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Podrían haber resuelto uno de los mayores misterios del Sol: el calor infernal de la corona solar

Uno de los mayores enigmas de nuestro Sol es por qué su atmósfera está a millones de grados y su superficie a «tan solo» escasos 5.000 grados, Una vez que, en teoría, debería ocurrir al contrario: cuanto más cerquita del núcleo, más calor; cuanto más alejado, más frío. En 1975, el astrofísico estadounidense Eugine Parker elaboró la hipótesis de que podrían existir unas pequeñas erupciones solares 1.000 millones de veces menos potentes que las erupciones normales, que subieran la temperatura de la atmosfera de nuestra estrella. Hasta el instante, la tecnología humana no había podido captarlas para experimentar su existencia, que estaba relegada al campo de la teoría. Ahora, un investigador de la Universidad de Colorado puede haber detectado por 1era vez estas raras «nanollamaradas» descritas por Parker y haber resuelto, de una vez por todas y cada una, uno de los mayores misterios del Sol. Las conclusiones se acaban de publicar en «Nature Astronomy». Prácticamente 50 años a continuación, el problema del calentamiento coronal Aún no se ha podido resolver. Existen diversos teorías No obstante, de instante, la humanidad no ha podido ver de cerquita y saber con certeza qué ocurre allí para probarlas. «Son extremadamente difíciles de observar», explica en un comunicado Shah Bahauddin, profesor de investigación en el Laboratorio de Física Atmosférica y Espacial de la Universidad de Colorado, y cantautor primordial del estudio. «Sabemos, Debido a la teoría, lo que tenemos que buscar: qué ‘huella dactilar’ dejaría una nanollamarada. No obstante hasta a continuación no hemos tenido la tecnología necesaria». Dos requisitos para las nanollamaradas
Para poder determinar que, en realidad, Versa de una nanollamarada, los información tienen que confirmar dos hechos. El primero es que, semejante que las gigantescas erupciones, éstas se propaguen cara el exterior Gracias a una reconexión de los campos magnéticos de parte superficial solar. La reconexión magnética se activa en el horario las líneas del sector magnético se realinean de manera explosiva, en una suerte de «latigazos» magnéticos solares. Sin embargo, a diferencia de otros procesos que calientan de forma gradual, acá el plasma relativamente frío se calienta en un abrir y cerrar de ojos. «Es De exactamente la misma manera que juntar dos cubitos de hielo y, de repente, la temperatura sube a 1.000 grados Fahrenheit», explica Bahauddin. Por otro lado, las nanollamaradas tienen que ser capaces de calentar la corona, a miles de kms por encima de donde estallan. Y acá el problema es distinguirlas, Porque se sabe que existen otras erupciones solares que Sólo calientan su Ambiente inmediato. «Hay que investigar si la energía de estas nanollamaradas llega a la corona. En tanto que si se marcha a otra parte, no resuelve el enigma». Pequeños y brillantes bucles
Al principio, Bahauddin no estaba buscando nanollamaradas. Solo pretendía examinar unos brillantes y «pequeños» bucles (de unos 96 kilómetros de diámetro, Sin embargo que en la escala espacial son apenas imperceptibles) que había notado parpadeando en la capa justo debajo de la corona. Las sorpresas llegaron Una vez que amplió las imágenes capturadas por el espectrógrafo de imágenes de la NASA del satélite IRIS: Por un lado, estos bucles estaban millones de grados más calientes que su Entorno; Sin embargo el calor se distribuía de una forma extraña, nunca Ya antes vista. Aunque el Sol está compuesto principalmente de hidrógeno y helio, Además contiene cantidades más pequeñas de otros elementos, De la misma forma que silicio u oxígeno. En estos bucles, de alguna forma, los elementos más pesados, De exactamente la misma forma que el silicio -que tiene 14 protones en su núcleo-, son mucho más calientes y energéticos que los elementos más ligeros, Del mismo modo que el oxígeno -que Solo tiene 8-. No obstante esto no encajaba. Bahauddin lo ejemplifica así: «Si empujas una pelota muy ligera por el suelo, debería rodar más lejos que un Balón más pesado. Si es que bien, en nuestro caso, los elementos más pesados se disparaban a más de 90 kms por 2do, Mientras que los más ligeros estaban prácticamente a cero. Es totalmente contradictorio». Esta extraña observación le puso en la pista de que se podría tratar de un sistema totalmente diferente al que pensó en un principio. Despues de años de simulaciones por ordenador, probando distintos teorías, alcanzó a la conclusión de que Sólo un mecanismo podía generar ese efecto: un fenómeno de reconexión magnética, exactamente la misma fuerza impulsora detrás de las erupciones solares. En esta clase de eventos, a medida que las líneas del lugar magnético se retuercen y se vuelven a alinear, crean una breve corriente eléctrica que acelera los iones recién liberados, y los más pesados tienen ventaja, pues absorben más energía. «Es Al igual que si en una habitación llena de gente, todos se pusieran a correr: empezarían a chocar entre ellos. No obstante las personas más grandes tienen más impulso, y se pueden abrir mejor camino», explica el astrofísico. Adaptando el símil a la realidad, los iones de silicio más masivos se abren paso A lo largo de el caos, absorbiendo la energía del lugar eléctrico. Los iones de oxígeno más ligeros no pueden hacer eso y se paran en seco Más tarde de cada colisión, explicando el fenómeno. De parte superficial a la corona solar
Después de observar esto, Bahauddin se propuso averiguar si es que De la misma forma se cumplía el segundo requisito: que el fenómeno realmente calentara la corona. Para ello, utilizó el Observatorio de Activa Solar de la NASA (SDO por sus siglas en inglés), que lleva telescopios sintonizados para ver el plasma extremadamente caliente de la corona. Y, eureka: Bahauddin localizó las regiones justo encima de las iluminaciones poco Tras que aparecieran. «Ahí estaban, Solo con un retraso de 20 segundos -afirma el astrofísico-. Vimos el brillo, Y luego observamos que, de repente, la corona se sobrecalentaba a temperaturas de Varios millones de grados». Bahauddin documentó hasta diez casos de bucles brillantes con efectos similares en la corona. Todavía De este modo, se muestra cauto al afirmar que, en efecto, se tratan de las verdaderas nanollamaradas descritas por Parker: «Nadie lo puede saber Ya que absolutamente nadie las ha mostrado Ya antes. Digamos que todo esto es una suposición con fundamentos». «Hogueras» por toda parte superficial solar
El punto ciego que queda en la investigación es observar que estos fenómenos ocurren por todo el Sol y con tanta frecuencia Al parecido que para explicar el calor extremo de la corona solar, lo que va a ser el próximo paso del astrofísico. A este respecto, la sonda Solar Orbiter, de la Agencia Espacial Europea, captó hace unos meses lo cual los astrónomos bautizaron Del mismo modo que una especie de pequeñas «hogueras» por toda parte superficial solar. En aquel momento, los científicos relacionaron este fenómeno con las nanollamaradas, Si bien apuntaban a que habría que llevar a cabo más pruebas para saber si esto sería la causa del extraordinario calentamiento de la corona. ¿Quizá sea, efectivamente, la prueba de que Parker tenía razón? De momento, Bahauddin está muy esperanzado con este arranque. «Por ahora, hemos demostrado cómo una estructura fría y que está debajo de la corona puede suministrar plasma supercaliente a la parte superior. Para mí, eso es lo más hermoso de todo esto».