las rocas «llueven» de retorno a un océano de magma. Las corrientes resultantes fluyen de retorno a la vera de día caluroso del exoplaneta, donde la roca se evapora una vez más. Aún Así, el ciclo en K2-141b no es tan estable De La misma manera que el de la Tierra, comentan los científicos. El flujo de retorno del océano de magma hacia el lado diurno es lento y, De exactamente la misma forma que resultado, predicen que la composición mineral cambiará con el tiempo, cambiando eventualmente La misma superficie y atmósfera de K2-141b. «Todos los planetas rocosos, incluida la Tierra, Comenzaron Al parecido que mundos fundidos Sin embargo después se enfriaron y solidificaron de forma rápida. Los planetas de lava nos dan una visión poco común de esta etapa de la evolución planetaria», señala Cowan. El siguiente paso va a ser probar si estas predicciones son correctas, algo que los científicos harán con data del Telescopio Espacial Spitzer. El James Webb, que será lanzado en 2021, podrá confirmar si es que están en lo cierto.