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El misterioso halo que envuelve la Vía Láctea donde se podría descubrir la materia perdida del universo

El universo está compuesto de un 65-70% de energía oscura -la fuerza que acelera su expansión-; un 20-25% de materia oscura -la misteriosa fuerza que ayuda a mantener unidas a las galaxias- y entre un 5-15% de materia ordinaria -que forma todo lo visible por nuestros ojos, A partir de los planetas hasta nuestros cuerpos-. De esta última, la mitad está perdida: Conforme cálculos teóricos, nuestra tecnología tendría que captar el doble de lo cual ve en la actualidad. Ahora, un nuevo estudio está dando pistas sobre dónde puede estar oculta: en los confines de las galaxias, que De la misma forma pueden ser una suerte de «papelera de reciclaje» donde va a detenerse todo el material estelar que se desecha Tras el nacimiento y la muerte de las estrellas. Bautizada Del mismo modo que «materia bariónica» -porque está formada por bariones, unas partículas subatómicas formadas por electrones, protones y neutrones- es un misterio que lleva años intrigando a los astrofísicos. Uno de los lugares donde los expertos afirman que se puede esconder es en el llamado medio circungaláctico (CGM). Estas zonas son cruciales para entender no Solo de qué manera se formaron y evolucionaron las galaxias, Sino más bien Asimismo de qué manera el universo progresó A partir de que era un núcleo de helio y Además hidrógeno hasta convertirse en un Sólo cosmos repleto de estrellas, planetas, cometas y toda clase de objetos espaciales. Qué es el medio circungaláctico
Los CGM son formaciones de gas caliente que se crean alrededor de las galaxias y que en los orígenes de éstas actúan De La misma manera que «incubadoras de estrellas». Pero, Aún se desconoce la función exacta que desempeña el CGM en el horario la galaxia ya está formada ni el tamaño hasta el que se extienden sus dominios, lo que puede ser clave para responder al misterio de la materia bariónica. Por ello, en 2018 la Universidad de Iowa, en colaboración con la NASA, envió la misión HaloSat, un minisatélite diseñado para estudiar de qué forma es de grande el CGM de la Vía Láctea A partir de su emisión de rayos X. Partían de dos teorías: una afirma que si es que ocupa una extensión lo suficientemente grande, podría acoger todo el material «perdido» de cada galaxia y, por consiguiente, del universo. Otra asegura que Se trata de regiones que actúan De este modo tal y como una «papelera de reciclaje» del material que expulsan las estrellas en su nacimiento y muerte. Aunque, estas dos teorías podrían ser autoexcluyentes: de ser el sector donde terminan los desechos estelares, se trataría de una delgada capa de gas que no podría hospedar todos y cada uno de los átomos que faltan para solucionar la problemática del material bariométrico. Aquí es donde entran las mediciones de HaloSat y sus nuevas conclusiones, publicadas acto seguido en «Nature Astronomy». Los sorprendentes data de HaloSat
HaloSat registró una capa mucho más densa y «grumosa» de lo esperado, Porque los estudiosos creían que observarían una predisposición mucho más uniforme. a su vez, se sorprendieron pues los datos revelaban que las áreas más densas son zonas donde se forman estrellas y se intercambia material entre la Vía Láctea y el CGM; en otros términos, son dinámicas. «Parece Al afín que si es que la Vía Láctea y otras galaxias no fueran sistemas cerrados. Realmente, están interactuando, arrojando y atrapando material al CGM a la vez», explica Philip Kaaret, maestro del Departamento de Física y Astronomía de la Universidad de Iowa y músico y escritor del estudio. «Donde la Vía Láctea está formando más estrellas, hay más emisiones de rayos X del medio circungaláctico -continúa Kaaret-. Eso sugiere que el medio circungaláctico está relacionado con la formación de estrellas, y es probable que se nutra del mismo gas que una vez cayó en la Vía Láctea, ayudó a formar estrellas y en este momento se recicla en el medio circungaláctico». «Nuestros información son consistentes con la teoría de que todo el material perdido está en el medio cirgungaláctico» Dicho de otro modo, los información apoyarían la teoría de que el CGM es algo Como el «vertedero» de reciclaje de las galaxias. Aunque, los estudiosos no descartan -de hecho, al contrario- que este sector sea De la misma forma A su vez el sitio donde se esconde toda la materia perdida del universo. «Lo que hemos hecho ha sido experimentar que existe parte de alta densidad del CGM que desencadena muchas emisiones de rayos X. Pero Todavía podría haber un halo extendido en realidad grande que apenas refleje esta radiación y que podría ser más bastante difícil de captar», asevera Kaaret. De hecho, el astrofísico asegura que sus data «son consistentes con que el CGM contiene toda la materia bariónica, Sin embargo no brindan patentiza sólida de que este sea el caso». Es por ello que el próximo paso será combinar los datos de HaloSat con la datos obetenida por otros observatorios de rayos X para poder determinar el tamaño real del CGM y solucionar De este modo el rompecabezas bariónico faltante. «Esos bariones que faltan deben estar en alguna parte», dice Kaaret. «Ya sea en halos cerquita de de galaxias o en filamentos que se extienden entre ellas», termina, haciendo referencia a otra teoría candidata que postula que hay una «red cósmica» entre las galaxias en la que está escondida esta escurridiza materia. De instante, la contestación aún sigue en el espacio.