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Fracasa el nuevo intento por advertir un gran agujero negro «invisible»

Los astrónomos saben que está ahí, No obstante no consiguen verlo. Algo verdaderamente desconcertante si es que tenemos en cuenta que Se trata de un gigantesco agujero negro, uno que se encuentrra en el centro de una lejana galaxia (a unos 2.700 millones de años luz de distancia) y cuya masa estimada oscila entre los 3.000 y los 100.000 millones de masas solares. Se sabe que semejantes «monstruos» acechan en los corazones de a mayoría de las galaxias, incluida nuestra propia Vía Láctea, cuyo centro alberga un agujero negro, Sagitario A*, con una masa equivalente a la de cuatro millones de soles. Gran, sí, Sin embargo una auténtica pulga si se le compara con este agujero negro «invisible». La lejana galaxia anfitriona, a 2.700 millones de años luz de la Tierra, se encuentra en el centro del cúmulo de galaxias Abell 2261, y es una de las mayores del conjunto. Las estimaciones de su masa hacen suponer que, por fuerza, tiene que de haber un enorme agujero negro allá, uno aun mayor que el primer agujero negro fotogradiado directamente por el hombre, en el corazón de la galaxia M87, cuya masa es de 2.400 millones de soles. Pero el enigmático objeto ha conseguido Hasta el instante eludir los esfuerzos de los astrónomos por detectarlo. Señales lejanas
Hace unos años, por poner un ejemplo, los estudiosos trataron de detectar emisiones de rayos X Desde el centro de esa galaxia, algo que Por lo general revela la presencia de agujeros negros supermasivos: en el horario el agujero negro absorbe la materia que le rodea, ésta se acelera y se calienta hasta el extremo de emitir poderosos destellos de rayos X de alta energía. Para ello utilizaron datos recopilados por el Observatorio de rayos X Chandra, de la NASA, entre 1999 y 2004. Sin embargo el intento no dio ningún resultado. En seguida, Conforme se explica en un artículo recién aparecido en el servidor «arXiv», un nuevo estudio ha tratado de llevar a cabo una busca más profunda de rayos X en esa misma galaxia, utilizando Esta vez observaciones más próximos de Chandra, en concreto de 2018. a su vez, en esta oportunidad no solo se miró en el centro de la galaxia anfitriona, Sino más bien más bien que se consideró También la posibilidad de que el misterioso agujero negro hubiese sido desplazado de ahí Tras una gigantesca fusión entre dos galaxias. Los astrónomos no encuentran explicación
Cuando dos grandes galaxias chocan, generando poderosas ondas gravitacionales, sus dos agujeros negros centrales, fusionados en uno mayor, podrían finalizar alejándose del centro de la inédita galaxia. Tales agujeros negros «en retroceso», Aunque, son objetos puramente teóricos, Puesto que nadie ha conseguido ver uno hasta en seguida. En verdad, escriben los autores del estudio «no se sabe si es que los agujeros negros supermasivos se acercan lo suficiente entre sí Al similar que para fusionarse. Hasta ahora, Solo se han podido verificar fusiones de agujeros negros mucho más pequeños. La detección de agujeros negros supermasivos «en retroceso» sería un espaldarazo para los científicos que buscan y desarrollan observatorios para buscar, precisamente, ondas gravitacionales generadas por a fusión de agujeros negros supermasivos». Conforme los estudiosos, la galaxia central de Abell 2261 es un lugar ideal para buscar un «unicornio» de esta clase, Porque muestra Varios posibles signos de esa dramática colisión. Por ejemplo, las observaciones del telescopio espacial Hubble y del telescopio terrestre Subaru han mostrado que su núcleo, la zona donde se concentra la mayor densidad de estrellas, es mucho más grande de lo cual se esperaría en una galaxia de su tamaño. Y la región de mayor densidad estelar se encuentra a unos 2.000 años luz de distancia del centro de la galaxia, «sorprendentemente lejos», comentan los científicos. En su estudio, liderado por Kayhan Gultekin, de la Universidad de Michigan, los astrónomos encontraron a su vez que las concentraciones más densas de gas caliente no estaban en las zonas centrales de la galaxia, Aunque este sorprendente hallazgo sirvió de poca ayuda, Porque los información de Chandra no revelaron ninguna fuente significativa de rayos X ni en el núcleo galáctico ni en los densos Conjuntos de estrellas alejados del centro. El agujero negro, por ende, continúa siendo invisible a nuestros ojos y el misterio persiste. A continuación, los autores del estudio tienen sus expectativas puestas en el telescopio que continuará al Hubble, el gran y poderoso telescopio espacial James Webb, cuyo lanzamiento está previsto para octubre de este mismo año. No obstante si es que tampoco el flamante telescopio consiguiera ubicar al gran agujero negro perdido, va a ser necesario formular nuevas teorías que logren explicar su misteriosa desaparición.