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Descubren, detrás de la Vía Láctea, una gigantesca estructura de más de 1.400 millones de años luz de largo

Un nuevo mapa tridimensional del Universo elaborado por un elenco internacional de astrónomos de Múltiples universidades acaba de revelar la presencia de una de las mayores estructuras cósmicas descubiertas hasta en seguida por el hombre: un “muro” de tamaño inconcebible que se extiende por medio de 1.400 millones de años luz y que contiene cientos de miles de galaxias. Al idéntico que recordatorio, baste pensar que un Solo año luz equivale a algo más de 9,4 billones de km. El espectacular hallazgo se concluye de publicar en The Astrophysical Journal. Llamada por sus descubridores “Muro del Polo Sur”, esta gigantesca estructura ha permanecido oculta hasta en seguida por el hecho de que a mayoría de ella se encuentra a unos 500 millones de años luz de distancia justo detrás de la Vía Láctea. Es nuestra propia galaxia, por tanto, lo que nos impide ver el gran muro, igual que un edificio nos impide ver lo que hay detrás de él. El Muro del Polo Sur rivaliza en tamaño con la enorme Muralla de Sloan, la sexta mayor estructura cósmica descubierta hasta la fecha. A partir de hace ya muchos años, los científicos se han dado cuenta de que las galaxias no se distribuyen al azar por el Universo, Sino más bien que se agrupan de una manera muy concreta para dar lugar a la denominada “telaraña cósmica”, gigantescas hebras de hidrógeno en las que las galaxias se encadenan Al igual que perlas en un Sólo collar. Hebras que, Tal como sucede con las telas de araña, se cruzan unas con otras formando nodos más densos y en los cuales el número de galaxias es mayor. A Los dos lados de cada hebra, se abren inmensos vacíos en los cuales prácticamente no hay materia ni, por ende, estrellas o galaxias. Esa es la forma que tiene, a gran escala, el Universo en que vivimos. Hacer mapas de la distribución de estas colosales estructuras galácticas manera comunicado de la labor de los cosmólogos, y Hasta la fecha el récord absoluto pertenece a la gran Muralla Hércules-Corona Boreal, que se extiende A lo largo de más de 10.000 millones de años luz, casi la décima comunicado del Universo observable (cuyo diámetro es de unos 93.000 millones de años luz). Daniel Pomarede, de la Universidad de París-Saclay y cantautor principal de este trabajo, dio a conocer en 2104, al lado de sus colegas, el supercúmulo de Laniakea, el “continente galáctico” del que nosotros formamos parte, de unos 520 millones de años luz de ancho y con una masa equivalente a la de cien billones de soles. Detrás de la Vía Láctea
Para este nuevo mapa, Pomarede y su Equipo utilizaron diversos estudios próximos del cielo para tratar de averiguar qué es lo cual hay en una zona denominada “Zona de Oscurecimiento Galáctico, justo la comunicado del cielo en el que la brillante luz de la Vía Láctea impide ver a mayoría de lo que tiene detrás. Para lograr echar un vistazo a esa región, los estudiosos observaron los movimientos de las galaxias, fijándose tanto en su desplazamiento cara el rojo (lo veloz que semejan estar alejándose de la Tierra) De La misma manera que en los “bailes” que elaboran unas alrededor de otras a causa a sus ámbitos gravitatorios. La ventaja de este tratamiento es que puede advertir la materia oscura, que resulta invisible para nuestros instrumentos Ya que no emite radiación alguna, Sin embargo que influye gravitacionalmente en la forma de moverse de las galaxias que sí podemos ver. De esta forma, Pomarede y sus colegas consiguieron hacerse una idea de la distribución tridimensional de la materia dentro y cerca de de la Zona de Oscurecimiento Galáctico. Y con esos datos elaboraron un mapa tridimensional. El mapa muestra una fascinante burbuja de materia centrada más o bien menos en el punto más meridional del cielo, con una inmensa ala de barrido que se extiende cara el norte, en la dirección de la constelación de Cetus, y otro brazo más grueso que Lo hace en dirección opuesta, hacia la constelación de Apus. En su artículo, los investigadores advierten que es posible que todavía no hayan conseguido observar en su totalidad el vasto Muro del Polo Sur. “No estaremos seguros de su alcance total -escriben- hasta que hagamos mapas del Universo en una escala significativamente mayor”.