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El misterioso Hatena, el ser vivo capaz de dejar su estado de depredador y convertirse en fotosintético

El término endosimbiosis, del griego ‘endon’ –dentro- y ‘biosis’ –vivir-, hace referencia a cualquier relación biológica en la que un organismo habita dentro del cuerpo o de las células de otro organismo, en una relación que no Siempre y en toda circunstancia es mutualista. Tenemos muchos ejemplos de endosimbiosis en la naturaleza, por ejemplo, las bacterias fijadoras de nitrógeno (rizobios) que viven en los nódulos de las raíces de las legumbres o bien Ciertas algas unicelulares que residen dentro de los corales formadores de arrecifes. De bacteria a orgánulo celular
Una de las relaciones endosimbióticas más exitosas de la evolución se dirigió la que establecieron Algunas bacterias fotosintéticas y las primeras ‘pre-algas’. Es sabido que el copyright de la fotosíntesis es propiedad de las bacterias, las cuales fueron englobadas por una célula eucariota ancestral. Tras millones de años de evolución aquellas bacterias se convirtieron en los actuales cloroplastos, los orgánulos celulares que captan la energía lumínica para realizar la fotosíntesis. Algo parecido Sucedió con las mitocondrias, las centrales energéticas de las células, que en sus principios eran bacterias de vida disponible y que fueron ingeridas por otros organismos unicelulares. Aquella endosimbiosis supuso, Sin duda, una exitosa coalición biológica para el anfitrión. En definitivo, se podría decir que la vida, tal y Al afín que la entendemos en este momento, no se apoderó del planeta por medio de el frío y severo combate cuerpo a cuerpo, Sino más bien que Mediante la cálida cooperación y la creación de redes. Dos células mejor que una
Científicos nipones han dado un paso más en la comprensión de los orígenes de las primeras plantas al localizar la existencia de un organismo en el que una alga ha adoptado el papel de las primitivas bacterias. En estos momentos se conocen unas diez mil especies distintos de algas verdes o Chlorophyta
, que viven en una gran variedad de hábitats, A partir de las aguas continentales hasta las aguas marinas. A este conjunto de algas pertenece la Nephroselmis
, que ha sido objeto de estudio por comunicado de un conjunto de estudiosos de la Universidad de Tsukuba. En la 1era década de este siglo encontraron las dos fases biológicas de la Hatena arenicola
, una eucariota unicelular que dispone de dos flagelos, que EEUU para la locomoción, y de un rudimentario tubo digestivo. El estado heterótrofo de la Hatena, que en nipón significa ‘misterio’, se comporta Al similar que un depredador, engulle a la Nephroselmis y establece con ella una relación endosimbiótica formando una nueva forma de vida, un ser vivo quimérico, a mitad de sendero entre un animal y una alga. Hijos fotosintéticos y También hijos depredadores
Tras ser ingerida, la Nephroselmis –que ejerce el papel de endosimbionte- pierde sus flagelos y su citoesqueleto, En tanto que asume las funciones del aparato digestivo y del sistema visual del nuevo organismo, ayudando a la protista a dirigirse hacia la luz (fototaxis). En esta unión el anfitrión (Hatena arenicola) De la misma forma padece modificaciones, inhabilita su aparato nutritivo primigenio, deja de ser depredador, y adopta una nutrición fotosintética. En la fecha llega la fecha de la reproducción, la Hatena, que no se puede dividir sin contener el endosimbionte, está dando sector a dos hijos: uno que recibe la Nephroselmis –de color verdoso- y otro que regresa al estado heterótrofo inicial (color blanco). En otras palabras, la descendencia de la Hatena madre serán un ser vivo fotosintético y un ser vivo depredador. Este ultimo, el hijo decolorado, acabará engullendo a una inédita Nephroselmis, iniciando una inédita endosimbiosis. Pedro Gargantilla es médico internista del Centro médico de El Escorial (Madrid) y cantautor de Varios libros de divulgación.