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¿Existió verdaderamente la estrella de Belén?

Se trata de una de las imágenes más íntimamente unidas a la Navidad. La estrella que guió a los Reyes Magos de Oriente hasta el mismísimo portal de Belén, donde el niño Jesús acababa de nacer. Ahora bien, ¿Qué se dirigió exactamente lo cual vieron Melchor, Gaspar y Baltasar? ¿Fue verdaderamente una estrella? ¿O quizás un cometa, una supernova, un meteorito o, aun, una fácil conjunción de planetas? La Ciencia ha intentado dar explicación al fenómeno y comprobar, dentro de lo posible, su veracidad. Estos son los resultados. Para averiguar cuál se dirigió el tipo de fenómeno astronómico observado por los Reyes Magos, el primer paso es establecer las fechas con la máxima precisión posible. Y en este punto la Biblia no ayuda mucho, Porque no dice nada sobre la día exacto del nacimiento de Jesús, Sin embargo sí que relaciona el hecho con acontecimientos y personajes históricos, Del mismo modo que por poner un ejemplo el reinado de Herodes. Los historiadores coinciden en que el Rey de Judea debió de morir en algún momento entre los años 4 y 1 Ya antes de Cristo. Y los Reyes Magos le visitaron poco Ya antes de su muerte, por lo que su viaje (y la aparición de la estrella que los guió), tuvo por obliga que producirse Ya antes de esas fechas. Por otra parte, existen serias dudas de que el nacimiento de Jesús se produjera un 25 de diciembre. En la Biblia, San Lucas habla de la actividad de los pastores de la zona en los días del nacimiento, cuidando a sus rebaños y a los corderos recién nacidos En medio la noche, algo que sucede en primavera, y no en pleno invierno. Asimismo, el 25 de diciembre es precisamente la fecha en que los romanos, que dominaban la región en aquél tiempo, celebraban sus Saturnales, una de sus festividades más importantes y para la que se adornaban calles y casas y se intercambiaban regalos. No es casualidad que, para evitar ser perseguidos, los primeros cristianos eligieran precisamente esa fecha para celebrar el nacimiento de Jesucristo. Después, en el siglo IV, en el horario el Emperador Constantino adoptó oficialmente el Cristianismo, el 25 de diciembre se conservó De esta forma como la jornada de la Navidad. Pero volvamos a la problemática del año. La jornada de hoy en jornada los historiadores están De acuerdo en que el nacimiento de Jesús no se generó hace 2011 años. Y es que la cronología que utilizamos, que divide los años en AC (Antes de Cristo) y DC (Ahora de Cristo), y que viajó concebida por el monje romano Dionisio el Exiguo en el 523 DC contiene, por lo menos, dos fallos significativos. El primero es colocar el año 1 DC inmediatamente más tarde del año 1 AC, sin pasar por el cero, un número importante en las matemáticas actuales y que, De hecho, resta un año a cualquier fecha que queramos estimar. Y el 2do es que Dionisio dio por buena la declaración de Clemente de Alejandría de que Jesús nació en el año 28 del reinado del emperador Cesar Augusto, sin tener en cuenta que A lo largo de los primeros años de su orden se le conoció por su nombre original, Octaviano, hasta que el Senado le proclamó Así como «Augusto» cuatro años más tarde. Para en el horario se decubrió el fallo, la cronología que Todavía El jornada de hoy utilizamos estaba demasiado implantada Además que para cambiarla y corregir los cuatro años de desfase. En resumen, que teniendo en cuenta estos errores, el nacimiento de Jesús debió de producirse en primavera, y entre los años 7 y 2 AC. Por lo cual ese es el marco temporal que los astrónomos deben investigar para comprobar si se generó en el cielo algún evento capaz de llamar tan poderosamente la atención de los Reyes Magos de Oriente. Cuatro posibilidades
Desde un punto de vista puramente astronómico, existen cuatro posibilidades para explicar la estrella de Belén. La primera es que se tratara de un meteorito, No obstante es muy poco probable a causa al hecho de que los meteoritos, que se convierten en una bola de fuego al entrar en la atmósfera, apenas si es que duran unos segundos Ya antes de desaparecer, y la estrella de Belén brilló Durante semanas enteras. La 2da posibilidad es que fuese un cometa, objetos que, Esta vez sí, pueden brillar en el cielo aun En medio meses. Sin embargo, el más increíble de todos y cada uno de los cometas conocidos, el Halley, cuya órbita le trae cerca de la Tierra cada 76 años y que se dirigió visto por última vez en 1986, se dirigió visible en Judea En medio los meses de agosto y septiembre del año 11 DC, lo cual no coincide con las fechas del nacimiento de Jesús. Por presunto, pudo tratarse de otro cometa, uno que pasó luego y que por el momento no ha regresado, Pero eso es algo de lo que jamás podremos estar seguros. De la misma forma, en la antiguedad los cometas eran vistos Al parecido que señales que anunciaban muerte y destrucción, y no De este modo tal como heraldos del nacimiento de un rey o bien de un dios. Los romanos, por servirnos de un ejemplo, marcaron la muerte del general Agrippa usando la aparición del Halley en el 11 DC. Otra posible explicación, la tercera, es que lo cual vieron los Magos se dirigió la muerte violenta de una