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El médico que salvó la vida de miles de personas escondiendo bacterias en su calcetín

A finales del siglo XIX un médico español patentó la fabricación de camisas incandescentes, un sistema para hacer cilindros fonógrafos y un método para aprovechar los escombros de jabón en el agua sucia de los lavaderos. a su vez, desarrolló con aparatos construidos por él mismo una línea telefónica entre su despacho de Tortosa y el observatorio del Ebro -tan Solo un par de años Acto seguido de la realizada por Graham Bell-. Pese a todas estas innovaciones, ha pasado a la historia por un motivo muy diferente: el desenvolvimiento de la 1era vacuna frente el cólera. Su nombre era Jaime Ferrán i Clúa (1851-1929), un personaje que aunaba los valores científicos con el servicio a la ciudadanía. La ayuda de un experto de la época
La primera semana de mayo de 1885 el cólera ha puesto en jaque a la ciudad de Valencia, la infección procedía de Marsella, en donde se había cobrado A lo largo del ultimo año más de 3.500 vidas. En tan Solo unas semanas se diagnosticaron prácticamente 8.000 casos en la ciudad del Turia, por ese motivo las autoridades sanitarias contactaron con el doctor Ferrán, que estaba trabajando en una vacuna ante al Vibrio cholerae. En 1884 el Ayuntamiento de FC Barcelona le había comisionado para estudiar el caso francés y establecer medidas preventivas en el presunto de que la enfermedad llegara a Cataluña. El adolescente científico había seguido muy de cerquita los estudios de Pasteur y de Koch, con lo que se planteó desarrollar una vacuna siguiendo los procedimientos del químico galo. Riesgo biológico
Poniendo en peligro su vida se hizo con cinco muestras microbiológicas en Marsella e inició el regreso a Tortosa. Si bien, Cuando llegó a la frontera de la Junquera Empezaron los incidentes, se le impedía el paso ante al riesgo de contagio biológico. A lo largo de ocho largos días argumentó todo tipo de explicaciones y temiendo que las muestras se estropearan decidió pasar a la acción. Se las ingenió para engañar a los funcionarios de aduanas y ocultarlas dentro de uno de sus calcetines. Ya en su pequeño laboratorio desarrolló la vacuna y demostró su eficacia utilizando a su propia familia de improvisadas cobayas. Vacuna «made in Spain»
A mediados de mayo de 1885 el doctor Ferrán y su chica club iniciaron la vacunación masiva de los valencianos con 30.000 dosis anticoléricas. Los resultados no se llevaron a cabo aguardar, la vacuna –la 1era de la historia ante a esta enfermedad- se dirigió un verdadero logro. Pese a todo, en nuestro país hubo una ferviente oposición, no Solo entre la comunidad científica española, con Santiago Ramón y Cajal, en aquellos instantes catedrático de medicina de la Universidad de Valencia, a el cuero cabelludo, Sino que De la misma forma en el sector funcionario. Movimiento antivacuna
Las presiones A partir de los Grupos más sectarios provocaron que el 18 de mayo el Poder legislativo de los diputados aprobara una Real Orden Conforme la cual tan Solo se permitía seguir vacunando al doctor Ferrán –a nadie más de su equipo- y Siempre y en todo momento y en todo momento y en la fecha lo hiciera delante de un delegado del gobierno. Frente aquella soberana idiotez no tuvo más remedio que claudicar, con lágrimas en los ojos, y rechazó permanecer con la vacunación masiva de la población. Al definitivo, fallecieron más de 150.000 personas en toda España y no se dirigió hasta 1909 –cuando ya había pasado prácticamente un Cuarto de siglo- En el momento en que la vacunación ante al cólera se dirigió aprobada en España. Los trabajos de Ferrán acudieron recibidos por la comunidad científica internacional de forma muy desigual. Su tesis fue rechazada por importantes instituciones europeas Del mismo modo que la Royal Society o bien la Universidad de Cambridge, Pero contó con el apoyo de prestigiosos científicos Tal como Charles A Calmet, Paul Erhlich o bien Pierre Roux. Los trabajos del doctor Ferrán no acabaron con esta vacuna, siguió investigando y años acto seguido desarrolló otra ante el tifus, en contra de la rabia y diversas medidas profilácticas en el sector de las enfermedades infecciosas. Vaya por delante nuestro modesto recuerdo y agradecimiento al investigador que se dirigió tardíamente reconocido y De la misma forma injustamente olvidado, Pero que descansa donde le toca, en el olimpo de los grandes doctores que constituyen comunicado de la Historia de la Medicina. Pedro Gargantilla es médico internista del Sanatorio de El Escorial (La villa de Madrid) y cantautor de Varios libros de divulgación
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