El satélite Ingenio, el primero cien por ciento español, se destruyó ocho minutos Después de su lanzamiento la madrugada del pasado martes a causa de un «error humano». Según avisó la empresa francesa Arianespace, fabricante del cohete Vega que iba a ponerlo en órbita, unos cables cruzados en el lanzador provocaron que este se desviara de su trayectoria y perdiera altura para caer en una zona despoblada, quizás en el océano Atlántico. El artefacto, que costó 200 millones de euros y años de trabajo, quedó destruido. Su desaparición no Sólo supone una pérdida económica gigantesca -según el Ministerio de Ciencia, no debía seguro- Sino deja a las instituciones gubernamentales españolas sin un fuerte vigilante espacial, destinado a fotografiar la corteza terrestre y capaz, entre otras cosas, de seguir la evolución de inundaciones, incendios y terremotos. Ingenio, una especie de hexágono de un metro por un metro del tamaño de una furgoneta niña, llevaba a bordo una cámara dual con una impresionante Decisión de hasta 2,5 mts. Podía tomar capturas de cualquier punto de parte superficial de la Tierra cada tres días. Captaba 55 kilómetro de un Sólo vistazo y 2,5 millones de km cuadrados diarios. El satélite iba a ser nuestro 2do «ojo espacial» al lado de otro llamado Paz, lanzado en 2018 y que depende del Ministerio de Defensa. Juntos formaban una parte del Programa Nacional de Observación de la Tierra por Satélite (PNOTS). Ingenio cubriría las necesidades ópticas y su compañero, las de radar. Formaban un tándem envidiable para cualquier país que ya no podrá completarse. Iba a ser algo de lo que España podría presumir. Datos a la carta
«Las misiones europeas Copérnico pueden proporcionarnos los información que íbamos a obtener de Ingenio, Pero no será lo mismo. El motivo es que no podemos tenerlos a la carta. Ingenio nos daba una independencia muy esencial para decidir qué es lo que nos interesaba ver y ahora debemos plantearnos de qué manera vamos a cubrir ese hueco», explica Eva Vega. Las fotografías de Ingenio iban a ser utilizadas en varias aplicaciones en cartografía, gestión del agua, monitorización el estado de los cultivos, agricultura de precisión, evaluación de las sequías…. Además seguiría el aumento urbano y ayudaría en el control de fronteras, a su vez del seguimiento de desastres naturales impredecibles. Al tiempo, ayudaría a luchar contra el cambio climático. Las principales áreas de observación eran el territorio español, Europa, Iberoamérica y el norte de África. Era un satélite gubernamental, Pero De la misma forma se analizaba un intersante futuro manipulación comercial que tampoco podrá ser explotado. Acto seguido, Solo nos queda PAZ, destinado a labores de seguridad, defensa, y vigilancia civil, que, por suerte, continua funcionando con normalidad.
