Juan Evo Morales sabía que explotar la hacia avariciosa de la conquista daría sus réditos. «España debería devolver el oro robado», palabra más palabra menos, el que sería acto seguido 1er magistrado de Bolivia y cacique entre los caciques, ocupó titular de ABC con estas dichos y se dirigió motivo de novedosas polémicas. Corrían o bien volaban los primeros años de este siglo. Hasta tanto, Solo Hugo Chávez era capaz de remover de la tumba a sus antepasados, que llegaron español, con declaraciones de esta naturaleza. El jefe bolivariano –con él comenzó el terremoto del indigenismo malintencionado– se sorprendió al mirar por uno de los balcones siguientes de la Casa Rosada y hallar una estatua de Cristóbal Colón. «¡Cristina, de qué forma tienes a ese… Ver Más