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¿Resuelto el misterio de la velocidad expansión del Universo?

En el horario Se trata de medir a qué velocidad se expande el Universo, los científicos no se ponen de consenso. De hecho, Los dos principales métodos utilizados, uno basado en cálculos teóricos y otro en la observación, arrojan resultados diversos, algo que irrita profundamente a los cosmólogos. Ahora, y Tras toda una década de polémicas y desacuerdos, el físico teórico Lucas Lombriser, de la Universidad de Ginebra, ha propuesto una solución que, de entrada, zanja el problema. En un artículo recién publicado en Physics Letters B, Lombriser dice que la Tierra, el Sistema Solar, la Vía Láctea y Varios miles de galaxias cercanas a nosotros están, o estamos, en el interior de una vasta «burbuja» de unos 250 millones de años luz de diámetro. Y que en el interior de esa burbuja, la densidad de materia es mucho menor que en el resto del Universo. Con eso bastaría, afirma el científico, para que Los dos valores coincidieran. Hasta ahora, Los dos primordiales métodos para calcular la tasa de expansión del Universo han conseguido llegar a unos valores que difieren aproximadamente un 10%, una desviación que es estadísticamente irreconciliable. Sin embargo el flamante enfoque de Lombriser elimina por completo esa diferencia, y a su vez Lo efectúa sin necesidad de recurrir a una «Nueva Física». Dos mediciones, dos resultados
El Universo se está expandiendo A partir del Big Bang, el momento mismo en que nació, hace unos 13.760 millones de años. El primero en plantear esa idea se dirigió físico de Bélgica Georges Lemaître en 1927. Un par de años a continuación, en 1929, el astrónomo norteamericano Edwin Hubble demostró que todas las galaxias se están alejando entre sí, y que cuanto más lejos se encuentren unas de otras más veloz va a ser ese alejamiento. Esos hallazgos dieron lugar a la denominada ley de Hubble-Lemaître, que añade De la misma forma la tasa de expansión del Universo, conocida Del mismo modo que Constante de Hubble y cuyo valor es, en la actualidad, de cerquita de 70 km por 2do por Megaparsec, lo cual significa que el Universo se expande 70 km por 2do más deprisa por cada 3,26 millones de años luz más de distancia. El problema, Al idéntico que se ha expresado, es que hay dos métodos para calcular el valor de la constante. Y Los dos están en conflicto. El primero de esos métodos se basa en el fondo cósmico de microondas, esto es, la radiación o «calor residual» del mismísimo Big Bang, que permea por parecido todo el Universo. Debido a los precisos datos del telescopio espacial Planck, y dado que el Universo es homogéneo y Asimismo isotrópico, se obtiene, usando la Teoría de la Relatividad General de Einstein, un valor de 67,4 para la Constante de Hubble. El 2do método de cálculo, Aunque, se basa en la observación de las supernovas que aparecen esporádicamente en galaxias distantes. Se trata de eventos muy brillantes y proporcionan al observador distancias muy precisas, lo cual ha permitido establecer para la constante de Hubble un valor de 74. ¿Pero cuál de Ambos valores es el correcto? Según explica Lombriser, «estos dos valores han ido volviéndose más precisos con los años, Sin embargo sin dejar de ser diversos entre sí. Eso llevó a una agria trifulca científica, y También a despertar la emocionante esperanza de que tal vez estábamos lidiando con una Inédita Física». Para tratar de conciliar Ambos valores, Lombriser decidió juzgar la idea, Ciertamente revolucionaria, de que A continuación de todo el Universo podría no ser tan homogéneo Del mismo modo que se asevera. En otros términos, que la materia no se distribuye por semejante en todas partes. Eso es algo que, a escalas parcialmente modestas, parece obvio: no cabe duda, por ejemplo, de que la materia se distribuye de manera distinto dentro de una galaxia que fuese de ella. Si bien, resulta mucho más difícil imaginar variaciones en la densidad media de la materia si consideramos escalas mucho mayores, miles de veces más grandes que una sola galaxia. «Pero si es que estuviéramos en el interior de una especie de gigantesca burbuja -prosigue el científico- donde la densidad de materia fuese significativamente menor que la densidad famosa para todo el Universo, tendría consecuencias en las distancias de las supernovas y, en última instancia, También el la determinación del valor de la Constante de Hubble». Todo lo que se necesitaría sería que esa «burbuja de Hubble» fuese lo suficientemente grande Del mismo modo que para agregar a las galaxias cuyas supernovas se usan Tal como referencia para medir distancias. Lombriser demostró con distintos tamaños para esa hipotética burbuja, y al establecer un diámetro de 250 millones de años luz y una densidad de materia en el interior un 50% más baja que en el resto del Universo, se obtendría un nuevo valor para la constante de Hubble que, por objetivo, sería exactamente el mismo que el obtenido usando el método basado en el fondo cósmico de microondas. «La probabilidad de que exista una fluctuación De este modo a esta escala -concluye Lombriser- cambia de una entre 20 a una entre 5, lo cual significa que no es Sólo la fantasía de un teórico. Y Hay muchas zonas De exactamente la misma forma que la nuestra en el Universo».