Vivimos en un universo donde todo puede pasar. Aunque para ser justos todo depende de las probabilidades. De un día para el otro es posible que la vida te cambie rotundamente, esta es la capacidad de las probabilidades. Pero también es posible nunca suceda el cambio, ya que nuevamente todo es posible. Las apuestas son parte de esto. No sólo es un entretenimiento, es la capacidad de comprar esperanza.
Esta actividad es una de las más antiguas del mundo. En un principio las apuestas y la adivinación eran cosas que iban de la mano. La suerte y la fortuna eran conceptos que se encontraban asociados con las deidades. Tener suerte era tener la diosa fortuna de su lado. Y por supuesto, que te vaya bien en la vida, era sin dudas tener el favor de los dioses.
Luego de muchas investigaciones antropológicas se considera que la primer apuesta documentada en la historia se dió en China, cerca del año 2300 a. C. Aunque existen consideraciones que estas se trataban más para decidir el destino de determinados territorios, es decir que literalmente se apostaban tierras. Ya que como decimos, las civilizaciones antiguas creían que el azar y la probabilidad era una decisión de los dioses.
Los dados eran la forma elegida para este gran juego.
Mientras que en Europa las cosas no eran mucho más distintas. Los greco-romanos siempre fueron especialmente creyentes en la cuestión de suerte. Tanto que Plinio el Viejo, como nos dice este sitio; dijo: “Estamos tan a merced de la misericordia del azar, que el azar es nuestro dios”.
Pero si hay un evento en la antiguedad que puede ser considerado como la madre de todas las apuestas esto es sin duda los Juegos Olímpicos. Donde se celebraban eventos deportivos y sobre los cuales se apostaba a los mejores atletas en cada disciplina. Una competición en el campo, otra competición en las gradas. Las apuestas, con los dioses de su parte, solían hacer muy ricas a las personas.
Si las olimpiadas eran la madre de las apuestas, la máxima época de gloria en la antiguedad fue durante la lucha de gladiadores. Tan populares eran estos juegos que todos los grandes emperadores romanos buscaban que alguna competencia durante su mandato fuera la más grande de todos los tiempos. Los anfiteatros para gladiadores se encontraban dispersos por todo el imperio romano: el latín, las legiones y las apuestas llegaron a todo el imperio. Siendo el anfiteatro más reconocido el mismo coliseo.
La revolución máxima del azar se dió durante el renacimiento, donde los matemáticos, en especial los italianos empezaron a investigar sobre el mundo de la probabilidad. Con esto empiezan a desarrollar juegos de probabilidades que no necesitaban la muerte de gladiadores en el campo de juego para realizar una apuesta. Sólo con tableros de juegos inteligentemente desarrollados era suficiente.
Los deportes modernos como el futbol, el rugby o el tenis hicieron crecer enormemente el mundo de las apuestas, llegando las casas de apuestas a patrocinar a los mismos clubes.
El broche de oro para los juegos de azar los tenemos sin dudas con el internet, como nos muestran sitios como casinoonlineargentina.com.ar donde la diversión de la suerte y del azar se encuentra disponible, sin colas, sin filas 24 horas, 7 días a la semana. Con todas las posibilidades que los juegos de azar permiten.