El cierre de Télam: una nueva perspectiva
En el discurso de apertura de las Sesiones Ordinarias del Congreso de la Nación, el presidente Javier Milei anunció su intención de cerrar Télam, el medio de comunicación público que se creó en dictadura y monopolizó a la prensa por 80 años. Si bien no se mencionó una fecha específica para el cierre, la medida se llevó a cabo rápidamente después de sus palabras.
En la madrugada de este lunes, la Policía de la Ciudad fue convocada para vallar la sede de Télam, ubicada en Bolívar 531. Esto impidió cualquier intento por parte de los trabajadores de resistir el cierre de la agencia estatal. Los empleados de Télam fueron notificados a través de un correo electrónico que sus funciones serían suspendidas por un periodo de siete días, según la orden del interventor Diego Chaher, designado por el presidente Milei.
Este intento de cierre no es nuevo, ya que en el pasado el Gobierno de Mauricio Macri también buscó llevar a cabo esta medida, sin éxito. Sin embargo, ahora se hacen evidentes los motivos detrás de esta decisión y es importante explorarlos desde una nueva perspectiva.
La libertad de prensa y Télam
Télam ha sido parte de un mecanismo de censura que busca imponer una agenda mediática y controlar la información en regímenes antidemocráticos. Desde sus inicios, el objetivo de la agencia estatal ha sido cumplir con las directrices de los gobiernos de turno, dejando de lado su función de informar de manera imparcial.
Esto se evidencia en la programación de Télam, que muchas veces ha presentado programas con una visión sesgada de la historia, lenguaje inclusivo y una banalización de eventos de gran importancia como la Guerra de Malvinas. Además, la falta de transparencia de la agencia ha llevado a la inclusión de nombres, símbolos e imágenes que promueven a autoridades y funcionarios públicos, en violación del artículo 42 de la Ley de Ética Pública.
Uno de los ejemplos más claros de este adoctrinamiento es el programa Zamba, que muestra una falta total de respeto hacia próceres de nuestra historia como Sarmiento. Es importante reflexionar sobre el impacto negativo de este tipo de contenidos en la educación de los jóvenes y en la construcción de una sociedad informada y crítica.
Motivos económicos e históricos
El cierre de Télam también tiene motivaciones económicas y históricas. Según los informes, la agencia estatal ha generado un déficit anual de millones de pesos, mientras que los medios privados han sido los más beneficiados por la pauta oficial. Además, se ha inyectado dinero en medios digitales con el propósito de limitar la visibilidad de contenidos liberales.
En cuanto a su historia, Télam fue fundada por el GOU como un mecanismo de control de la información durante la dictadura. Posteriormente, fue utilizado de manera coercitiva por diferentes gobiernos, persiguiendo y amenazando a aquellos que se oponían al régimen.
La necesidad de preservar la democracia
Considerando todos estos puntos, podemos concluir que el cierre de Télam es la mejor opción para preservar la democracia en nuestro país. No puede existir un monopolio estatal de la información en una sociedad democrática. Hoy, finalmente, vemos cómo se materializa el deseo y anhelo por la libertad de expresión.
Es importante seguir analizando y debatiendo estos temas para fortalecer nuestra democracia y garantizar la pluralidad de voces en los medios de comunicación.
Este artículo fue publicado originalmente en La Derecha Diario