Puede que muchos no se den cuenta de ello, Sin embargo estamos inmersos en una inédita carrera espacial. Con la vista ya puesta en retornar a la Luna (2024), visitar Marte (2030) y explorar asteroides De exactamente la misma manera que próximas fuentes de recursos para la Humanidad, La siguiente década estará repleta de misiones y También iniciativas destinadas a “expandir” los dominios del ser humano más allí del planeta que nos vio nacer. De ahí que, las distintas agencias espaciales desarrollan ya nuevos sistemas de propulsión más rápidos, con los cuales se pretende viajar más deprisa por todo el Sistema Solar y, en el futuro, cumplir el sueño de llegar a otras estrellas en una volumen de tiempo razonable. Entre esos sistemas destacan, El jornada de hoy por Hoy, las velas solares, capaces de generar impulso por la simple presión de la radiación espacial, No obstante que pueden Asimismo ser aceleradas por medio de potentes láseres. Resulta curioso, Desde acto seguido, que los primeros pasos de la navegación espacial se basen en una tecnología que en cierto modo, y salvando las distancias, se asemeja tanto a la que hace siglos nos permitió cruzar mares y océanos, Ya antes de que existieran los motores. Las velas solares, por supuesto, suponen todo un desafío, tanto técnico Al semejante que de ingeniería. Algo que Coryn Bailer-Jones, del Instituto Max Planck de Astronomía, concluye de abordar en un Sólo estudio en el que presenta su «Sun Diver», una vela ligera que alcanzará velocidades increíbles A continuación de «bucear», de ahí su nombre, cerca del Sol. El estudio, que concluye de aparecer en el American Journal of Physics y que se puede consultar en el servidor de prepublicaciones ArXiv, indica que uno de los mayores atractivos de las velas solares es que liberan a las naves espaciales de la necesidad de disponer que llevar su propio propulsor. Las naves, Porque, serán más ligeras y podrán en consecuencia lograr mayores velocidades. Un arsenal de velas espaciales
Hasta ahora, se han desarrollado y probado ya Varios modelos de velas ligeras, entre ellas la LightSail y la LightSail 2, de la Planetary Society, o bien el satélite IKAROS, de la agencia espacial japonesa JAXA. a su vez, distintas organizaciones, Tal como Breakthrough Starshot, Project Dragonfly y Starlight, de la NASA, exploran con seriedad la idea de velas ligeras aceleradas por matrices láser Al igual que un medio para hacer posibles los viajes interestelares. En Ambos casos, tal y De exactamente la misma forma que Bailor-Jones ha explicado a Universe Today, «para la exploración del Sistema Solar, las velas solares dejan ejecutar muchas maniobras diversos, o entrar en órbitas que de otro modo requerirían de mucha propulsión. Para viajes interestelares, podríamos utilizar una vela solar para ¨bucear¨ lo más cerca posible del Sol y conseguir de él la máxima aceleración». El sistema tiene Múltiples ventajas acerca de el las velas solares existentes, que dependen por completo de la presión que ejerce la radiación solar para ir acelerando lenta, Pero constantemente. Si es que bien, la aceleración obtenida del Sol De esta forma es cada vez menor a medida que aumenta la distancia, por lo cual el sistema no serviría para hacer viajes demasiado largos. Harían falta, Asimismo, velas extremadamente ligeras o bien extremadamente grandes. El problema de impulsar las velas
Una manera de solucionar el problema es el uso de potentes haces de luz láser para acelerar de forma rápida la vela. En eso, precisamente, se basan los proyectos Starshot, Dragonfly y Starlight, Pero las instalaciones necesarias serían muy costosas de fabricar y de operar. La solución propuesta por Bailor-Jones, Sin embargo, evitaría todos estos incidentes. En verdad, el impulso se obtendría aprovechándose del conocido «efecto Oberth». En resumen, Se trata de lograr el impulso al moverse más veloz en relación al cuerpo que se está orbitando, que en la ocación de la Sun Diver sería el Sol. “Cuanto más cerca esté del Sol en su órbita -explica Bailor-Jones- más rápido va a ser el impulso. Para aprovechar el efecto Oberth, es preciso acercarse lo más posible al Sol”. Para ello, una nave espacial con una vela guardada en su interior y una chiquita cantidad de combustible entraría en una órbita circular cerca de del Sol. Después, la nave podría hacer una de estas tres cosas: primero, podría utilizar todo su combustible para ejecutar un impulso retrógrado (que disminuiría su velocidad orbital) y caer lo más cerca posible del Sol Ya antes de desplegar su vela. Segundo, podría renunciar a la «inmersión solar» e ir aumentando su velocidad orbital a medida que se despliegan las velas. Tercero, podría elaborar una combinación de las dos maniobras precedentes. El estudio También considera un escenario en el que las velas se abren en la órbita circular inicial, aplicando todo el impulso del propulsor al terminante. El límite: los materiales y el calor del Sol
Tras notar detenidamente cada uno de los escenarios, Bailor-Jones concluye que la mayor velocidad se conseguiría en el primero de ellos, o bien sea, ejecutando un impulso retrógrado completo para acercarse lo más posible al Sol y abriendo la vela en el punto de máximo acercamiento. Conforme sus cálculos, una vela podría obtener De esta forma una velocidad de 350 km por segundo o bien, lo cual es lo mismo, 1,26 millones de kilómetro por hora. Lo que es más de cinco veces más veloz de lo que son capaces de lograr los mejores cohetes actuales. Todavía Así, por desgracia, todavía se necesitarían 2.865 años para llegar hasta Cercana Centauri, la estrella más cercana al Sol. Demasiado tiempo. Conforme el investigador, eso se debe a que, con los materiales y la tecnología actuales, Sólo es posible acercarse a una cierta distancia del Sol. En los recientes años, Si bien, nuevos materiales más resistentes al calor podrían avalar un acercamiento mucho mayor, multiplicando Además la velocidad. También, el estudio se centra en lo que se podría lograr con una única órbita cerca de del Sol. Bailor-Jones cree que se podrían combinar los tres métodos de impulso En medio dos órbitas en vez de una, lo que Asimismo conduciría a mayores velocidades. Aún De este modo, con sus limitaciones actuales, la Sun Diver podría ser muy ventajosa en misiones dentro del Sistema Solar, Porque aportaría una velocidad sin anteriores. En cuanto a los viajes interestelares, va a haber que aguardar a la llegada de los nuevos materiales necesarios.
