El fotógrafo Patrick Coyne ha conseguido capturar uno de los fenómenos más impresionantes de la naturaleza: un par de delfines brillando en la oscuridad de las aguas, Del mismo modo que un halo mágico que realmente tiene una explicación científica. El fenómeno fue filmado en la playa de Newport, California, una de las costas del Pacífico. «Estuvimos fuera por unas horas y en nuestro retorno nos encontramos con dos delfines y el increíble espectáculo brillante», escribía Coyne en su Instagram. «Unos minutos a continuación fuimos recibidos por algunos más, lo que se dirigió una locura. Honestamente, Aún estoy procesando todo esto…». <iframe height=”286″ src=”https://www.youtube.com/embed/bJcTWr8-mFo” frameborder=”0″ allowfullscreen style=”width:100%;”></iframe> Coyne afirma que Se trata de un desafío filmar unas imágenes De este modo. La bioluminiscencia es bastante difícil de advertir, aparte de efímera por naturaleza, por lo que conseguir un vídeo Así requiere condiciones perfectas a su vez de un tanto de suerte. En las regiones costeras, la bioluminiscencia está causada por organismos microscópicos llamados dinoflagelados. Estos mircoorganismos marinos son miembros de la familia del plancton y bastante sensibles a los movimientos. Tanto es De esta forma, que cuandoun depredador toca o empuja a estos seres, emiten un destello de luz que dura hasta 100 milisegundos. Aunque, si es que Existen muchas algas concentradas, Del mismo modo que en el vídeo, el sencilla giro de la aleta puede ser todo un espectáculo. Los dinoflagelados producen dos productos químicos que crean una reacción brillante En el momento en que se asustan. Estos se conocen De este modo tal como la enzima luciferasa y el compuesto luciferina, y juntos causan que el dinoflagelado brille por la noche Cuando son alterados mecánicamente. De hecho, este mismo fenómeno es donde obtenemos La denominación de «luz nocturna», y se sabe que ocurre dentro y fuese de Múltiples especies marinas diferentes, a menudo De exactamente la misma forma que forma de asustar a los depredadores. Aunque a los humanos les provoque la reacción contraria.