Ir al contenido

Proponen la construcción, en quince años, de una «mega colonia» orbital alrededor de Ceres

La idea de vivir fuese de la Tierra ya no es Sólo ciencia ficción. Con la vista puesta en la Luna y Marte, donde el hombre construirá sus primeros hogares más allí del planeta que le vio nacer, las agencias espaciales (y ciertos multimillonarios del ámbito privado) elaboran ya sesudas estrategias destinadas a conseguir La meta. Resulta lógico que los primeros esfuerzos se centren en los lugares que tenemos más cerca: Marte, por ejemplo, es un candidato obvio, dada su relativa proximidad, si ciclo día-noche de 24 horas y su atmosfera rica en CO2. Sin embargo, existe una escuela de pensamiento con ideas absolutamente distintas, Según la que colonizar un planeta, cualquier mundo, supone un esfuerzo mucho mayor que el beneficio que se espera alcanzar de él. Un buen ejemplo es el artículo publicado hace apenas unos días en arXiv, en el que se propone la construcción de un enorme hábitat flotante que podría colocarse, por servirnos de un ejemplo, en la órbita del planeta enano Ceres, el mayor de los objetos del cinturón de asteroides, entre Marte y Júpiter. En su estudio, el astrofísico Pekka Janhunen, del Instituto Meteorológico de Finlandia, describe su visión de un «mega satélite» formado por miles de kilométricas naves espaciales cilíndricas, unidas entre sí por un «marco» de imanes en manera de disco y en órbita final cerquita de de Ceres. Basándose en la idea formulada en los años 70 por Gerard K. O´Neill, cada uno de estos hábitats cilíndricos tendría capacidad para unas 50.000 personas. Por supuesto, contaría con una atmosfera artificial y generaría su propia gravedad, igual a la terrestre, Gracias a la obliga centrífuga de su propia rotación. ¿Por qué en Ceres?
En su artículo, Janhunen deja claro que la elección de Ceres no es un simple capricho. Para iniciar, su distancia media a la Tierra es comparable a la de Marte, lo cual hace que viajar hasta allá sea relativamente sencilla. Sin embargo no es esa el beneficio primordial. El planeta enano, en efecto, es rico en nitrógeno, un gas que sería importante para el crecimiento de la atmosfera artificial. No olvidemos que la atmósfera terrestre está compuesta por alrededor un 79% de nitrógeno. Según el investigador, para transportarlo hasta el asentamiento orbital, al lado de otras materias primas extraídas de Ceres, se podrían usar ascensores espaciales. La idea, Según Janhunen, También podría evitar uno de los mayores inconvenientes que supondría una colonia acerca de la superficie marciana: los efectos sobre la salud de la baja gravedad. «Mi preocupación -dice el investigador- es que los niños que vivieran en un Sólo asentamiento en Marte no se convertirían en adultos sanos (en concepto de músculos y huesos), a causa a que la gravedad marciana es demasiado baja. Por tanto, busqué una alternativa que proporcionara una gravedad igual a la de la Tierra, Pero que fuera Además un planeta interconectado». De este modo funcionaría la colonia orbital
Según la propuesta de Janhunen, cada uno de los cilindros del mega satélite sería capaz de producir su propia gravedad por rotación. Cada hábitat cilíndrico tendría 10 kilómetro de longitud y un kilómetro de radio, efectuando una rotación completa cada 66 segundos para generar una gravedad parecido a la terrestre. Megasatélites: Un disco formado por imanes mantendría conectados un enorme número de hábitats cilíndricos, de 10 km de largo cada uno – Pekka Janhunen
Cada uno de los cilindros podría albergar cómodamente a unas 57.000 personas, y se mantendría en su sitio, junto a sus cilindros vecinos, Debido a potentes imanes, del estilo de los que se utilizan para la levitación magnética. La idea de Janhunen permite, a su vez, una expansión de la colonia prácticamente ilimitada: bastaría con ir agregando nuevos cilindros al hábitat en los bordes del disco. Según el científico, la superficie de Marte, mucho menor que la de la Tierra, «no brinda el espacio suficiente para una población significativa y una expansión económica». En una colonia orbital en Ceres, Aunque, «se podrían fabricar entre uno y millones de hábitats cilíndricos». Debido a dos enormes espejos de cristal en Ambos laterales de cada cilindro, la luz solar en el interior del hábitat estaría garantizada. Los espejos tendrían una inclinación de 45 grados con respecto al disco que los alberga, de modo que reflejarían la luz hacia el interior de los cilindros. Dentro de cada uno de ellos, una comunicado se destinaría a la agricultura y a la plantación de árboles, plantados en un Sólo lecho de tierra de 1,5 mts de espesor obtenida A partir de materias primas del propio Ceres. La comunicado «urbana», Sin embargo, se iluminaría con luz artificial, de modo que se podría conservar un ciclo día/noche parecido al de la Tierra. La idea puede parecer extravagante, Sin embargo lo cierto es que tiene ya sus defensores. Entre ellos Jeff Bezos, CEO de Amazon y fundador de la compañía espacial Blue Origin, que en 2019 ya charló de la conveniencia de construir «colonias O´Neill» muy similares a las propuestas por Janhunen. La forma de construir esas colonias, Si bien no está clara aún. A pesar de ello, Janhunen se muestra optimista, y en un Sólo mail enviado a la revista Live Science afirma que los primeros colonos humanos podrían comenzar a viajar a Ceres en los cercanos 15 años. Un plazo que muchos, A pesar de creer que la idea es plausible, consideran demasiado corto.