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Un cañonazo desvela el secreto mejor guardado de un asteroide

El asteroide Ryugu, una especie de peonza de 900 mts ubicada a 244 millones de la Tierra, se dirigió atacado con un cañonazo por la sonda espacial japonesa Hayabusa 2 el pasado abril de 2019. La meta era sacarle las entrañas, literalmente, para poder estudiarlas. Este jueves, los resultados de esas mediciones se han publicado en la revista «Science». Y el más sorprendente es su edad, un secreto que Hasta el momento permanecía bien guardado. La roca es mucho más joven de lo que se creía. Tiene Solo nueve millones de años y es probable que su superficie no llegue a los 100.000 años. Una jovenzuela. a su vez, está cubierta de un material sin cohesión, igual a la arena suelta de la playa. La nave espacial Hayabusa-2, lanzada en diciembre de 2014, llegó a Ryugu, tan lejano del Sol Del mismo modo que lo está nuestro mundo, en junio de 2018. A partir de luego, se ha dedicado a escudriñar lo cual en seguida saben que es un montón de restos. Al igual que explica Masahiko Arakawa, de la Universidad de Kobe en Japón y cantautora principal del informe, este asteroide está formado por un montón de rocas sueltas, restos de Múltiples colisiones en la historia del sistema solar. Por eso, observar su interior, totalmente prístino, era tan importante. Para ello, la nave disparó un proyectil de cobre de dos kilogramos y medio y un tamaño algo superior al de una pelota de tenis contra parte superficial del asteroide. El propósito era crear un cráter de impacto artificial de 10 mts de ancho. De la misma forma que resultado, una columna de material salió expulsada y se dirigió capturada en dato por las cámaras de la nave espacial. En el mes de julio, la sonda recuperó muestras del fondo del cráter que llegarán a la Tierra a finales de año. Un cráter gigante
Pero Antes Todavía de que las muestras estén en un Solo laboratorio, los investigadores ya han llegado a Ciertas conclusiones interesantes. «Me sorprendió mucho que el cráter fuese tan grande», admite Arakawa a Space.com. El cráter era aproximadamente siete veces más grande de lo cual cabría esperar de un escenario comparable en la Tierra. Este tamaño es significativo, Porque muestra que parte superficial del asteroide se mantiene unida Solo por la gravedad y no por fuerzas cohesivas. Eso significa que la roca es en especial jovencita, Solo unos nueve millones de años, al paso que anteriores modelos señalaban que la roca tenía unos 160 millones de años. Los autores describen el cráter de impacto artificial De esta manera tal y como semicircular con un borde elevado, un hoyo central y un patrón asimétrico de eyección, debido quizás a la presencia de una enorme roca enterrada cerca del punto del impacto. Además, los investigadores sugieren que parte superficial de Ryugu está compuesta de un material sin cohesión, idéntico a la arena suelta.