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Descubren que la Vía Láctea está envuelta en una «neblina» de rayos gamma

Algo extremadamente poderoso permanece oculto en el interior de nuestra galaxia. Algo tan potente que consigue que la Vía Láctea entera brille con una suerte de neblina de rayos gamma, con energías que superan ampliamente cualquier cosa que los físicos puedan generar en la Tierra. Eso es lo cual acaba de descubrir un Equipo de investigadores del experimento Tibet AS-Gamma, en China, cuyo trabajo termina de ser aceptado para publicarse en Physical Review Letters. Los rayos gamma detectados semejan venir de todo el disco galáctico, y alcanzaron una energía de casi un petaelectronvoltio (PeV), dicho de otro modo, mil billones de electronvoltios, cientos y cientos de veces más de lo cual es posible obtener en el más potente de nuestros aceleradores, el enorme colisionador de Hadrones (LHC). La mera existencia de estos rayos gamma difusos indica de manera directa a la existencia de poderosisimos aceleradores naturales de partículas cósmicas dentro de nuestra galaxia. Los físicos Creen que tales aceleradores, cuya naturaleza por ahora se ignora, son la fuente de los misteriosos y altamente energéticos rayos cósmicos que recorren la Vía Láctea y que En oportunidades aterrizan en la Tierra. En el momento en que esos rayos cósmicos, acontencimientos primordialmente de protones, chocan en el espacio con desechos interestelares pueden, Según los investigadores, generar rayos gamma, la forma de luz más energética del Universo. En su estudio, los científicos proponen la idea de que ciertos entornos galácticos tendrían la capacidad de acelerar las partículas de rayos cósmicos incluso a más de un PeV. Pero hasta en seguida no ha sido posible identificar ningún acelerador cósmico natural capaz de lograr esos tremendos niveles energéticos. Una posibilidad, Aunque, sería que las ondas de choque de las supernovas, en otros términos, de estrellas que han explotado violentamente, sean lo suficientemente poderosas Del mismo modo que para acelerar los rayos cósmicos a esos niveles de energía. No obstante nada es seguro Todavía. El estudio muestra que si esos aceleradores naturales, conocidos Al parecido que PeVatrones, existen verdaderamente, los rayos cósmicos que emiten penetrarían en la galaxia, generando un brillo difuso de rayos gamma de energía extrema, que es precisamente lo cual han descubierto los estudiosos del experimento Tibet AS-gamma. Al parecer, por lo tanto, las cosas encajan. Los creadores del estudio creen Asimismo que, Tras ser lanzados Desde sus lugares de origen, los rayos cósmicos deambulan libremente por la galaxia, curvandose y retorciéndose al atravesar sus sectores magnéticos. Los rayos gamma, Aunque, no sufren desvío alguno por comunicado de los campos magnéticos, por lo cual apuntan directamente a sus fuentes, revelando De esta forma el paradero de los rayos cósmicos itinerantes. Aparte de estos rayos gamma ultra energéticos, la Vía Láctea Además está impregnada de otros con energías más bajas. De hecho, los investigadores observaron en el disco galáctico rayos gamma con energías comprendidas entre los cien billones y los mil billones de electronvoltios. La búsqueda de los puntos de origen de los 38 rayos gamma de mayor energía, todos por encima de los 398 billones de electronvoltios, viajó en vano, lo que confirma que esos rayos gamma acudieron generados por rayos cósmicos que habían viajado de una parte a otra de la galaxia. El rayo gamma más energético que vieron los investigadores se dirigió exactamente de 957 billones de electronvoltios.