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El Sistema Solar desaparecerá mucho Antes de lo que se pensaba

En el Universo, nada dura para Siempre y en todo momento y en todo momento. Sabemos que algún día todas y cada una las estrellas terminarán por apagarse, incluido nuestro Sol, que morirá expulsando al espacio a mayoría de su masa y dejando atrás un pequeño y denso núcleo, una enana blanca, que se irá enfriando poco a poco A lo largo del tiempo hasta convertirse en una roca fría y oscura. Aunque, en la fecha eso suceda no va a haber absolutamente nadie para verlo, Porque hará ya mucho tiempo que la Tierra ha dejado de existir. ¿Pero cuándo será exactamente eso? ¿Y podrán sobrevivir otros planetas de nuestro sistema? Físicos y astrónomos llevan ya Múltiples siglos tratando de responder a el interrogante. Y en seguida las últimas estimaciones, recién publicadas en The Astronomical Journal, han contado que los planetas de nuestro sistema desaparecerán bastante Antes de lo cual creíamos, dentro de “solo” 100.000 millones de años, abandonando para Siempre y en toda circunstancia y en toda circunstancia a un Sol ya moribundo y condenado. “Comprender la estabilidad dinámica a largo plazo del Sistema Solar -escriben en su artículo los astrónomos Jon Zink, de la Universidad de California, Kinstantin Batgy, del Caltech y Fred Adams, de la Universidad de Michigan- constituye una de las búsquedas más antiguas de la astrofísica, que se remonta hasta Newton, quien especuló que las interactúes mutuas entre planetas eventualmente conducirán a un sistema inestable”. Hacer los cálculos precisos, Aunque, es bastante más complicado de lo cual semeja. De hecho, cuanto mayor sea el número de cuerpos involucrados en un Solo sistema dinámico, actuando todos entre sí, más complejo se volverá el sistema y más difícil será hacer predicciones sobre su comportamiento. Es lo que se conoce De este modo como el “problema de N-cuerpos”. A causa precisamente a esa complejidad, resulta imposible hacer predicciones de las órbitas de los objetos del Sistema Solar que vayan más allá de entre 5 y 10 millones de años. Más allí de ese plazo, muy breve en tiempo astronómico, nada es ya seguro. La problemática no es menor, por el hecho de que si es que logramos averiguar qué le ocurrirá al Sistema Solar en el futuro, aprenderemos mucho sobre cómo evoluciona el propio Universo en escalas de tiempo aun mayores que su edad vigente, unos 13.800 millones de años. Ya en 1999, los astrónomos predijeron que nuestro sistema planetario se iría desmoronando lentamente A lo largo de un periodo de un millón de billones de años, es decir, 10 ^ 18, o un trillón de años. Ese es el tiempo, calcularon, que tardarían las resonancias orbitales de Júpiter y Saturno en “desacoplar” a Urano, lo que sería el principio del fin. Sin embargo, Conforme el Plantel de Zink ese cálculo no tuvo en cuenta Ciertas influencias importantes. Factores que podrían hacer que el Sistema Solar se desestabilice mucho Ya antes. Factor 1: el Sol
Como sabemos en realidad bien, nuestro destino último está estrechamente ligado al del Sol. Nuestra estrella lleva brillando ya 5.000 millones de años, y todo señala que dispone del hidrógeno suficiente Del mismo modo que para continuar haciéndolo En medio otros 5.000 millones de años más. Después, Después de agotar su combustible, el Sol se verá comprimido por la gravedad, que ya sin oposición, lo aplastará hasta el punto de obtener la temperatura de combustión nuclear del helio, el elemento que el Sol ha estado sintetizando En medio toda su existencia. Una vez que el horno nuclear vuelva a encenderse, quemando helio en lugar de hidrógeno, el Sol “rebotará”, hinchándose De exactamente la misma forma que un enorme globo anaranjado, mucho mayor de lo cual era Ya antes. Se habrá convertido en una estrella distinto, una gigante roja que se tragará, literalmente, a los mundos más próximos: Mercurio, Venus y la Tierra. Después, expulsará de un Solo golpe prácticamente la mitad de su masa, que va a ser arrastrada por los vientos estelares. Sólo quedará una enana blanca, un núcleo denso con cerquita de la mitad de su masa vigente. La pérdida de masa hará que disminuya la atracción gravitatoria sobre los planetas que quedaban, Marte y los gigantes exteriores, Júpiter, Saturno Urano y Neptuno. Factor 2: la galaxia
