Ir al contenido

Hormigas del Sáhara: los animales con un podómetro interno

Las hormigas son insectos sociales que evolucionaron en el periodo Cretácico A partir de unos antepasados que se asemejaban bastante a las actuales avispas. Esto Tuvo lugar hace, más o bien menos, ciento medio centenar millones de años. Tiempo posteriormente, coincidiendo con la gran expansión de las plantas con flores, las hormigas se diversificaron en numerosas especies. Algunas de ellas se orientan Debido a que marcan el camino A través de feromonas y otras fijándose en determinados accidentes del terreno en el que se mueven. Aunque, las hormigas que habitan en el desierto del Sáhara (Cataglyphis fortis) no utilizan ninguno de estos métodos, Pese a lo que, pueden desplazarse grandes extensiones de terreno sin poseer ningún punto de referencia. Esta especie de hormigas fascina a los biólogos por numerosas razones, una de ellas es que ostentan el título de la hormiga más veloz del mundo. Son capaces de desplazarse a una velocidad de 3.6 Km/h. A esta singularidad se une otra no menos atractiva, pasan las cuatro primeras semanas de vida en la oscuridad del refugio subterráneo, allí se entregan al cuidado de la reina y de sus crías, construyen cámaras, y excavan y limpian los túneles del hormiguero. Pasado ese tiempo abandonan el encierro, salen al exterior y calibran su complejo GPS. Durante un tiempo prudencial proporcionan pequeños paseos exploratorios en torno al hormiguero, soportando temperaturas que alcanzan los 53ºC, realizando giros fortuitos que les permitan mirar hacia el hormiguero cada pocos mts. Sumando pasos, giros y vueltas
Una vez que su brújula interna está graduada ya pueden lanzarse a la búsqueda de comida. En el horario la encuentran retornan al hormiguero trazando una línea recta que une Ambos puntos, jamás retroceden siguiendo sus propios pasos. ¿Cómo lo consiguen? De una forma “sencilla”, Mientras que fascinante. A lo largo de el tramo de ida han grabado sucesivamente las distintos direcciones que han tomado, Así tal y como la distancia. Conociendo la longitud de su zancada, tan Solo les resta elaborar un cálculo matemático basado en la inferencia. El integrador del sendero Necesita dos variables: la dirección que se ha tomado –lo obtiene Mediante la brújula celeste de la hormiga- y la distancia recorrida, su privativo cuenta-kilómetros. De La misma manera que teoría parece forzada y hay que demostrarla. Para ello un conjunto de científicos germano-helvéticos, liderado por el alemán Matthias Wittlinger, fabricó unos microzancos para hormigas, que adosaron a las patas de los insectos, de forma que la longitud de las patas fuese un milímetro más largas y, en definitiva, su zancada fuera mayor. Para poseer de un grupo control, estos biólogos mutilaron en un milímetro la longitud de las patas de otras hormigas, consiguiendo zancadas menores. Unas se pasan… otras no llegan
Los científicos seleccionaron un total de veinticinco hormigas y las obligaron a elaborar un viaje de diez mts de su hormiguero, allá les proporcionaron trocitos de comida y manipularon, después, sus patas. En el momento las hormigas tuvieron el suculento manjar entre sus mandíbulas retornaron hacia su hogar. Todas las hormigas, sin excepción, erraron en la localización. Las zancudas se vivieron y las paticortas no llegaron al hormiguero. De este modo, se pudo finalizar que el factor clave de estos himenópteros para retornar a casa era la longitud de la zancada, su podómetro interno. Su maravilloso GPS les permite, a su vez, incorporar una variable adicional relacionada con la proyección horizontal, de forma que sean capaces de computar en el territorio arenoso los pequeños valles y colinas que se encuentran en su trayecto. M.Jara Pedro Gargantilla es médico internista del Centro médico de El Escorial (La villa de Madrid) y cantautor de Múltiples libros de divulgación.