estrella. Y eso nos lleva a dos posibilidades diferentes: una nova o una supernova. En el primer caso, es la manera (una detonación termonuclear) en que una estrella se libera, de golpe, de una excesiva acumulación de hidrógeno en su superficie. Es muy espectacular, si la estrella está lo suficientemente cerca, y su aparición tiene sitio de forma impredecible y en cualquier instante. Las más brillantes aparecen de repente, sin anterior advertencia, Así tal y como una nueva y espectacular luz en el cielo. Su brillo, Posteriormente de algunos días, o bien aun semanas, se va atenuando hasta desaparecer por completo. Al idéntico que media, se genera una nova visible Desde nuestro mundo una vez cada veinte años (la última se dirigió en el año 1975), por lo que nada impide que fuese éste, y no otro, el fenómeno visto en Judea or los tres Magos de Oriente. Mucho más increíble, Si es que bien menos frecuente de ver, es una supernova, la detonación catastrófica de toda una estrella que llega a su final y cuyo brillo eclipsa aun al de toda la galaxia que la contiene. Cuando de la explosion, una supernova puede ser vista incluso a plena luz del jornada, y su brillo más intenso puede durar meses Ya antes de comenzar a decrecer. Durante los últimos mil años, la Humanidad ha sido testigo de cuatro supernovas, en los años 1006, 1054, 1572 y 1604. En todos y cada uno de los casos, los cronistas de cada época se refirieron profusamente al fenómeno. Los chinos, por servirnos de un ejemplo, refieren que la supernova del año 1054 viajó visible A lo largo de dos meses aun a plena luz del jornada. La pega es que no existe en la época del nacimiento de Jesús ninguna referencia definitiva acerca de la súbita aparición de una luz especialmente intensa en el cielo. Si Sucedió, absolutamente nadie, en ninguna cultura, documentó el hecho, lo cual parece indicar que debemos buscar la solución en alguna otra parte. Ciertos textos chinos hablan de una posible nova en la primavera del año 5 DC, Sin embargo se refieren a ella Como a un fenómeno de poca importancia y de escasa, o ninguna, espectacularidad. La última (y quizás la más probable) explicación es la posibilidad de que los tres Magos fueran testigos de una conjunción planetaria especialmente brillante, tanto De esta forma tal como para hacerles creer que se trataba de una inédita estrella. Pero ¿Hubo alguna conjunción planetaria de esta clase entre los años 7 y 2 AC? La contestación es que sí. Los astrónomos han determinado que, en ese intervalo temporal, se generaron Múltiples fenómenos planetarios que podrían haber sido interpretados Del mismo modo que la estrella de Belén. El primero de ellos viajó en el año 6 AC, se desencadenó entre los planetas Marte, Júpiter y Saturno y Sucedió en la constelación de Piscis. Los tres mundos formaron una brillante figura geométrica en el cielo que debió de ser de gran belleza y capaz de llamar la atención de cualquiera. Otra posibilidad es la “triple conjunción” de Júpiter y Saturno entre los meses de mayo y diciembre del año 7 AC. Los “pasos” de Júpiter sobre Saturno se produjeron el 29 de mayo, el 30 de septiembre y el 5 de diciembre de ese año. No cabe duda de que todos estos eventos fueron perfectamente visibles, Porque sucedieron en la hacia nocturna de la Tierra. Los dos planetas, También, brillaron el uno muy cerquita del otro Durante ocho largos meses, el tiempo que se estima preciso para que los Reyes Magos cubrieran los alrededor mil km. de distancia entre Babilonia y Judea. Si es que bien, la que seguramente se dirigió la más brillante de las conjunciones planetarias de esa temporada fue la que se produjo entre Venus y Júpiter en la constelación de Leo el 12 de agosto del año 3 AC. Los dos planetas brillaron ese día extraordinariamente cerca el uno del otro. Y en el horario Venus se retiró, Júpiter permaneció al lado de Leo por lo menos Durante diez meses más, sumando su brillo al de la estrella. Si es que El partido de los tres Reyes Magos con Herodes se generó A lo largo de la primavera del 2 AC, las fechas encajarían a la perfección. En verdad, Más tarde de su primer partido y Despues de que Júpiter y Leo siguieran brillando juntos en el cielo, Venus regresó a la zona y se alineó con Júpiter en junio del 2 AC. El jornada 17 de ese mes los brillos de Los dos planetas fueron tan intensos que llegaron a confundirse. Venus y Júpiter bajaron juntos y lentamente hacia el horizonte a medida que sus brillos se iban haciendo uno. Cara las ocho y media de la tarde, hora local de Jerusalén, casi se habían fundido en un único y luminoso astro. En un Sólo tiempo en el que no había instrumentos de observación, ni gafas de sol, es muy probable que los observadores no fueran capaces de distinguir Ambos objetos individuales y que Sólo percibieran un único y brillante destello acerca de los cielos de Judea. ¿Fue esto lo que vieron los Reyes Magos? Para la Ciencia es bastante difícil asegurarlo. Lo único cierto es que esas alineaciones se produjeron, y que acudieron Claramente visibles en una época que coincide con la del relato bíblico. Más allá de eso, no existen certezas absolutas. Cada uno es libre, por el hecho de que, de sacar sus propias conclusiones.