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El queule, el enigmático fruto megafaunático

De La misma manera que en una novela policial en la cual los detectives deben resolver un misterio y descubrir un culpable, en las ciencias naturales los científicos Además buscamos pistas, presentes y pasadas, que nos ayuden a comprender lo cual se observa (y lo que no) en un Sólo ecosistema. Uno de los grandes misterios ecológicos en la actualidad es la presencia de especies de plantas que producen frutos muy grandes en lugares donde ya no existen animales de enorme tamaño que los consuman y puedan dispersar sus semillas. Para las plantas, la dispersión de la semilla es un proceso fundamental que deja a las especies subsistir en el tiempo y colonizar nuevos lugares. Los frutos que son atractivos para los animales son alimentos y tienen tejidos carnosos muy nutritivos. Suelen ser de un tamaño proporcional a los primordiales animales que los consumen. De ahí que, las plantas con frutos y semillas grandes son dispersadas por animales de enorme tamaño (megafauna), En tanto que son los únicos capaces de tragar los frutos. En algunos ecosistemas actuales, Todavía ante la presencia de plantas con frutos supuestamente adaptados para el consumo por grandes animales, no es posible localizar fauna nativa moderna de gran tamaño que los consuma y disperse sus semillas. Estos frutos megafáunicos, observados hace décadas en ecosistemas centroamericanos, son considerados un anacronismo, y su protagonismo se atribuye a la desaparición de grandes bestias hace unos 10 000 años, hacia el terminante de la última temporada glacial, a fines del Pleistoceno. Los frutos de queule (Gomortega keule) caen al suelo en el momento maduran en otoño, en ausencia de animales nativos que los consuman y transporten la semilla. – The Conversation
Numerosas especies de plantas tienen frutos de carácter megafáunico en Sudamérica. En un estudio reciente fijamos la mirada en una escena ecológica donde participa un árbol en peligro de extinción que Sólo crece en una reducida extensión geográfica de la región costera en el centro-sur de Chile. El fruto de este árbol, llamado queule (
Gomortega keule
), es comestible y de gran tamaño (20 a 40 gramos). Tiene una semilla protegida por una durísima cubierta leñosa. En la época de fructificación, en otoño (abril y mayo en su región de origen) los frutos caen al suelo y allí se pudren sin que haya animales nativos que los consuman en cantidades importantes, y menos que dispersen las semillas. Aunque, en Chile existen evidencias fósiles de la ocurrencia de megafauna en el Pleistoceno, Al igual que gonfoterios, équidos y cérvidos. Lamentablemente, parece prácticamente imposible detectar un estómago fósil de estos animales con semillas de queule en su interior. Debemos buscar entonces otras evidencias que apunten al carácter megafáunico del fruto de queule. Una observación importante corresponde al consumo de frutos de queule por parte de animales modernos de enorme tamaño. Al similar que una parte de nuestro estudio, se dispusieron frutos maduros de queule en las jaulas de animales de un zoológico y Asimismo para animales domésticos en granjas locales. Algunos animales no se aproximaron a los frutos, otros comieron la pulpa Sin embargo descartaron el cuesco, y algunos consumieron el fruto completo. Esta patentiza permite asegurar que los frutos de queule son atractivos para animales de gran tamaño y que, al menos algunos de esos animales, tragan la semilla y por lo tanto pueden transportarla. Pero a su vez es relevante conocer si la semilla mantiene su capacidad de germinar despues de pasar por la boca o el tracto digestivo del animal. Para esto realizamos experimentos de germinación con los cuescos recuperados, donde observamos germinación en todos y cada uno de los casos. Otra observación especial, ahora en el Entorno natural del árbol, viajó la presencia de cuescos de queule en estiércol de cerdos y vacas. En Algunas zonas donde persiste la especie, los residentes locales señalan que el ganado se alimenta de los frutos de queule, lo que confirma esta observación y apoya el carácter megafáunico del fruto. Aunque, Ya que no hay plántulas de queule en zonas con ganado, estos animales domésticos no están desarrollando El día de hoy jornada el proceso de dispersión de semillas en forma efectiva para esta especie. Entre los animales nativos, donde existe muy poca datos, Solo un pequeño ciervo ha sido visto mordisqueando los frutos, Sin embargo a causa a su reducido tamaño corporal (menos de 10 kilogramos), no es probable que trague la semilla. ¿Debemos ayudar al queule?
Aunque semeja bastante claro que el fruto megafáunico de queule representa un anacronismo, existen todavía muchas interrogantes que futuras investigaciones deberán abordar para avanzar de manera efectiva en la conservación de esta especie de árbol. La escasa sobrevivencia de sus plántulas, el posible rol de dispersión de semillas por animales Además que roedores y por el ganado, y sobre todo los varias efectos de la variante que sobre el bosque original han producido la agricultura y la silvicultura son Ciertas de las preguntas que deben ser respondidas. La cirugía con cerdos o caballos, que podrían dispersar semillas de queule, puede parecer atractiva, Pero la complejidad del sistema hace difícil prever los efectos negativos que en el caso del cerdo ya se han observado en otros ecosistemas neotropicales. Antes de pensar en la introducción de megafauna para restablecer procesos ecológicos importantes (rewilding) Al afín que la dispersión de semillas, hay que considerar vivencias recientes muy preocupantes por sus consecuencias sociales y ecológicas. La ocación de queule De la misma forma puede despertar reflexiones éticas y filosóficas, pues Se trata de una especie con problemas de dispersión de semillas muy probablemente A partir de tiempos precedentes a los cambios planetarios que vivimos Hoy, situación compartida por Múltiples otras especies de plantas. Diego Muñoz-Concha es Maestro y Además Estudioso en Botánica, Universidad Católica del Maule Andrea Loayza es Associate professor, Universidad de La Serena Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. <img src=”https://counter.theconversation.com/content/157625/count.gif?distributor=republish-lightbox-advanced” alt=”The Conversation” width=”1″ height=”1″ style=”border: none !important; box-shadow: none !important; margin: 0 !important; max-height: 1px !important; max-width: 1px !important; min-height: 1px !important; min-width: 1px !important; opacity: 0 !important; outline: none !important; padding: 0 !important; text-shadow: none !important” />