La doctora le abrió la boca y le miró los dientes. Los de arriba, los de abajo, las muelas, todo. «Tienes una mandíbula muy duro, se nota que eres una gitana de pura raza», le afirmó. «Aquella fue mi sentencia de muerte», cuenta Philomena Franz A partir de su casa en Bergisch Gladbach. Está sentada en un Sólo sillón color crema y lleva el pelo teñido de negro apretado en un moño en el cogote. Tiene 99 años y ha sido la primera sinti que escribió sus memorias a fin de que a los suyos se les reconociera También que víctimas del genocidio nazi. Acto seguido le habla a una cámara. Han pasado prácticamente cuatro décadas Desde el momento en que Franz se decidió a desamparar por escrito sus recuerdos de… Ver Más