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Un «abrazo espacial»: De este modo será la 1era misión que intentará completar con la basura en la órbita terrestre

Al principio de la era espacial, las agencias no se preocupaban mucho por la basura que generaban: Normalmente las partes inservibles Tras su manipulación, Del mismo modo que cohetes o viejos satélites, se quedaban flotando a la deriva en la órbita terrestre. Sin embargo Después de 60 años de actividad, más de 5.550 lanzamientos y 42.000 objetos en órbita -de los cuales más de la mitad siguen allí arriba-, los desechos espaciales, que suman alrededor de 7.000 toneladas, se han convertido en un grave problema. Y el ritmo de misiones no hace Sino más bien más bien incrementar, Tal y como la amenaza de desintegraciones, choques e aun explosiones. ¿Qué se puede hacer para acabar o bien, al menos, mitigar el impacto de la basura espacial? La Agencia Espacial Europea (ESA) ya tiene un plan. Concluye de firmar un acuerdo por 86 millones de euros con un consorcio industrial privado para establecer un «servicio de limpieza» en la órbita baja de la Tierra. Y el primer paso se dará en 2025, Cuando se pruebe que es técnicamente posible enviando la primera misión de eliminación de desechos espaciales del mundo. El método: expedir una sonda que «abrazará» la basura espacial y la guiará cara la atmosfera terrestre, donde Los dos objetos se desintegrarán a temperaturas superiores a los 1.000 grados centígrados. «A velocidades orbitales, hasta un tornillo puede golpear con una fuerza explosiva que ni siquiera los diseñadores pueden juzgar para defender sus misiones; en su sitio, es preciso contestar a esta advertencia por medio de la retirada activa de los desechos espaciales», ha explicado en rueda de prensa online Luc Piguet, fundador y CEO de ClearSpace. «Nuestro diseño de ‘remolque’ va a poder limpiar de basura órbitas clave que, de otro modo, quedarían inutilizables para próximas misiones, eliminando De esta forma riesgos crecientes y inconvenientes para sus propietarios, y beneficiando al grupo de la industria espacial. Nuestro fin es proporcionar servicios en órbita asequibles y sostenibles». Misión: atrapar los escombros del cohete Vega
La misión, llamada ClearSpace-1 en honor a la compañía que la ejecutará -bajo supervisión de la ESA-, va a tener Al idéntico que objetivo retirar de la órbita a un adaptador de carga útil secundaria de Vega, un componente de un cohete destinado a lanzar pequeños satélites en misiones científicas y de observación de la Tierra en órbitas bajas y polares A partir de finales de los noventa. Este objeto concreto, con una masa de 112 kilos
y de dos metros de largo, se quedó varado en 2013 a una altitud de entre 660 y 800 kms, en la conocida Al idéntico que «órbita cementerio», Tras el segundo vuelo del lanzador europeo Vega. En un Sólo primero momento, ClearSpace-1 se pondrá en órbita a una altura inferior de 500 kilómetros para su puesta en servicio y los ensayos críticos, Ya antes de subir a la órbita permanente y emprender la tarea de toparse con la pieza de basura espacial. En ese instante la capturará Debido a sus cuatro brazos robóticos, que rodearán al adaptador Vega para, después, «desorbitarlo», perdiendo altura y ardiendo Para finalizar en el roce con la atmósfera. Una vez probada la tecnología, la idea es explotar comercialmente este sistema y, paulatinamente, retirar los desechos en la órbita terrestre de manera controlada. «El plan es que esta captura pionera se convierta en un referente comercial básico y recurrente, no Sólo para la eliminación de residuos por comunicado de actores espaciales responsables de todo el planeta, Sino que Asimismo para los servicios en órbita: estas mismas tecnologías permitirán el repostaje y mantenimiento en órbita de satélites, prolongando De esta manera su vida útil. Con el tiempo, Deseamos que esta tendencia se extienda hasta el ensamblaje, la fabricación y el reciclaje en órbita», ha afirmado Luisa Innocenti, responsable de la Oficina de Espacio Limpio de la ESA. ClearSpace es una empresa fundada por un elenco de investigadores especializados en desechos espaciales de el colegio Politécnica Federal de Lausana (Suiza), que lidera un club industrial que incluye compañías de diferentes países europeos, con contribuciones de Suiza, República Checa, Alemania, Suecia, Polonia, UK, Portugal y Rumanía. Simulación de la Agencia Espacial Europea de la basura espacial que rodea la Tierra – ESA
¿Qué se ha hecho hasta en seguida con la basura espacial?
Sobre nuestras cabezas existen A partir de fragmentos de pintura de naves a satélites completos en desuso, pasando por piezas de todos y cada uno de los tamaños y carcasas de cohetes que van a la deriva en la órbita terrestre. Dado que su velocidad ronda los 56.000 kilómetros por hora, son auténticos proyectiles capaces de destruir cualquier cosa que se interponga en su sendero. Sólo Durante el ultimo año, dos grandes objetos (el telescopio espacial IRAS, lanzado en 1983, y la carga científica de un viejo satélite militar de 1967) estuvieron a punto de chocar con la Estación Espacial Internacional, que ha tenido que ejecutar tres maniobras de urgencia para evitar la colisión contra fragmentos espaciales. O BIEN, sin ir más lejos, el pasado mes de octubre, un antiguo cohete chino a la deriva y un satélite militar ruso sin control vivieron a unos cercanísimos 12 mts el uno del otro, prácticamente a punto de convertirse en tragedia. Sin embargo, al contrario de lo que pueda parecer, la problemática más grave no son los choques, Sino más bien que las detonaciones que se puedan derivar. «El mayor contribuyente al problema actual de los desechos espaciales son las explosiones en órbita, causadas por la energía sobrante -combustible y baterías- a bordo de naves espaciales y cohetes», explica en un Sólo comunicado Holger Krag, Líder del Programa de Seguridad Espacial. «La tendencia hacia eliminar todas y cada una y cada una de las misiones y no crear basura espacial está mejorando, No obstante a un ritmo lento», dice. Hasta en seguida, las grandes agencias espaciales no tenían ningún plan concreto: se habían limitado a intentar manejar los satélites hasta «órbitas cementerio» -lugares en los cuales, a priori, no corren riesgo de colisión o daño hacia otros aparatos operativos-, o cara la atmósfera terrestre, a fin de que se desintegrasen con el roce; Además se han llevado a cabo pruebas para vaciar los remanentes de combustible y baterías a fin de que las naves fuese de manipulación no exploten, o bien construirlas con materiales que no se descompongan. Pero todo esto no ha evitado que cada año, en las últimas dos décadas, se hayan producido de media 12 eventos de fragmentación, ampliando Todavía más el peligro. La NASA tiene una comisión que lleva años alertando sobre el problema, y la tendencia es crear naves y cohetes reutilizables que al menos mitiguen la cantidad de basura que enviaremos al espacio en los cercanos años. Si bien, la misión de la ESA va a ser la 1era en crear un programa real para finalizar con el problema.