Aparte de Marie Curie o Hipatia de Alejandría no son muchas las mujeres populares en la historia de la Ciencia. Si bien, sí abundan los casos de las que han sido flagrantemente ninguneadas, han tenido que luchar en contra de el sexismo o trabajar en condiciones miserables para que al final, Tras tanto esfuerzo, sus descubrimientos fueran atribuidos a sus colegas masculinos ¡e aun a sus maridos! El número de investigadoras premiadas con un Nobel Desde el instante en que los Premios comenzaran a entregarse en 1901 no llega a la veintena y la razón no Sólo se encuentra en que menos féminas accedan a carreras científicas, Sino más bien que Además a los criterios muy discutibles de la Academia Sueca A lo largo de los años. El prejuicio tiene un nombre, «efecto Matilda», la tendencia a menospreciar los logros científicos si es que han sido llevados a cabo por mujeres. Nettie Stevens, descubridora de los cromosomas que determinan el sexo; Rosalind Franklin, cuyas aportaciones fueron imprescindibles para el hallazgo de la estructura del ADN, o bien Lise Meitner, «madre» de la fisión nuclear, son Algunas de esas «Matildas» a las que Aún hay que hacer justicia. Aquí recordamos Algunas de ellas, Si es que bien hay más, con motivo del Día Internacional de la Esposa y la Niña en la Ciencia. Por fortuna, los tiempos han cambiado (o bien están en ello), Sin embargo puede que la lista negra se alargue. En la última edición de los Nobel, una vez más, ningún nombre femenino sonó en los anuncios del error del jurado… y absolutamente nadie puede aducir que sea por falta de candidatas. Malo es el olvido.