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Demuestran la «otra forma» en que el Sol produce su energía

Un elenco de investigadores de la Colaboración Borexino, en los Laboratorios del Instituto Nacional Italiano Gran Sasso de Física Nuclear, ha conseguido por 1era vez encontrar un nuevo tipo de neutrinos procedentes del Sol. Un hallazgo que publica esta semana la revista «Nature» y que confirma la teoría, formulada ya hace casi un siglo, de que el Sol quema su combustible nuclear A lo largo de dos géneros de reacciones diferentes. En palabras de Gioacchino Ranucci, portavoz de la colaboración Borexino «hemos completado un capítulo de la Física que comenzó hace más de 80 años». La mayor comunicado de la energía solar se produce A lo largo del llamado proceso protón-protón (pp) en el que los núcleos de hidrógeno en colisión (cada uno de los cuales posee un único protón) se fusionan para dar sitio al siguiente elemento de la tabla periódica, el helio. No obstante, ya en 1938 se propuso que la fusión de hidrógeno en helio Además podría producirse por carbono, nitrógeno y oxígeno, en una serie de reacciones llamadas «ciclo CNO». Para confirmarlo, Si bien, era preciso observar los neutrinos que cada uno de los procesos desencadena, y distinguir De la misma forma los que proceden del ciclo CNO de los cuales lo hacen del proceso pp. Algo imposible con la tecnología de la temporada y para lo que ha sido preciso aguardar más de ocho décadas. Los peculiares neutrinos
Los neutrinos son partículas subatómicas que casi no tienen masa, carecen de carga eléctrica y se mueven casi a la velocidad de la luz. Casi no interactúan con la materia ordinaria, de modo que pasan A través de ella con extrema facilidad. Sin que ni siquiera nos demos cuenta, cada centímetro de nuestro cuerpo (y del planeta entero) es atravesado por millones de neutrinos a cada segundo que está pasando. Muy de vez en en el horario, Aunque, un neutrino golpea un electrón y lo libera del átomo al que pertenece. Para ser capaces de advertir estos rarísimos encuentros los detectores de neutrinos, De exactamente la misma manera que el de Gran Sasso, se encuentran a enorme profundidad, a menudo enterrados bajo montañas, lo que evita posibles interferencias de otro tipo de radiaciones, Del mismo modo que los rayos cósmicos. Los detectores consisten en grandes tanques de fluido cubiertos por completo de miles de sensores que pueden captar los débiles destellos de luz que se producen En el momento en que esos electrones desplazados interactúan con su Entorno. «El nuevo descubrimiento -asegura Marco Pallavicini, de la Universidad de Génova- es la coronación de un incansable esfuerzo de muchos años que nos ha permitido llevar la tecnología de centelleo líquido más allí de cualquier límite alcanzado previamente, y hacer del núcleo de Borexino el sector menos radiactivo del mundo». Difíciles de distinguir
En realidad, el proceso pp y el ciclo CNO producen exactamente el mismo tipo de neutrinos. No obstante con una diferencia: Ambos llevan diversos mezclas de energías, y Solo descifrándolas esmeradamente, De exactamente la misma forma que han hecho los científicos de Borexino, es posible distinguirlos. «Se trata -prosigue Ranucci- de la primera demostración directa de que el ciclo CNO está ocurriendo realmente en el núcleo del Sol. Hemos completado la imagen de de qué forma funciona una estrella». No obstante no Sólo eso. El Plantel de estudiosos, en efecto, descubrió También que el número de la inédita clase de neutrinos detectados en relación a los generados por el proceso pp, apunta que el ciclo CNO aporta aproximadamente el 1% de la energía total del Sol, como la teoría había predicho hace ya mucho tiempo. El hallazgo no Sólo es fuerte para comprender cómo funciona el Sol, Sino Asimismo para entender a otras estrellas, pues las teorías sugieren que el ciclo CNO, y no el proceso pp, debería ser la fuente dominante de energía para aquellas con tan Sólo un 30% más de masa que el Sol. Por ultimo, los estudiosos sugieren en su artículo que incluso sería posible refinar las mediciones de neutrinos lo suficiente De exactamente la misma manera que para calcular la cantidad de carbono, nitrógeno y oxígeno que hay en el núcleo del Sol, lo cual sería una demuestra experimental directa de lo que los astrofísicos llaman su «metalicidad», expresado de otro modo, la volumen de elementos que contiene que sean más pesados que el hidrógeno y el helio. Lo cual resulta importante por el hecho de que no Solo mejora nuestro entendimiento acerca de de qué manera el Sol provoca su energía, Sino También sobre de qué manera esa energía escapa de su interior para, eventualmente, calentar nuestro mundo, un proceso en el que la cantidad de elementos pesados juega un papel importante.