Mediante su dilatada existencia la Vía Láctea, nuestro hogar en el espacio, se ha fusionado ya con una veintena de otras galaxias, cinco de ellas formadas por más de 100 millones de estrellas. Esa es una de las conclusiones del primer “árbol genealógico” de la galaxia elaborado por un club internacional de astrónomos y recién publicado en Monthly Notices of the Royal Astronomical Society. El nuevo análisis se centra en los antiguos y densos cúmulos de estrellas que orbitan la Vía Láctea, llamados cúmulos globulares, y ha hecho posible poseer el relato más completo hasta la fecha de sus fusiones A partir de los lejanos tiempos de su formación. Sin embargo no Solo eso. Entre los información, en efecto, se ha encontrado De la misma forma un incidente de fusión que los científicos desconocían por completo. Uno que sucedió hace 11.000 millones de años y que reemplazó por completo la forma de la Vía Láctea. Los astrónomos han bautizado a esa galaxia, que al permanente Asimismo viajó absorbida por la nuestra, Tal como “Kraken”, en recuerdo al monstruoso calamar gigante de la mitología marina. El gráfico muestra el “árbol genealógico” de la Vía Láctea, en el que se reflejan todos y cada uno de los acontecimientos conocidos de colisión con otras galaxias – Kruijssen et al., MNRAS 2020
La clave, en los cúmulos globulares
Vistos Desde fuese, los cúmulos globulares semejan densas y apretadas “bolas de estrellas”. En verdad, contienen tantas (entre 100.000 y un millón) y en tan poco espacio (apenas unos pocos años luz) que si es que estuviéramos en el interior de uno de ellos el cielo nocturno sería un mar de luz blanca, fruto del brillo combinado de todas y cada una esas estrellas, tan cercanas entre sí que sería difícil distinguirlas individualmente. Versa, a su vez, de objetos de extrema antigüedad, prácticamente tanto De esta manera tal y como el propio Universo. En cualquier cúmulo globular, todas y cada una sus estrellas se formaron al mismo tiempo, A partir de La misma nube de gas, y eso significa que es posible usar su composición química para determinar sus orígenes. Sin embargo, eso es Sólo una comunicado del rompecabezas. En la Vía Láctea hay unos 150 cúmulos globulares, y tratar de reconstruir sus movimientos orbitales y su forma actual (ciertos se han estirado en forma de largas corrientes de estrellas) Además puede ser de enorme ayuda para determinar de dónde vienen. Y eso es, precisamente, lo que han hecho los creadores de este trabajo al utilizar una red neuronal para simular de qué forma los cúmulos globulares giran alrededor de galaxias similares a la nuestra. Las simulaciones, llamadas E-MOSAICS, abarcan toda la vida útil de los cúmulos globulares, A partir de que se constituyen hasta que desaparecen. “El principal desafío de conectar las propiedades de los cúmulos globulares con la historia de la fusión de su galaxia anfitriona -explica Diederik Kruijssen, de la Universidad alemana de Heidelberg y 1er firmante del artículo- Siempre y en toda circunstancia y en todo momento ha sido que el ensamblaje de galaxias es un proceso extremadamente complicado, A lo largo de el cual las órbitas de los cúmulos globulares se reorganizan por completo. Probamos el algoritmo decenas de miles de veces en las simulaciones y nos sorprendió la precisión con la que se dirigió capaz de reconstruir las historias de fusión de las galaxias simuladas, y todo usando Sólo sus poblaciones de cúmulos globulares”. Con datos reales
El siguiente paso viajó el de alimentar al software con información reales. Durante los últimos años, el satélite Gaia se ha dedicado a hacer un detallado mapa de la galaxia, con una gran precisión no Solo en el espacio, Sino También en el tiempo. Lo cual ha facilitado los información más necesarios hasta en seguida sobre las posiciones y movimientos de los objetos de la galaxia A lo largo de su evolución y permitido algunos descubrimientos fascinantes sobre la historia de nuestro hogar espacial. Utilizando los datos de Gaia, los investigadores agruparon los cúmulos globulares en función de su movimiento orbital. De hecho, se piensa que los cúmulos con órbitas similares alrededor de la Vía Láctea proceden del mismo lugar, o sea, de galaxias que acudieron “devoradas” por la Vía Láctea en algún instante del pasado. Después de procesar los data, los resultados mostraron cinco grandes colisiones galácticas. Algo que sorprendió mucho a los investigadores, En tanto que hasta en seguida Sólo se conocían cuatro: la galaxia Gaia-Encelado, De la misma forma conocida Como Salchicha Gaia, devorada por la Vía Láctea hace unos 9 mil millones de años; los arroyos Helmi, escombros de una fusión hace unos 10 mil millones de años; la galaxia Sequoia, que se fusionó con la Vía Láctea hace unos 9 mil millones de años; y la galaxia enana de Sagitario, que ha atravesado repetidamente la Vía Láctea Durante los últimos miles de millones de años. ¿Pero y la quinta y desconocida colisión predicha por los resultados? El incidente viajó reconstruido A partir de un conjunto recientemente descubierto de cúmulos globulares que coinciden prácticamente exactamente con las propiedades de una colisión previamente desconocida, No obstante muy fuerte, en contra de una galaxia que el elenco bautizó con El nombre de “Kraken”. “La colisión con Kraken -asegura Kruijssen- tiene que haber sido la más importante que haya experimentado la Vía Láctea. Antes, se pensaba que la fusión con la galaxia Gaia-Encelado hace 9.000 millones de años fue el evento de colisión más grande. Si es que bien, El partido con Kraken tuvo sector hace 11.000 millones de años, En el momento en que la Vía Láctea era cuatro veces menos masiva. De este modo como resultado, la colisión con Kraken tuvo que alterar drásticamente el aspecto que debía nuestra galaxia en aquel momento”. Con toda esa datos en la mano, Kruijssen y su Equipo elaboraron un “árbol genealógico” de la Vía Láctea que describe la historia de todas sus colisiones: cinco primordiales, con galaxias que contenían más de 100 millones de estrellas y que tuvieron sector entre hace 6.000 y 11.000 millones de años; y cerquita de de otros quince eventos de fusión más pequeños, con galaxias que contenían cerquita de 10 millones de estrellas. “Hasta en seguida -concluye Kruijssen- ya se han encontrado los restos de más de cinco de estas galaxias (mezclados con la nuestra). Con los telescopios actuales y futuros, debería ser posible encontrarlas a todas”.
