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Miden el sitio magnético más poderoso de todo el Universo

Un elenco de investigadores del Instituto de Física de Altas Energías de la Academia República Popular China de Ciencias y de la Universidad alemana de Eberhard Karis termina de llevar a cabo una medición que raya en lo increíble: el campo magnético más poderoso nunca registrado en el Universo, con una fuerza, ni más ni menos, que de mil millones de Tesla. El sitio se dirigió descubierto en parte superficial de un púlsar (una estrella de neutrones altamente magnetizada) llamado GRO J1008-57, a unos 20.000 años luz de distancia. A modo de comparación, el sector magnético de la Tierra, que resguarda eficazmente la vida del mundo de la dañina radiación cósmica, es apenas de 1/20.000 Tesla. Dicho de otro modo, decenas de billones de veces más débil que el captado por los investigadores. Los resultados de las mediciones, que son concluyentes y se hicieron con el telescopio orbital de rayos X chino Insight-HXMT, se terminan de publicar en The Astrophysical Journal. Las estrellas de neutrones son los núcleos muertos de estrellas que Antes habían sido brillantes y masivas y que terminaron sus vidas Así tal y como supernovas. Estrellas que, una vez agotado su suministro de combustible, apagaron sus hornos centrales de fusión y, ya sin una fuerza capaz de discrepar, resultaron aplastadas por la gravedad. En el momento en que eso sucede, las estrellas colapsan sobre sí mismas: las capas externas caen acerca de los núcleos estelares y los aplastan hasta convertirlos en los objetos más densos del Universo. Un lugar en el que incluso los átomos quedan triturados. Los electrones de esos átomos, en efecto, con sus cargas eléctricas negativas, son forzados a entrar en los núcleos atómicos, donde se encuentran con los protones positivos, creando más neutrones. Al definitivo del proceso, prácticamente todo lo cual queda de la estrella está hecho de neutrones. Cuando los propios neutrones están ya tan comprimidos que no pueden aplastarse más, el material exterior sobrante de la estrella “rebota” en manera de una detonación masiva, una supernova. La estrella de neutrones resultante, lo que queda del núcleo estelar triturado, es tan densa que una simple cucharada de café de ese material pesaría miles de millones de toneladas, más que una montaña entera. Generalmente, las estrellas de neutrones no tienen más de 20 kilómetro de diámetro (frente a los millones de kilómetro de las estrellas de las que proceden), Aunque pueden poseer aún temperaturas superficiales cercanas al millón de grados. ¿Pero de qué forma puede el núcleo de una estrella muerta hecha de partículas neutras (de ahí reciben su nombre los neutrones) producir un ámbito magnético tan potente? La contestación está en su rápida rotación. Las estrellas de neutrones, en efecto, pueden girar sobre sí mismas, Del mismo modo que peonzas, incluso Varios miles de veces por 2do. Si es que creemos que el núcleo sólido de la Tierra, con su lenta rotación, es el responsable de generar el ámbito magnético de nuestro planeta, podemos imaginar de qué manera será el que genere un objeto superdenso girando miles de veces por 2do. Es lo que se conoce De La misma manera que “pulsar”. ¿Cómo podemos detectarla?
GRO J1008-57 es, por el hecho de que, un púlsar, una estrella de neutrones girando sobre sí misma a una velocidad pasmosa. No obstante a su vez Versa de una estrella “binaria”, dicho de otro modo, que está emparejada con otra estrella de manera que ambas se orbitan mutuamente. La compañera de GRO J1008-57 es una estrella “viva” de clase B, diez veces más masiva que el Sol y miles de veces más brillante. La enorme densidad de la “pequeña” GRO J1008-57, Si bien, crea una poderosísima atracción gravitatoria, unos 100.000 millones de veces mayor que la de la Tierra y suficiente para “arrancar”, literalmente, material estelar de su compañera. En verdad, la absorbe Del mismo modo que si de un auténtico “vampiro espacial” se tratara. Todo ese material cae cara la estrella de neutrones, se enreda en su campo magnético y continua las líneas de ese sitio hacia Ambos polos, donde choca con la superficie de la estrella muerta a alrededor la mitad de la velocidad de la luz. Y al hacerlo, libera una gran volumen de energía en manera de rayos X. Antes de emitirse al espacio, los rayos X se “impregnan” en el campo magnético y llevan hasta los telescopios terrestres la datos que nos permite identificar al púlsar. La estrella emite esa energía en cada rotación, y en manera de “pulsos” regulares, lo que le ha valido El nombre a estos densos objetos espaciales. La frecuencia de los pulsos deja saber cuántas veces por 2do la estrella está girando acerca de sí misma. En 2017, el telescopio Insight-HXMT captó el estallido de rayos X más brillante de todos y cada uno de los emitidos por GRO J1008-57. Y en seguida los investigadores han conseguido medir en esos rayos X la intensidad del campo magnético del púlsar, el más poderoso nunca registrado en todo el Universo.