No tenemos que olvidar que todo el Sistema Solar, con el Sol en su centro, gira alrededor del centro de la Vía Láctea, nuestra galaxia, completando una órbita cada 250 millones de años. Los estudiosos Creen que A lo largo de su recorrido, nuestro sistema planetario se acercará Sin duda a otras estrellas, y en ciertos casos lo suficiente En este sentido tal y como para que las órbitas de los planetas se vean perturbadas. Conforme el estudio, algo En este sentido debería acontecer más o bien menos cada 23 millones de años. “Si tenemos en cuenta la pérdida de masa estelar y el alargamiento de las órbitas de los planetas exteriores -reza el artículo-, estos encuentros van a tener cada vez mayor repercusión. Con el tiempo suficiente, algunos de estos sobrevuelos estelares serán lo suficientemente cercanos Como para disociar, o desestabilizar, a los planetas restantes”. Teniendo en cuenta esas influencias adicionales, Zink y su club ejecutaron diez simulaciones de N cuerpos para los planetas exteriores, dejando fuese a Marte para simplificar el cálculo, En tanto que su repercusión debería ser muy chiquita. Las simulaciones se dividieron en dos fases, Ya antes y en seguida de la pérdida de masa del Sol. Y Si es que bien diez simulaciones no forman una muestra estadística demasiado sólida, los investigadores encontraron que los resultados desarrollaban Siempre y en toda circunstancia y en toda circunstancia un escenario similar: una vez convertido el Sol en enana blanca, los planetas exteriores amplían sus órbitas (Debido a la menor atracción gravitatoria), Si bien aún permanecen relativamente estables. Júpiter y Saturno, Si es que bien, quedan atrapados en una resonancia estable de 5:2, o sea, por cada cinco veces que Júpiter orbita el Sol, Saturno Lo realiza dos. La resonancia ya había sido propuesta muchas veces, entre otros por el propio Isaac Newton. Esas órbitas “expandidas”, De esta manera tal como las peculiaridades de la resonancia planetaria, hacen que el sistema sea más susceptible a las perturbaciones causadas por las estrellas que pasan. Conforme los cálculos, Luego de 30.000 millones de años, las perturbaciones estelares transformarán esas órbitas inicialmente estables en caóticas, lo cual resultará en una rápida pérdida de planetas. Todos menos uno abandonarán sus órbitas y huirán hacia la galaxia De exactamente la misma manera que planetas errantes y solitarios. El ultimo mundo, quizás Júpiter, se quedará cerquita de del Sol En medio otros 50.000 millones de años, Pero su destino está escrito y sellado. Con el tiempo, Además se liberará de la debilitada gravedad del Sol y se convertirá, También que los demás, en un mundo errante. En resumen, unos 100.000 millones de años Después de que el Sol se convierta en una enana blanca, el Sistema Solar va a haber dejado de existir. Puede permanecer pareciéndonos una eternidad, Pero es un lapso de tiempo significativamente más corto que el propuesto en 1999. Y por presunto, advierten los propios autores del estudio, no es algo permanente, Porque el resultado depende de lo que sabemos El jornada de hoy de nuestro Entorno galáctico y de nuestras estimaciones actuales sobre posibles acercamientos de estrellas “desestabilizadoras” en el futuro. Estimaciones que pueden cambiar. Sea De esta manera como fuere, una cosa es segura: en el horario eso suceda, la humanidad llevará ya mucho, mucho tiempo extinguida y no quedará absolutamente nadie para verlo.