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La galaxia que sobrevive, por en seguida, a la voracidad de su agujero negro

A miles de millones de años luz de distancia, en lo más profundo del espacio, se encuentran los objetos más brillantes del Universo. Los científicos los llaman cuásares (del inglés quasar, quasi stellar object). Se trata de fenómenos extremadamente energéticos que surgen Una vez que un enorme agujero negro supermasivo, en el centro de una galaxia, empieza a devorar toda la materia que tiene cerquita. Ya antes de caer en sus fauces, Sin embargo, esa materia gira a su alrededor a enormes velocidades, lo que desencadena una ingente cantidad de energía, que se libera Durante los polos del agujero negro en manera de brillantes haces de rayos luminosos, No obstante De la misma forma infrarrojos, ultravioleta y rayos X. Se cree que esos agujeros negros devoran tanto material que acaban por aniquilar a sus galaxias anfitrionas, impidiéndoles continuar formando estrellas. Pero ahora, y por 1era vez, un club de investigadores ha conseguido encontrar una superviviente. Una galaxia que, por ahora, ha sobrevivido a la voracidad de un cuásar y que, Pese a él, prosigue fabricando unas 100 estrellas del tamaño del Sol cada año. El descubrimiento, llevado a cabo por el Observatorio Estratosférico de Astronomía Infrarroja (SOFIA), podría explicar la razón por la que galaxias Tal y como la nuestra han conseguido llegar a ser tan masivas A pesar de que, hace miles de millones de años, el Universo parecía estar dominado por galaxias que ya no constituyen estrellas. Los resultados de la investigación se terminan de publicar en «The Astrophysical Journal». Conforme Allison Kirkpatrick, coautora del estudio, «esto nos demuestra que el aumento de agujeros negros activos no detiene el nacimiento de estrellas instantáneamente, lo que va contra todas las predicciones científicas actuales. Nuestro hallazgo nos está haciendo repensar todas y cada una nuestras teorías sobre de qué forma evolucionan las galaxias». «Esto nos prueba que el incremento de agujeros negros activos no detiene el nacimiento de estrellas instantáneamente» Observando un cuásar frío
El observatorio SOFIA, que consta de un telescopio reflector de infrarrojos de 2,5 metros montado en un Solo avión Boeing 747 modificado, es un proyecto conjunto de la NASA y el Centro Aerospacial Alemán (DLR). El instrumento observó una galaxia llamada CQ4479 que se halla a 5.250 millones de años luz de distancia y en cuyo núcleo hay un tipo singular de cuásar, descubierto últimamente por Kirkpatrick y clasificado Además que «cuásar frío». En este tipo de cuásar, el agujero negro activo De la misma forma se alimenta del material de su galaxia anfitriona, Pero la intensa energía liberada no ha destruido todo el gas disponible, con lo que las estrellas pueden continuar formándose y la galaxia, por lo tanto, continua viva. Esta es la 1era vez que los estudiosos consiguen una visión detallada de un cuásar frío y logran medir de manera directa el aumento del agujero negro, la tasa de nacimiento de estrellas y la cantidad de gas que queda para alimentar a la galaxia. «Nos sorprendió mucho ver una galaxia extraña y capaz de desafiar las teorías actuales -afirma Kevin Cooke, cantautor principal del estudio-. Si este incremento en tándem permanece, tanto el agujero negro Al idéntico que las estrellas que lo rodean triplicarían su tamaño Antes de que la galaxia llegue al final de su vida». Un momento crucial
A pesar de estar entre los objetos más brillantes del Universo, paradójicamente los cuásares resultan muy difíciles de observar, En tanto que su brillo a menudo eclipsa todo lo cual les rodea y ciega los telescopios que intentan captar sus detalles. Las teorías actuales predicen que toda esa energía sobrecalienta o expulsa el «gas frío» necesario a fin de que se formen nuevas estrellas, paralizando Así el incremento de la galaxia. Pero SOFIA ha revelado que existe un periodo relativamente corto en el que el nacimiento de nuevas estrellas puede proseguir, y al mismo tiempo en que el agujero negro continua alimentando a las poderosas fuerzas del cuásar. En sector de intentar observar de manera directa a las estrellas recién nacidas, los estudiosos captaron la luz infrarroja que irradia el polvo calentado por el proceso de formación estelar. De esta forma, pudieron averiguar la volumen de nuevas estrellas que la galaxia ha formado Durante los últimos 100 millones de años. «SOFIA nos permite echar un vistazo en la breve ventana temporal en que Ambos procesos pueden coexistir -explica Cooke-. Es el único telescopio capaz de estudiar el nacimiento de estrellas en esa galaxia sin verse abrumado por la intensa luminosidad del cuásar». El breve lapso de tiempo en el que el aumento del agujero negro y el nacimiento de nuevas estrellas coexisten representa, en realidad, una fase muy temprana de la muerte de una galaxia, No obstante en un contexto en el que Aún no ha sucumbido a los efectos devastadores del cuásar. Ahora, los estudiosos seguirán utilizando SOFIA para saber si También otras galaxias pasan por una etapa idéntico Antes del objetivo de sus vidas. Las futuras observaciones con el telescopio espacial James Webb, cuyo lanzamiento está programado para 2021, podrán decirnos cómo los cuásares están afectando, Por norma general, a sus galaxias anfitrionas.