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Un oasis de vida en el sitio más insospechado: dentro de rocas volcánicas bajo el mar

En las últimas décadas, las nuevas técnicas de secuenciación, más potentes y baratas, han permitido rastrear el material genético en lugares donde no se había podido hacer Hasta ahora. Gracias a esto, se ha descubierto que la vida microbiana, formada por virus, bacterias, hongos y otros, es muy abundante y está presente hasta en los sitios más inhóspitos. Aun bajo tierra. Se sabe que hay organismos viviendo en el subsuelo, en los poros y en los resquicios por donde se cuela el agua e aun dentro de exactamente las mismas rocas. Ahora, un estudio publicado en «Communications Biology» ha hecho un hallazgo aún más sorprendente. Científicos de la Universidad de Tokyo (Japón), han hallado todo un oasis de vida, en el que densas comunidades de microorganismos viven dentro de rocas volcánicas enterradas 100 metros bajo el suelo oceánico. Lo más sorprendente es que allá hay goles microbios De exactamente la misma manera que en el intestino humano, rondando números de hasta 10.000 millones células por centímetro cúbico. El hallazgo implica que la vida podría existir en sitios tan difíciles De La misma manera que esos no Solo en la Tierra, Sino más bien que También más allá, De exactamente la misma forma que puede ser en Marte o bien en planetas lejanos. «Ahora mismo estoy más persuadido de que podemos localizar vida en Marte», ha expresado en un Sólo comunicado Yohey Suzuki, primer intérprete y escritor del trabajo. «Si no fuera De esta forma, tendría que ser Porque la vida depende de otros procesos que no están presentes en Marte, Del mismo modo que la tectónica de placas». Este proceso es el responsable de cambiar el aspecto de parte superficial terrestre Mediante los movimientos de las placas tectónicas, enormes bloques continentales que al deslizarse generan terremotos o regiones de vulcanismo. Cien mil células por centímetro cúbico
El Equipo de Suzuki hizo sus análisis en muestras de rocas basálticas de 33 a hasta 104 millones de años de antigüedad. Allí hallaron la presencia de microorganismos congregados en torno a venas de arcilla rica en hierro. Su concentración es esencial y ronda las 10.000 millones de células por centímetro cúbico, un millón de veces más de lo cual hay en basaltos más recientes, Todavía no tan colonizados, y del orden de cien millones de veces menos de lo que se podría encontrar en un Sólo centímetro cúbico de suelo de sedimento oceánico. Los creadores han sugerido que estas densas comunidades viven de la materia orgánica unida al hierro de las venas de arcilla, por el hecho de que han observado que en los basaltos más antiguos La mayoría de las bacterias son cuñados de microorganismos que viven de ese tipo de fuentes. ¿Cómo se constituyen estos oasis?
Estos oasis de vida tienen unos orígenes espectaculares. Los volcanes submarinos expulsan lava a temperaturas de hasta 1.200 ºC, que queda solidificada en manera de rocas en el instante entra en contacto con el agua. Este veloz enfriamiento genera fracturas, que En general tienen menos de un milímetro de grosor y, con el paso de los millones de años, estos resquicios se rellenan de minerales de arcillas, sentando las bases para lo que con el tiempo se convierte en un Solo vergel para los microorganismos. «Estas grietas son un lugar muy amigable para la vida», ha expresado Suzuki. «Los minerales de arcilla son Al parecido que un material mágico acerca de la Tierra; si es que puedes encontrarlos, casi Siempre y en todo momento y en toda circunstancia y en todo momento puedes ubicar microorganismos viviendo acerca de ellos». Todo esto es más interesante de lo que parece, Porque las erupciones submarinas han estado ocurriendo A lo largo de los últimos 3.800 millones de años, al tiempo que las bacterias y otros microrganismos han estado viviendo de fuentes inorgánicas de energía Desde hace 3.800 a 3.500 millones de años. Si bien, a mayoría de la corteza oceánica del mundo tiene menos de 10 millones de años, con lo que la vida existente en rocas basálticas, más antiguas, es poco conocida. Del fondo del oceáno a Marte
Además, Suzuki cree que los minerales que rellenan los resquicios de las rocas son similares a los que podría haber después en parte superficial de Marte. «Los minerales son Al igual que una huella dactilar de las condiciones que había en el horario se formaron las arcillas», ha expresado el investigador. «Con un pH entre neutral y ligeramente alcalino, baja temperatura, salinidad moderada, medio rico en hierro y roca basáltica», ha enumerado. «Todas estas condiciones son compartidas por el océano profundo y parte superficial de Marte». Por ello, Suzuki está colaborando con la NASA para trazar un plan con el que analizar muestras de rocas llenas de minerales de arcilla acerca de parte superficial del planeta rojo, en las próximas misiones robóticas. En esta oportunidad, las muestras de rocas se recogieron en 2010, A lo largo de una expedición de la misión «Integrated Ocean Drilling Program» (IODP), en tres puntos situados alrededor de la isla de Auckland, en Inédita Zelanda. Los investigadores usaron testigos de metal de 5,7 kilómetros de largo para llegar al fondo del océano, y acto seguido cavaron hasta una profundidad de 125 metros, para alcanzar cilindros de suelo de unos seis centímetros de ancho. Los primeros 75 metros resultaron ser sedimentos, conque tomaron muestras de unos 40 mts de rocas volcánicas.