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Nuestros días son más largos que los de nuestros antepasados

Al menos en la teoría, un globo terráqueo de sobremesa está diseñado para ser una esfera geométrica perfecta y girar de forma, igualmente perfecta, A través de un eje imaginario que une el polo norte con el polo sur. En la realidad, y si es que entramos en dato, la Tierra dista mucho de ser una esfera perfecta geométricamente y su rotación oscila sutilmente de forma periódica, estando sujeta a Varios factores, Al igual que ahora Veremos. Los seísmos son capaces de reducir ciudades enteras a escombros y cobrarse en minutos miles de vida, No obstante su impacto no se limita a eso, Además pueden mover montañas y transformar el eje terrestre. En abril del 2015 un devastador terremoto –de magnitud 7,8 en la escala de Richter- sacudió el Nepal hasta tal punto que desplazó la cumbre del monte Everest tres centímetros cara el suroeste. Si echamos la vista un tanto más atrás, el once de marzo del año 2011 un seísmo de nueve grados de magnitud asoló el país del sol naciente. El corrimiento de tierras viajó tal que en Algunas partes de El país japonés hubo desplazamientos de hasta cuatro metros. Los expertos calculan que fue el quinto terremoto más grande en los últimos cien años. Este seísmo modificó nuestro eje terrestre en casi diecisiete centímetros en dirección 133 grados longitud este, provocando que la Tierra gire un poco más veloz y que, De esta manera, se acorte la duración del jornada en uno con ocho microsegundos. A pesar de todo, los días son más largos La verdad es que no era la primera vez que esto sucedía, ya en el año 2008 el pueblo chileno sufrió un terrible terremoto que movió el eje Además unos centímetros y acortó los días en 1,26 microsegundos. Con todos estos datos podríamos pensar que los días son cada vez más cortos, Si bien, hace algún tiempo un club de astrónomos del Real Observatorio de Greenwich sacó a la luz un estudio que concluía que la media de jornada a día se había alargado a una velocidad de 1,8 milisegundos por siglo. Este “estiramiento horario” no es nuevo, se ha producido sin solución de continuidad En medio los últimos veintisiete siglos. Si es que hacemos un pequeño cálculo matemático llegaremos a la conclusión de que para alargar nuestro jornada en un Solo minuto necesitaremos “tan sólo” aguardar 5,2 millones de años. La Luna Asimismo tiene su comunicado de responsabilidad
Según las estimaciones más precisas, hace unos mil cuatrocientos millones de años un jornada terrestre duraba únicamente dieciocho horas, A pesar de que la duración del año era igual a la actual. La explicación a esta diferencia hay que buscarla en la Luna. En aquellos momentos el satélite estaba mucho más cerquita de nuestro cielo nocturno, lo cual se traducía en un giro más rápido sobre el eje. Se calcula que anualmente la Luna se aleja perezosamente de nosotros a un ritmo de cuatro centímetros, por lo cual la influencia de su gravedad es cada vez un tanto menor. El recambio climático, eso que tanto depende de la mano del hombre, También tiene su granito de arena en la duración de los días. El calentamiento global ha derivado en un paulatino deshielo y, consecuentemente, en un Solo incremento del nivel del mar. Este hecho se traduce en una deriva del eje de rotación de la Tierra, un concepto que los expertos han bautizado Del mismo modo que “movimiento polar”. En definitivo, nuestro pequeño planeta azul es extraordinariamente delicada y hay multitud de “insignificantes” detalles que influyen en su estabilidad y en la duración de los días. M. Jara Pedro Gargantilla es médico internista del Hospital de El Escorial (La capital de España) y cantautor de Varios libros de divulgación.