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La Luna revela un nuevo secreto: tuvo actividad volcánica hace menos tiempo del que se creía

El pasado 12 de diciembre, China hacía historia recuperando las primeras muestras de rocas lunares Desde el programa Apolo. Alrededor de dos kilos de muestras recogidas de un área de lava solidificada de una antigua erupción volcánica en Oceanus Procellarum (‘Océano de tormentas’) ascendían hasta una cápsula de retorno que aterrizaba en Mongolia justo Ya antes de fechas navideñas. A partir de luego, un Equipo internacional de estudiosos ha estado estudiando el material, en el que ha encontrado una sorpresa: la actividad volcánica de nuestro satélite estuvo estuvo presente más tiempo del que se creía. Los resultados se acaban de publicar en la revista ‘Science’. «Es la muestra perfecta para cerrar una brecha de 2.000 millones de años», asevera Brad Jolliff, director del Centro McDonnell de Ciencias Espaciales y uno de los autores de la investigación, que estuvo dirigida por científicos de la Academia China de Ciencias Geológicas. Él y sus colegas sabían de antemano que tenían entre manos unas muestras ‘jóvenes’, Ya que este era La meta de la sonda Chang’e-5. «Por presunto, lo de ‘joven’ es relativo -apunta Jolliff-. «Pero hay que pensar que todas y cada una y cada una de las rocas volcánicas recolectadas por el programa Apolo tienen más de 3.000 millones de años. Y los cráteres de impacto más recientes que se han datado Desde distintos muestras pertenecen hace menos de 1.000 millones. Es por ello que las rocas de la misión Chang’e-5 llenan un vacío crítico». Un vacío que no Sólo afecta a la historia de nuestro satélite, Sino que puede darnos las claves para comprender mejor los planetas rocosos del Sistema Solar También que Venus, Mercurio, Marte o bien nuestro propio planeta. Historia lunar con ‘lagunas’ La Luna tiene unos 4.500 millones de años. Es casi tan antigua De exactamente la misma manera que la Tierra. Pero, a diferencia de nuestro mundo, no cuenta con provesos erosivos o bien de formación de montañas que tienden a borrar los cráteres sobre parte superficial. En otros términos, cada marca cuenta una historia que ha permanecido intacta A partir de que Tuvo lugar. Esto es una enorme ventaja para estudiar nuestro satélite, Ya que se ha podido considerar las edades de diversos regiones Desde los ‘piquetes’ de su superficie. «Los científicos planetarios saben que cuantos más cráteres hay en una superficie, más antigua es; y, por el contrario, cuantos menos marcas, más jovencita es. Esa es una buena determinación relativa», asevera Jolliff. «Pero para colocar fechas concretas, necesitamos muestras del área». En este sentido, las rocas recogidas por el programa Apolo fueron perfectas para fechar y correlacionar con las densidades de los cráteres. «Esta cronología se ha extendido a otros planetas, por poner un ejemplo, para Mercurio y Marte, para decir que las superficies con cierta densidad de cráteres tienen cierta edad», apunta el investigador. Sin embargo las rocas de la misión República Popular China eran distintos, y arrojaron fechas de 1.970 millones de años con una exactitud de más menos 50 millones de años. «Es un resultado fenomenal. En concepto de tiempo planetario, esa es una determinación muy Necesita. Y eso es lo suficientemente bueno para distinguir entre las distintos formulaciones de la cronología». Los volcanes de la Luna
Además de la datación, los investigadores tienen más data acerca de la composición y formación de las rocas lunares estudiadas. En concreto, Se trata de rocas basálticas que se formaron Tras una erupción volcánica hace los convocados 2.000 millones de años, acto seguido que otras muestras volcánicas conocidas. «Debe haber habido una fuente de calor en la zona para explicar esta actividad volcánica tardía«, afirman los autores, quienes Si bien no han encontrado señales de altas concentraciones de elementos radiactivos productores de calor en el manto profundo de la Luna, hipótesis que se había sugerido para explicar este viejo magma solidificado. Por consiguiente, los autores señalan hacia otra teoría: la del calentamiento de marea. Todos conocemos las mareas que produce la Luna en la Tierra. Pero, al contrario, la fuerza de la gravedad de nuestro mundo De la misma forma desencadena cambios en nuestro satélite y, En verdad, son aun mayores que los que sentimos en parte superficial terrestre. De esta manera, se provoca una suerte de abombamiento en el que los materiales friccionan unos con otros, causando calor. Los expertos señalan que este fenómeno pudo ser mucho más intenso hace miles de millones de años, en la fecha la Tierra y la Luna estaban a menor distancia. «Todo esto todavía es la punta del iceberg», apunta Jolliff, quien junto con su Equipo busca en las mismas muestras otros elementos, Tal y como por poner un ejemplo fragmentos llegados de otros cráteres de impacto que puedan dar más claves sobre la superficie y De la misma forma historia de la Luna.