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Descubren el primer cuásar del Universo

Los cuásares son las galaxias más luminosas del Universo, Si bien parecen muy débiles por el hecho de que son extremadamente distantes. En su centro albergan un agujero negro supermasivo, muchos de ellos de hasta mil millones de masas solares. La materia que atraen y cae en esas zonas del espacio genera grandes explosiones, motivo por el que estos objetos son tan luminosos. A continuación, un club internacional de astrónomos ha anunciado el hallazgo del cuásar más distante conocido, o lo que es lo mismo, el más viejo. Existió hace más de 13.000 millones de años, Solo 670 millones de años entonces del Big Bang. Este monstruo es mil veces más luminoso que la Vía Láctea y alimenta al que Además resultaría el (Hasta ahora) primer agujero negro supermasivo del universo, que pesa más de 1.600 millones de veces la masa del Sol. Los cuásares son los objetos más energéticos del universo. Se forman en el instante el gas en el disco de acreción sobrecalentado alrededor de un agujero negro supermasivo es atraído inexorablemente cara adentro, irradiando luz En medio el espectro electromagnético. La cantidad de energía emitida por estos objetos es enorme, y los ejemplos más masivos superan De manera fácil a galaxias enteras. El cuásar recién descubierto, denominado J0313-1806, ha sido dado a conocer en la asamblea de la Sociedad Astronómica Estadounidense (AAS). El estudio ha sido aceptado en The Astrophysical Journal Letters y está libre en formato preimpreso en arXiv.org. Muy distante , tiene un corrimiento al rojo de z = 7,64. «Los cuásares más distantes son cruciales para entender de qué forma se formaron los primeros agujeros negros y la reionización cósmica, la última enorme transición de fase de nuestro universo», afirma Xiaohui Fan, coautor del estudio y profesor de astronomía en la Universidad de Arizona. La presencia de un agujero negro tan masivo tan temprano en la historia del universo desafía las teorías de la formación de estos gigantes. «Los agujeros negros creados por las primeras estrellas masivas no podrían haber crecido tanto en unos pocos cientos de millones de años», afirma Feige Wang, miembro del club Hubble de la NASA en la Universidad de Arizona y autor principal del artículo de investigación. Las observaciones que llevaron a este descubrimiento se llevaron a cabo utilizando una pluralidad de observatorios en todo el mundo, incluidos Varios telescopios en Hawái. Los datos del observatorio Pan-STARRS1 y UKIRT Hemisphere Survey ayudaron a identificar primero a J0313-1806. En el momento en que el club aseguró su identidad Del mismo modo que cuásar, obtuvieron espectros de alta calidad del Observatorio Keck y Gemini North para medir la masa del agujero negro supermasivo central. «La medición de las líneas espectrales que se originan Desde el gas que rodea el disco de acreción del cuásar nos deja determinar la masa del agujero negro y estudiar de qué forma su veloz incremento influye en su entorno», afirma Aaron Barth, profesor de Física y Astronomía en la Universidad de California en Irvine. «La observación de la luz infrarroja requiere temperaturas bajas. El clima prácticamente helado que prevalece en la cumbre de Maunakea (4.205 m) lo convierte en uno de los únicos sitios en la Tierra con instrumentos lo suficientemente sensibles para observar tales longitudes de onda roja», dice Joe Hennawi, profesor de Universidad de California Santa Barbara que ayudó a ejecutar las observaciones con el espectrógrafo Keck / NIRES. Aparte de pesar el monstruoso agujero negro, las observaciones del Observatorio Keck y Gemini North descubrieron un flujo de salida extremadamente veloz que emana del cuásar en forma de viento que viaja al 20% de la velocidad de la luz. «La energía liberada por un flujo de salida de alta velocidad tan extrema es lo suficientemente grande Del mismo modo que para impactar la formación estelar en toda la galaxia anfitriona del cuásar», apunta Jinyi Yang, del Observatorio Steward de la Universidad de Arizona. Este es el primer ejemplo conocido de un cuásar que esculpe el incremento de su galaxia anfitriona, lo que convierte a J0313-1806 en un objetivo prometedor para futuras observaciones. La galaxia que lo alberga está experimentando un brote de formación estelar, generando nuevas estrellas 200 veces más rápido que la Vía Láctea. La combinación de esta intensa formación estelar, el cuásar luminoso y el flujo de salida de alta velocidad están haciendo de J0313-1806 y su galaxia anfitriona un laboratorio natural prometedor para comprender el aumento de los agujeros negros supermasivos y sus galaxias anfitrionas en el universo temprano.